
Tras el acuerdo alcanzado en Consejo de Ministros esta semana, el martes 31 de marzo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha enviado a la Comisión Europea (CE) el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-30 (PNIEC) para su revisión en Bruselas.
Un plan con un gran impacto social y económico por las medidas consideradas en el mismo que sin duda será aún más beneficioso, teniendo en cuenta las consecuencias derivadas del estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID 19 que estamos padeciendo. Entre ellas, la reducción de la contaminación para la mejora de la calidad del aire en nuestras ciudades, una menor dependencia energética del exterior, la reducción de los gases de efecto invernadero (GEI) causantes del cambio climático y sobre todo la generación de empleo gracias al aumento del aprovechamiento de las energías renovables, la promoción de la eficiencia energética en los edificios, la reducción de la pobreza energética, la promoción del derecho del ciudadano a generar, usar y vender su propia energía verde o el impulso de la movilidad sostenible entre otros factores.