El peso económico del sector del frío en España
- Escrito por Félix Sanz
Antes de entrar en el peso económico del sector, se debe indicar que uno de los grandes retos de la refrigeración en España es incrementar la presencia de mujeres, especialmente en puestos directivos y técnicos. Nuestro sector no puede permitirse prescindir de la mitad del talento de nuestra sociedad en un mundo cada vez más competitivo en el que la diversidad es un valor en alza.
El sector del frío en España ha experimentado un crecimiento del 7 al 15 por ciento en los últimos 3 años, registra una facturación de más de 5.000 millones de euros en 2018 y suma 22.000 puestos de trabajo directos con tasas de empleabilidad del cien por cien. Estas magnitudes económicas, que se han hecho públicas por primera vez con motivo del Congreso de Refrigeración organizado por AEFYT el pasado mes de mayo, nos hablan de una industria dinámica, con gran proyección de futuro y creadora de riqueza y empleo.
Detrás de estas cifras se encuentran más de 5.000 empresas instaladoras certificadas, más de 200 empresas fabricantes, consultoras y comercializadoras de suministros y equipos frigoríficos cuya labor transciende el sector de la refrigeración. Esto es así porque la refrigeración es necesaria para llevar a cabo los procesos productivos de un gran número de sectores empresariales. Algunos de ellos son muy relevantes para la economía española, como la industria y la distribución alimentaria y la hostelería. Juntos alcanzan alrededor del 40 por ciento del PIB y ambos son absolutamente dependientes del buen funcionamiento de la cadena del frío. La refrigeración es un sinónimo, en estos sectores, de seguridad alimentaria y de garantía de calidad para millones de consumidores.
Otros sectores de actividad en los que la refrigeración es imprescindible y que tienen también un gran impacto social son el farmacéutico: muchos medicamentos –entre ellos las vacunas- necesitan del frío para su fabricación y conservación. También podemos mencionar las telecomunicaciones, el sector textil o la automoción como áreas productivas que usan procesos de frío de manera intensiva.
De una manera todavía más amplia, la refrigeración es un factor que influye directamente en la productividad en un país cálido como es el nuestro. En la actualidad, en prácticamente toda España, es imposible imaginar la actividad en cualquier centro de trabajo sin un sistema de aire acondicionado que permita mantener unas condiciones de confort adecuadas. De hecho, la legislación laboral que marca una temperatura de entre 17 y 27 grados centígrados para trabajos realizados en oficina y entre 14 y 25 en locales en los que se realizan “trabajos ligeros”.
Así pues, como subrayaba antes, la refrigeración es un elemento de productividad importante. Pero el compromiso de la industria del frío con la sostenibilidad medioambiental lo ha convertido, además, en un aliado para que las empresas de todos los sectores que hemos mencionado cumplan sus objetivos de sostenibilidad y den respuesta a las exigencias relacionadas con la Responsabilidad Social Empresarial que les demandan sus clientes.
El esfuerzo en I+D+i que se ha realizado en los últimos años ha derivado en instalaciones frigoríficas cada vez más eficientes energéticamente. En estos momentos, somos capaces de ofrecer soluciones a medida de cada necesidad, de controlar con gran exactitud la temperatura necesaria en cada momento y solucionar en tiempo real los posibles desajustes. El sector del frío es, en estos momentos, un socio estratégico en materia de eficiencia energética que puede ayudar a marcar la diferencia entre empresas de la misma área de actividad.
Para completar este análisis económico del sector del frío es necesario llamar la atención sobre la capacidad de creación de empleo que tenemos. Nos encontramos ante un sector que no conoce el desempleo y que ofrece oportunidades laborales muy dispares –desde frigoristas hasta ingenieros pasando por expertos en nuevas tecnologías-. Pero, a pesar de la importancia del frío en la economía y en la sociedad, seguimos siendo un sector “invisible” que a duras penas consigue llegar a los jóvenes. Ya sea desde opciones relacionadas con la formación profesional o desde alternativas universitarias, las posibilidades de desarrollar una carrera profesional con proyección de futuro son muy numerosas.
En definitiva, tenemos, entre todos, la misión de continuar creciendo y aportando a la sociedad las herramientas necesarias para su desarrollo. Para ello necesitamos también que desde las Administraciones se nos apoye fomentando la formación profesional y generando un marco fiscal estable que no suponga un lastre a nuestros esfuerzos.
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