“Para frenar el mercado ilegal de refrigerantes, hay que actualizar el parque de instalaciones. Si no hay demanda, no habrá oferta”

El reglamento F-Gas entró en vigor en 2015 con un objetivo claro de favorecer la protección del medio ambiente a través de una progresiva reducción de cuotas en el uso de refrigerantes HFC con alto GWP o PCA (potencial de calentamiento atmosférico) favoreciendo el uso de refrigerantes sustitutos menos contaminantes. Si se cumplen a rajatabla los objetivos fijados por la norma, las emisiones de CO2 que emiten los refrigerantes a la atmósfera se verán reducidas en un 79%, por lo que la entrada y uso de gases desde el mercado negro, es decir, no regulados, supone un auténtico problema para el cumplimiento de estos objetivos fijados.

Europa es deficitaria en la producción de HFCs, por lo que hay dependencia de la importación y China es el principal exportador de HFCs a la UE. En este contexto, ha surgido un mercado ilegal de refrigerantes. Desde el Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC), que lleva más de dos años denunciando la situación, han contabilizado una discrepancia de 19 millones de Toneladas CO2 en cuanto a las cifras que reporta la Unión Europea en sus estadísticas oficiales en comparación con lo que reportan las autoridades chinas sobre lo que están exportando a Europa.

Hay una parte que entra también desde los países del Este de Europa, como Turquía, Ucrania y Rusia. “El exceso de cuota de HFC registrado es como decir que hay 25 millones de coches nuevos circulando en las carreteras de la UE cada año”, afirmaba Sukhwani durante su intervención.Se trata de 1/3 de la cuota permitida. Si la cuota permitida es unos 100 millones de Toneladas CO2, hablamos de 34 millones de Toneladas de CO2 que entran de forma ilegal.

Los instaladores reclaman más datos y ayuda de las administraciones

Más de 15.000 empresas instaladoras autorizadas por industria, prácticamente todas pymes, pagan finalmente las consecuencias de este mercado negro de gases fluorados. “Ante la entrada en vigor de la F-Gas en 2015 existía un gran parque de instalaciones con gran carga de HFC que tiene que seguir existiendo, porque si no, no habría demanda de mercado negro”, afirmaba Susana Rodriguez en representación de los instaladores que, según CNI, son los que pagan este mercado negro.  “Para las empresas supuso un gran coste que ha derivado en una gran pérdida de competitividad”.

Desde la Confederación Nacional de Instaladores reclaman más datos y más apoyo por parte de las administraciones. Por una parte, no existe una base de datos que cuantifique de forma real cuántas instalaciones utilizan HFC en este momento, por lo que es imposible determinar la demanda real de estos gases. “En el inicio de la F-Gas hubo un acopio muy importante de gas, otro dato que desconocemos y que no se ha tenido en cuenta. Nos faltan datos para conocer la demanda real del sector”.

Por otra parte, la propuesta directa de CNI pasa por incentivar el cambio de las instalaciones a tecnologías más limpias con gases con menor PCA, algo para lo que reclaman la ayuda directa de la Administración. “La solución es cortar la demanda. Si no hay demanda de un producto, no hay oferta. Y esto se consigue actualizando el parque de instalaciones”.

Pilar Jurado, hablaba en nombre de la Agencia Estatal de Administración Tributaria y afirmaba que, efectivamente, la entrada en vigor en 2014 del impuesto de gases fluorados recaía directamente sobre el instalador y que ésto también anima al uso del mercado negro. "El impuesto repercute en el instalador directamente: bien lo paga él o se paga a través del precio final al consumidor". 

En 2021 nos enfrentamos a una nueva bajada de la cuota de refrigerantes marcada por la F-Gas. El temor a una falta de gas en el mercado, dispara directamente los precios. Ante esta situación, Rodriguez hacía un llamamiento a las administraciones para intentar contener los importes de los gases, ya que los precios altos alientan al uso del mercado negro. Desde CNI, confían en que el mercado de gases estará cubierto sin problema. “Habrá gas y los instaladores vamos a seguir haciendo los deberes. Sólo pido a las administraciones que colaboren con nosotros y nos apoyen para seguir contribuyendo ya que todos los cambios normativos se están haciendo a costa del pulmón financiero de las pequeñas empresas”.