Mercado de la construcción sostenible y saludable: retos, claves y tendencias
- Escrito por Idoia Arnabat CALORYFRIO
En el sector de la construcción ya sea para proyectos de obra nueva como para proyectos de rehabilitación, la eficiencia energética, la sostenibilidad y la salubridad son conceptos clave. En el marco de la celebración de Rebuild 2023, tres profesionales con visiones complementarias del sector nos han dado su opinión sobre cómo conseguir que los proyectos de construcción cumplan con estos conceptos y cuáles son las variables que debemos tener en cuenta en esta ecuación que definirá cómo serán los edificios del futuro.
Hoy, tomamos el pulso al sector de la construcción sostenible y saludable.
Agradecemos su participación en este Pulso al Mercado a:
- Raúl Álvarez, Director Técnico de Soprema
- Rafael Bravo, R&D Manager en Confort & Salud de Orkli Group
- María Moya, ingeniera experta en consultoría y formación ES-SO
Puedes escuchar este reportaje también en podcast:
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- Raúl Álvarez, Director Técnico de Soprema
- Rafael Bravo, R&D Manager en Confort & Salud de Orkli Group
- María Moya, ingeniera experta en consultoría y formación ES-SO
Los puntos claves de la construcción sostenible y saludable
Con este reportaje, hemos querido indagar en los puntos clave que convierten un proyecto de construcción en sostenible y saludable. Como sabemos, en una edificación se implican multitud de perfiles profesionales e infraestructuras, y el proceso de sostenibilidad se inicia desde la propia fabricación o concepción de los productos o materiales que terminarán formando parte del edificio. "Tener un control absoluto desde el proceso de fabricación del producto hasta su ciclo final de vida sería uno de los primeros puntos clave para ser sostenible", nos indica Raúl Álvarez, Director Técnico de Soprema, "pasando por la puesta en obra. Esto significa tener muy bien definido lo que consume ese producto durante toda su fase de vida”. Precisamente, conseguir que ese producto llegue al edificio para convertirlo en saludable es uno de los retos que también plantea el sector, del que hablaremos más adelante.
Coincide en la importancia de adelantarse a la operativa de la edificación Rafael Bravo, Técnico en Confrot y Salud de Orkli Group, quien apunta como uno de los puntos clave para lograr una construcción sostenible y saludable al diseño bioclimático, en cuanto a la orientación del edificio o sus materiales desde su fabricación. También pone el foco en los materiales que se utilizan María Moya, experta en sistemas para el control solar en la edificación; “hablaríamos, por ejemplo, de carbono embebido de economía circular en sus componentes, los productos. También es fundamental no olvidar el carbono generado durante la operativa de construcción", apunta.
Al ejecutar la obra, desde Soprema apuntan a la importancia de la sensación de salubridad interior, lo que pasa por "asegurar la eficiencia energética y el confort acústico interior" así como "tener un control de la humedad del edificio y de la estanqueidad teniendo en cuenta factores como la ventilación y la calidad del aire interior, otro punto clave para asegurar un edificio saludable, tal y como coinciden todos nuestros entrevistados.
Desde Orkli, como fabricantes de sistemas de ventilación eficientes, hacen incapié también en lo vital que es hacer una buena gestión de la calidad del aire interior como un asunto "cada vez más importante". La regulación y control cuenta también con un papel fundamental: “optimizar que los elementos de las instalaciones mecánicas puedan trabajar de manera unísona obteniendo el mejor rendimiento”, afirma Bravo.
Calidad del aire como modelo imprescindible de la nueva edificación
Los nuevos edificios construidos son más herméticos, con mejores envolventes y aislamiento muy eficiente. Ésto, según afirma Rafael Bravo de Orkli “es espectacular desde el punto de vista técnico e higrométrico, pero obliga a instalar equipos de ventilación mucho más eficientes con más sensores para poder tratar la calidad del aire y asegurar la salubridad de las personas”.
En un ambiente hermético, tener un control de la calidad de aire es indispensable, porque si no, los contaminantes del aire ambiente pueden propagarse, aumentar y generar problemas de salubridad en la vivienda.
Asegurar una buena calidad del aire en la rehabilitación de edificios es donde se encuentra el mayor reto para el sector ahora mismo. “En este caso no partimos de un lienzo en blanco en el cual podemos colocar una instalación de ventilación centralizada por conductos. Pero existen soluciones por local que permiten adaptarse en mayor medida a las problemáticas que tenemos en una vivienda existente cuando no se puede hacer una instalación centralizada”.
Por otra parte, resolver el problema del gas radón se ha convertido en un añadido más para los profesionales del aislamiento y la estanqueidad. Desde Soprema fabrican láminas para impermeabilización de estructuras enterradas, contra el agua por incidencia del terreno. “La normativa en este aspecto ha quedado algo corta, muy poco definida. Hay muy pocos parámetros para saber exactamente cuál es el problema, sobre todo al inicio de la obra”, explica Raúl Álvarez, técnico de la firma. “Actualmente creo que el gas radón es una problemática que tenemos encima de la mesa y que se debe en cuenta en todos los proyectos que se ejecutan hoy en día, sobre todo de obra nueva y rehabilitación para asegurar la salubridad de las edificaciones”.
