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La eficiencia energética de las instalaciones frigoríficas a través del instalador

Eficiencia energética a través del instaladorLa eficiencia energética en las instalaciones frigoríficas, no se consigue sólo por el uso de un equipamiento más eficiente: el diseño de sala de máquinas y su ventilación, colectores, valvulería, aislamientos, trazado, soportación, pruebas de estanqueidad, calidad de materiales empleados, parametrización y regulaciones, limpiezas, registros de ajustes, ubicación de sondas, correcto diagnóstico de las averías y sustitución adecuada de los elementos necesarios, detección y corrección de fugas de refrigerantes, son algunos de los factores donde el instalador interviene y que impactan directamente en el consumo energético de la instalación. 

El papel del instalador en todas las fases de un proyecto (diseño, ejecución, puesta en marcha y mantenimiento) afecta directamente a la eficiencia energética del sistema. Por ello, el asesoramiento y el buen hacer del mismo, lleva a obtener el máximo rendimiento previsto del proyecto.

Como es bien sabido, todas las políticas comunitarias están orientadas a reducir las emisiones, tanto directas como indirectas, de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estas políticas tienen como objetivo fomentar la eficiencia energética de las instalaciones, teniendo en cuenta las condiciones climáticas exteriores y las particularidades locales, así como las exigencias ambientales interiores y la rentabilidad en términos de coste-eficacia.

La clave para conseguir un ahorro en el consumo energético y uso efectivo de equipamiento en una instalación de refrigeración radica en la obtención de las condiciones de trabajo óptimas. Por ejemplo, la correcta carga de refrigerante reducirá el tiempo de operación de los equipos y asegurará las correctas presiones de aspiración y descarga, el sistema de desescarche debe ser eficiente y no operar más tiempo del necesario, un condensador bloqueado aumentará la presión de descarga y la ineficiencia del compresor o ajustes en los controles inapropiados provocarían un aumento de consumo.

Se hace pues imprescindible la aportación de experiencia, conocimientos técnicos y entendimiento de peculiaridades de cada sistema singular por parte del instalador/mantenedor para lograr maximizar el rendimiento del mismo.

Por otro lado, un correcto mantenimiento debería tener entre sus objetivos maximizar la eficiencia energética de la instalación, realizando tareas focalizadas a reducir el consumo eléctrico. Por ejemplo, de media, 1ºC de temperatura de condensación equivale a un 3% de consumo eléctrico, un condensador sucio, tapado de polvo, funciona más horas y en peores condiciones o unas temperaturas de consigna mal reguladas de una central de frío generan un número de horas de trabajo de los compresores excesivo e inadecuado. La verificación de estos parámetros y su posible corrección deben ser una obligación.

Por último, la monitorización se ha convertido en una herramienta esencial en el camino hacia una mejora continua de la gestión energética con una optimización real y efectiva del consumo de las instalaciones. Focalizando en la eficiencia energética de una instalación, no se debe olvidar el control del comportamiento real de ésta, así como tampoco es admisible que con el paso de tiempo no sea reajustada para que funcione en cada instante de la forma más eficiente.

La eficiencia energética de una instalación frigorífica puede y debe medirse durante la vida útil de la misma, siendo muy difícil avanzar en su mejora si se desconoce su valor.

Como conclusión, los avances e innovaciones tecnológicas ofrecen al mercado productos cada vez más eficientes, pero el ahorro energético en una instalación no depende de sus componentes individuales, sino que se consigue al gestionar la instalación como conjunto por parte del instalador. Una instalación puede disponer de los equipos más eficientes del mercado, pero es imposible que sea optimizada sin los conocimientos técnicos adecuados.

El mantenedor puede mejorar el funcionamiento de una instalación existente, reduciendo sus consumos dado su profundo entendimiento de cada instalación singular.

La solvencia técnica, perspectiva objetiva y entendimiento de cada sistema y condiciones de instalación se convierten en factores claves e imprescindibles para lograr que el funcionamiento de una instalación sea el más eficiente. El usuario final ha de tener presente que, para optimizar el funcionamiento de cualquier sistema de refrigeración, la instalación debe ser acometida por técnicos y empresas altamente cualificados, ya que, si no es así, no se lograrán los ahorros deseados.

Los costes ocasionados durante el mantenimiento son costes efectivos y amortizados en un sistema. Esto permitirá al técnico ajustar o reajustar la planta y equipamiento, además de resolver otros problemas potenciales de los que se desconoce su existencia previa. También puede ayudar a comprender las necesidades operativas actuales del usuario final y ayudar a reducir los costes futuros.

Las empresas instaladoras de los sectores de climatización, calefacción y refrigeración que forman Asofrío, ofrecen a sus clientes su sólido conocimiento técnico, buen hacer profesional y por supuesto, garantías de eficiencia energética a través soluciones tecnológicas alineadas con la sostenibilidad y a través de la buena praxis marcada por la reglamentación internacional y nacional.

Artículo elaborado por ASOFRÍO:
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Modificado por última vez enLunes, 11 Noviembre 2024 14:57

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