Humedades por condensación ¿Cómo solucionarlas?
- Escrito por Paula Serrano CALORYFRIO
Eliminar las humedades por condensación en espacios interiores puede ser una tarea compleja si no se ataca el problema de raíz y de forma integral. En el mercado existen soluciones que prometen acabar con el problema de manera sencilla y rápida. Sin embargo, con el tiempo se comprueba que sólo lo eliminan temporalmente cuando las humedades vuelven a aparecer. En este artículo te explicamos el porqué de las humedades por condensación y qué soluciones se pueden implementar para erradicarlas definitivamente.
Patologías relacionadas con las humedades por condensación
Causa de las humedades por condensación
Soluciones a las humedades por condensación
- Aislamiento térmico para evitar el efecto pared fría
- Resolver adecuadamente los puentes térmicos
- Ventanas aislantes
- Limitar las fuentes internas de humedad
- Ventilación adecuada
Patologías relacionadas con las humedades por condensación
Las humedades por condensación afectan a la calidad el aire interior y a la durabilidad de los materiales de construcción. El vapor de agua contenido en el aire interior se condensa cuando entra en contacto con superficies frías. Por ejemplo, en invierno sobre las superficies acristaladas de las ventanas e incluso en el propio marco de las ventanas o en un muro de fachada orientado a norte sin radiación solar directa. En primer lugar, se aprecia las manchas de moho, pero cuando la temperatura desciende aún más, es entonces cuando se aprecian las manchas de las humedades por condensación.
El moho producido en una pared fría es fuente de contaminación del aire interior que respiramos y es necesario eliminarlo. El moho es un hongo de tamaño microscópico, de color grisáceo, negro o verdoso que afecta fundamentalmente a las vías respiratorias de las personas expuestas. También puede causar alergias o asma o incrementar sus efectos en la salud de personas con estas patologías. Especialmente en personas sensibles, como bebés o personas mayores. Es además causa de irritación en la piel y en los ojos siendo el origen de infecciones micóticas.
Por otro lado, las humedades por condensación producen daños o lesiones en los materiales constructivos donde se originan. La humedad produce hinchazón, abombamientos y putrefacción en la madera, oxidación en materiales metálicos, desconchones y desprendimientos en el revestimiento interior (pintura, enlucido de yeso, etc.) o eflorescencias salinas en los materiales cerámicos.
Causa de las humedades por condensación
El origen de las humedades por condensación en el interior de los edificios se fundamenta en un exceso de humedad relativa interior. La presencia de humedad es habitual en espacios interiores, como pueden ser las viviendas, donde las fuentes de humedad interna más comunes son la respiración de las personas y su metabolismo, la vegetación presente en el interior de la vivienda y las actividades cotidianas como cocinar, fregar, lavar y tender la ropa o ducharse.
A ello hay que sumar una ventilación inadecuada. Abrir las ventanas puede ser una solución, aunque no siempre es posible debido a la contaminación, el ruido o las temperaturas extremas en el exterior. Además, ventilar abriendo las ventanas puede no ser suficiente para eliminar el exceso de humedad. Incluso se puede aumentar la humedad relativa en el interior si el aire exterior está cargado de humedad. Se estima que, para ventilar adecuadamente una vivienda de tamaño medio con ventilación natural, sería necesario abrir una ventana durante una hora cada 3 o 4 horas.
Por otro lado, existe un elevado porcentaje de edificios y viviendas en nuestro país, construidos con anterioridad al año 1980, que carecen de aislamiento térmico en su envolvente térmica. La ausencia de aislamiento o un aislamiento insuficiente es la causa del efecto pared fría. Puede ser tanto en una pared, como en un suelo o en un techo en contacto con el exterior. El aire húmedo entra en contacto con la superficie fría y condensa produciendo las humedades por condensación.
Soluciones a las humedades por condensación
Según fuentes del INE el 57% del total de los edificios residenciales fueron construidos sin tener en cuenta criterios de ahorro energético. La primera norma de eficiencia energética es la NBE-CTE 79 que entró en vigor en el año 80. Posteriormente, en 2006, se publicó el CTE que incluía el documento de ahorro de energía. Una norma que ha ido incrementando las exigencias de aislamiento térmico hasta la versión actual de 2019.
Existe un potencial enorme de intervención en los edificios existentes mediante la instalación o mejora de aislamiento térmico. Este debe de contar con el espesor suficiente en función de la zona climática en la que se encuentre el edificio. Y además debe de ser continuo. Se aislará preferentemente por el exterior. Si por el exterior no es viable, se actuará por el interior, bien mediante aislamiento insuflado en cámara o trasdosado interior o una combinación de ambas. En climas más fríos el espesor de aislamiento necesario será mayor que en climas cálidos.