Retos: ¿Cómo conseguir edificios sostenibles y saludables?
Para Rafael Bravo, de Orkli, el mayor reto para conseguir edificios más saludables parte del propio usuario, que es el que va a demandar una cierta de calidad en las instalaciones. El usuario en su curva de aprendizaje va dando grandes pasos. Ya no se queda en las soluciones más básicas, sino que cada vez tenemos un usuario más exigente, tanto en calidad del interior como a nivel de regulación. Hoy en día queremos controles sencillos, fáciles, con apps, con WiFi. “Los proveedores y demás actores del mercado tenemos las soluciones y lo que queremos es esa demanda de los usuarios para poder implantarlas”, afirma Bravo.
Desde Soprema, afirman que, como fabricantes de soluciones de aislamiento, “nuestro reto está en el producto”. Conseguir que ese producto llegue al edificio para convertirlo en saludable. “Estamos minimizando al máximo materias primas de origen petreo, sobre todo en asilamientos sintéticos. Estamos apostando por introducir material reciclado, lo que es todo un reto en productos con calidad y con un ciclo de vida continuo. También buscamos lanzar productos de materia prima más natural, con lo cual incidimos mucho en los kilogramos de CO2 del tanto en su fabricación y en su puesta en obra. Con aislamientos naturales, por ejemplo. Partes de la base de un CO2 negativo, lo que supone una aportación a la sostenibilidad del edificio. Aparte de los aislamientos orgánicos que estamos introduciendo y la reciclabilidad en aislamientos o láminas sintéticas, por ejemplo, estamos introduciendo en términos de acústica productos que tienen materia prima orgánica también para el impacto, en los productos de impermeabilización líquida estamos introduciendo productos acrílicos base agua, con lo cual emiten bajos niveles de componentes volátiles y otros productos que estamos introduciendo en términos de sostenibilidad y de reciclabilidad en otras materias, como por ejemplo la impermeabilización sintética o bituminosa”.
Otro reto importante para lograr una construcción más sostenible se encuentra en la optimización de la funcionalidad de los componentes a escoger, algo que, para María Moya, requiere de “una labor previa de formación y de conocimiento para realmente escoger los materiales, componentes y productos que más se adaptan a nuestras necesidades”.
A nivel práctico, la ingeniera nos recuerda que también es preciso mejorar la coordinación entre profesionales que intervienen en el desarrollo de un proyecto. “Entre la concepción inicial, la idea del arquitecto, el diseño de la fachada y el ingeniero energético, por ejemplo. Convendría implantar algún tipo de metodología que integrase desde el principio a todas las partes, definiendo objetivos claros”.
Según Moya, también sería de gran ayuda disponer de feedback sobre cómo está funcionando el edificio. “Ahora mismo, el cumplimiento de un edificio respecto a la normativa se verifica sobre una simulación o lo que se podría llamar un listado de buenas intenciones. Algunos países, aunque pocos, ya funcionan con la validación en dos fases. Tras la puesta en marcha de los edificios, se comprueba que realmente el edificio esté funcionando y esto hace que los ocupantes se impliquen mucho más en realmente optimizar el funcionamiento del edificio”.
Tendencias: ¿Qué camino seguirá la construcción?
Las tendencias y el futuro de la construcción vienen marcadas, por un lado, por el propio CTE, que ya orienta claramente a la construcción de edificios de consumo casi nulo o NZB, o ejemplos como el certificado Passivhaus con miles de metros cuadrados en el mercado. Sin embargo, una tendencia ya imparable en el sector es la construcción industrializada. Como comenta Rafael Bravo, “ya no hablamos solo de un reducto de viviendas unifamiliares que se construyen en una nave, sino que se está pensando en la construcción en altura a través de esta metodología, que apunta a una mejora en tiempos, en recursos, en personal cualificado… algo fundamental en un sector donde tenemos un gran déficit de personal cualificado para hacer las instalaciones”.
Desde Soprema coinciden en que el camino pasa por la industrialización del sector. “Mejorará los procesos y el gasto energético de los mismo, la logística de los materiales obviamente con un paso previo de digitalización, será el camino que potenciará mucho más la construcción en los próximos 5 años en España”.
A nivel normativo, desde Europa hay varias normativas que afectan al sector que se moverán en los próximos años, tal y como nos informa María Moya. La primera, la revisión del reglamento de productos de construcción que detalla más las especificaciones de estos productos, en materia de acústica y de la emisión compuestos orgánicos volátiles para la calidad del aire interior. En el aire también, la posible obligatoriedad de disponer de una declaración ambiental de producto, “aunque se trata de un tema delicado por el alto coste económico que tienen estos análisis”.
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