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Gas refrigerante R410A: presente y futuro del gas

Gas refrigerante R410aDurante la pasada década, el gas refrigerante R410A dominó el mercado del aire acondicionado doméstico al responder a las exigencias del Protocolo de Montreal, cuyo objetivo era eliminar el uso de los gases refrigerantes que agotan la capa de ozono. En su contra siempre ha jugado su alto Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA), de 2088, que hizo que en el Reglamento F-Gas pusiera fecha a su salida del mercado para nuevos equipos en el año 2025.

Entre las características que lo hacían adecuado en el entorno de sostenibilidad medioambiental que buscan las instalaciones frigoríficas domésticas e industriales, podemos destacar que no contiene cloro -por tanto, su efecto sobre la capa de ozono es nulo- y que se utiliza en sistemas estancos, lo que implica que, con un buen mantenimiento que evite fugas, no tiene que reponerse. Por ello, ha sido una alternativa clara al R22 durante los años pasados.

Además, ha sido protagonista de un gran cambio en el diseño de los equipos de aire acondicionado doméstico, al permite reducir su tamaño. Esta mezcla (HFC32 Y HFC125) está incluida por ASHRAE en la clase A1/A1, es decir, es un gas refrigerante no tóxico y no inflamable aún en caso de fugas y presenta buenas propiedades termodinámicas (posee una capacidad frigorífica volumétrica superior al R22), lo que permite el uso de compresores de menor desplazamiento para obtener la misma potencia frigorífica.

La otra cara de la moneda es que el R410A obliga a rediseñar completamente los equipos, es decir, no permite la sustitución directa en sistemas existentes pensados para el R22. Para realizar un retrofit es necesario, en la mayoría de los casos, llevar a cabo cambios en el sistema, que incluyen el compresor, el tubo capilar, el condensador y, en algunos casos, el evaporador; así mismo, requiere de aceites lubricantes específicos.

Aunque el R410a tiene todavía varios años de recorrido, el cambio ha comenzado y, en la actualidad, su principal “competidor” es el R32. También con un impacto nulo en la capa de ozono, fácil de reciclar al ser un refrigerante puro, con una gran capacidad de refrigeración, por lo que se precisa menos refrigerante (un 30 por ciento) para alcanzar los mismos niveles de enfriamiento y con un PCA de 675. El R32 es un gas del grupo A2L (ligeramente inflamables), lo que ha retrasado un tanto su entrada en el mercado. En la actualidad, su uso está regulado en el Reglamento de Seguridad de Instalaciones Frigoríficas y es totalmente seguro cumpliendo la normativa. Esta circunstancia hace de él una estrella en crecimiento en aras de la sostenibilidad medioambiental. De hecho, muchos fabricantes de equipos de aire acondicionado han apostado claramente por la sustitución en los nuevos equipos que salen al mercado.

Otra circunstancia que juega a favor del R32 es la entalpía, una magnitud termodinámica que mide la cantidad de energía que un sistema puede intercambiar con su entorno y que presenta mejores datos en el R32 que el R410A. En definitiva, se necesita menos energía para producir la misma temperatura lo que, unido a la mayor capacidad de refrigeración del R32, significa que presenta mejores índices de eficiencia energética. Esto último lo hace ideal en un contexto de ahorro energético generalizado en aras a la sostenibilidad medioambiental.

El ejemplo de la evolución de estos dos gases refrigerantes es paradigmático de la evolución que han experimentado los gases refrigerantes en la última década y del ingente esfuerzo del sector del frío en su conjunto. Primero con el protocolo de Montreal y, después, con el Reglamento F-Gas el compromiso con la eficiencia energética y la protección de la capa de ozono, en definitiva, con la sostenibilidad medioambiental ha sido palpable. Todo ello en beneficio de la sociedad y de los usuarios empresariales de equipos frigoríficos.

Modificado por última vez enLunes, 21 Octubre 2024 14:34

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