Una de las razonas por las que conviene que el aislamiento térmico sea continuo y preferentemente se instale por el exterior es porque así se resuelven los puentes térmicos. Estamos hablando de puentes térmicos puntuales o lineales en los que el aislamiento térmico se interrumpe si no está correctamente ejecutado. Por ejemplo, encuentros de fachada con forjados intermedios o con cubiertas, cajas de persiana, contorno de huecos, pilares en fachada o encuentros de fachada con el suelo en contacto con el exterior o la solera. En dichos encuentros se produce el mismo efecto de pared fría que en paredes, suelos y techos. El flujo de calor aumenta en dichos encuentros, debido a la interrupción del aislamiento, reduciendo considerablemente la temperatura superficial interior en los meses más fríos que, al entrar en contacto con vapor contenido en el aire, es origen de problemas de aparición de moho y humedades por condensación.
Para contar con una envolvente térmica correctamente aislada no debemos obviar la calidad de las ventanas y su correcta instalación. Puede ocurrir que en invierno ante un exceso de humedad relativa interior nos encontremos con que el vidrio de las ventanas está empañado por el interior. Incluso puede ocurrir que aparezca moho justo en el contorno de la ventana, entre el marco y la pared donde se inserta. La causa de estas patologías suele ser un vidrio poco aislante (vidrio simple o incluso doble con cámara insuficiente), un marco de alta transmitancia térmica (generalmente metálicos) y sin rotura de puente térmico y una discontinuidad entre el marco de ventana y el aislamiento de la fachada si lo hubiera.
Se recomienda instalar ventanas aislantes con doble o triple acristalamiento (este último en climas extremos), con cámara de aire hasta un máximo de 20 mm, con marco de baja transmitancia térmica (metálico con rotura de puente térmico, PVC o madera) y garantizar la continuidad entre el aislamiento de la fachada y el marco de la ventana.
Por otro lado, las ventanas serán preferentemente de clasificación C4 de permeabilidad al aire. Estas ventanas se clasifican así según la norma UNE-EN 12207:2017 porque su permeabilidad al aire es igual o menor a 3 m³/hm² avalada mediante ensayo, para una presión de 100 Pa. Por último, si la ventana incluye cajón de persiana, este será estanco y estará correctamente aislado.
Reducir el contenido de humedad en el interior de una vivienda pasa por reducir las fuentes de humedad en la medida de lo posible. Principalmente cuando dicha vivienda no cuenta con un sistema de ventilación adecuado, como podría ser una ventilación mecánica. En este caso es recomendable adoptar ciertas rutinas como: no tender la ropa húmeda en el interior de la vivienda o secarla con la calefacción encendida, abrir ventanas mientras se cocina o se utiliza el agua caliente en la ducha, mantener la calefacción encendida a una temperatura moderada en los meses más fríos o comprobar el correcto funcionamiento de la extracción de aire por los patinillos de ventilación. Utilizar un deshumidificador también puede ser recurso útil para reducir el contenido de humedad.
La ventilación, al igual que la mejora del aislamiento térmico y la sustitución de ventanas, es una de las actuaciones más recomendables para solucionar las humedades por condensación. De hecho, se recomienda incluirla junto a las actuaciones de mejora del aislamiento térmico de la envolvente térmica. Un error muy común consiste en sustituir las ventanas antiguas por otras más herméticas sin plantear ninguna actuación en la mejora de la ventilación. En estos casos es cuando se pueden generar humedades por condensación cuando antes no sucedía. La causa se basa en una reducción del grado de ventilación de la vivienda al eliminar las infiltraciones de aire de las ventanas antiguas por sustituirlas por ventanas herméticas.
Ante un problema de humedades por condensación, la ventilación natural puede ser insuficiente, ya que depende de las condiciones exteriores, que no siempre serán las más favorables. En cambio, la ventilación mecánica permite garantizar el caudal adecuado en todas las estancias de la vivienda e incluso regular la humedad relativa interior. La ventilación mecánica VMC puede ser de simple o doble flujo. Cuando la ventilación es de simple flujo, la admisión es natural y la extracción es mecánica. En cambio, cuando la ventilación es de doble flujo, admisión y extracción son mecánicas. Esta segunda opción permite equilibrar los caudales de admisión y extracción e incluso instalar un recuperador de calor para una mayor eficiencia energética. El recuperador de calor puede ser entálpico en el caso de que se requiera humidificar o deshumidificar el aire interior.
Conclusiones
En este artículo hemos revisado qué patologías se producen como consecuencia de las humedades por condensación, cuáles son las causas y qué soluciones existen para solucionar este problema. Sin embargo, ninguna de estas medidas será efectiva por separado. La solución eficaz pasará por implementar el conjunto de todas ellas, actuando de forma integral.
Es importante aislar con el espesor de aislamiento térmico adecuado a la zona climática donde nos encontremos, para evitar el efecto pared fría. Pero mejorar el aislamiento de fachadas, cubiertas y suelos exclusivamente no garantiza que las humedades por condensación vayan a desaparecer. Es necesario actuar en toda la envolvente térmica, cerramientos y ventanas, que el aislamiento sea continuo, mejor aislar por el exterior que por el interior, y resolver los puentes térmicos. Y lógicamente es requisito regular el contenido de humedad mediante una ventilación adecuada. Incluso si vamos más allá, mejorar la estanqueidad global de la envolvente.
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