La proyección práctica del RSIF hacia la seguridad, la eficiencia energética y la normalización en las instalaciones frigoríficas
- Escrito por Félix Sanz
El RSIF, Reglamento de Seguridad para las Instalaciones Frigoríficas, es un documento fundamental para trasladar al mercado las últimas tecnologías que se están desarrollando en el sector del frío y hacerlo con plenas garantías en cuanto a seguridad y eficiencia energética. La refrigeración ha experimentado en los últimos años una evolución tecnológica sin precedentes por su rapidez y por su alcance. El esfuerzo en I+D+i de la industria ha dado como resultado sistemas muy eficientes energéticamente y con un alto grado de automatización.
El reto ahora es trasladar este esfuerzo al mercado para promover una renovación de los sistemas frigoríficos y también a las ingenierías, consultorías y empresas instaladoras, quienes tienen que hacer un importante esfuerzo en la formación de sus técnicos. Para ello, el RSIF es un texto de referencia fundamental en materia de seguridad, eficiencia energética y normalización.
El RSIF funciona como una guía práctica que es preciso conocer al detalle para obtener el máximo partido de las tecnologías frigoríficas ahora mismo disponibles. Uno de los aspectos más importantes es el detalle con que recoge las características y el tratamiento que debe darse a los nuevos fluidos refrigerantes. Entre los grandes cambios que ha experimentado el sector del frío, la adaptación al Reglamento F-Gas, que contempla la eliminación y sustitución de los gases de alto potencial de calentamiento atmosférico (PCA), y el alineamiento con la norma europea EN-378-216 han sido los más importantes. Esto ha dado como resultado la aparición de nuevos fluidos refrigerantes de bajo PCA y alta eficiencia con los que hay que aprender a trabajar. Destacan, por su consideración de “peligrosidad”, los refrigerantes A2L. Estos refrigerantes son ligeramente inflamables y, por ello, su uso no ha estado permitido hasta la aprobación del RSIF. El texto recoge con detalle cómo debe ser su tratamiento en la instalación y mantenimiento de instalaciones frigoríficas y abre, así, una importante puerta a su uso con plenas garantías de seguridad.
En los últimos años, la eficiencia energética ha sido una de las principales, si no la principal, vía de trabajo de los ingenieros y químicos que trabajan en el sector del frío. Aunque algunas voces apuntan que la crisis de la pandemia del Covid-19 y la difícil situación económica resultante va a suponer un retroceso en lo referente a los objetivos medioambientales del Planeta, el sector del frío se presenta en el escenario post-Covid con los deberes hechos y los que sigan apostando por la eficiencia van a partir con una ventaja competitiva gracias a los importantes ahorros que se producen en materia de gasto energético. Por lo tanto, las indicaciones que recoge el RSIF sobre el cálculo de formas de eficiencia energética en las instalaciones frigoríficas, como el COP (coeficiente de rendimiento) y el TEWI (Total Equivalent Warming Impact-Impacto Medioambiental Equivalente), son ahora más importantes que nunca.
Otra de las proyecciones más prácticas del RSIF son las normas UNE citadas en el mismo. La legislación referente a las instalaciones frigoríficas ha alcanzado, también en los últimos años, una cierta complejidad y una exigencia cada vez mayor en lo referente a la normalización. Por lo tanto, es muy conveniente conocer bien las normas que el Reglamento toma como referencia. Estas son la ya citada EN 378-2016 sobre sistemas de refrigeración y bombas de calor, que recoge requisitos de seguridad y medioambientales incluyendo requisitos básicos, clasificación y criterios de elección; la Directiva de Equipos a Presión 2014/68 del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la armonización de las legislaciones de los Estados miembros sobre la comercialización de equipos a presión; y el RD 709/2015, por el que establecen los requisitos esencial de seguridad para la comercialización de los equipos a presión.
En definitiva, el RSIF puede considerarse ahora mismo el documento más importante a la hora de realizar una instalación frigorífica, ya que recoge los principales condicionantes técnicos que garantizan la seguridad y la eficiencia energética. Su grado de detalle y lo novedoso de las tecnologías que trata lo pueden hacer, en todo caso, complicado de aplicar. Por ello, desde el Comité Técnico de AEFYT nos hemos implicado en su difusión con la organización de seminarios gratuitos en varias ciudades de España y con la edición de la Guía Técnica de Aplicación del Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas, editada por AENOR.
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