Cómo regular el aire acondicionado para ahorrar energía

La temperatura ideal del aire acondicionado para ahorrar

Fija la temperatura del aire acondicionado en unos 24-26 grados, que es la recomendada por el Instituto para la Diversificación del Ahorro Energético (IDAE). Se aconseja que la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior no sea mayor de 12 grados, aunque en ocasiones no es posible, sobre todo en entornos urbanos en los que se produce el denominado efecto isla de calor. Hay que tener en cuenta que por cada grado menos el consumo aumentará hasta un 8%, tal y como te explicamos en el siguiente vídeo: 

Recuerda que no por marcar en el termostato una temperatura muy baja la estancia se va a enfriar antes. Es más, esta medida solo provoca un mayor consumo de energía y una sensación de disconfort por el cambio brusco. Lo más recomendable para la comodidad de los usuarios y para el ahorro es que el equipo de climatización disponga de tecnología inverter. Así el compresor del aparato trabaja continuamente manteniendo la temperatura más adecuada de forma constante y, por tanto, con mayor eficiencia.

Las programaciones horarias con las que ya cuentan la mayoría de modelos de aire acondicionado amplían la posibilidad de control y regulación. Así, es posible programar el encendido horas antes de llegar a casa para encontrarla fresca. Además, la mayoría de los equipos incorporan conexión vía WIFI, a través de la que podemos apagar/encender, programar y manejar el aparato desde cualquier dispositivo con acceso a Internet.

Por su parte, algunos sistemas de aire acondicionado, sobre todo los centralizados, permiten zonificar de forma independiente cada estancia. Con esto se limita el consumo energético y se climatiza de forma mucho más eficiente, al conseguir que cada habitación alcance la temperatura necesaria sin gastar energía en enfriar las que permanecen vacías.

Usa las funcionalidades del aparato

Conocer las furncionalidades y modos de tu equipo te permitirá sacarle todo el partido y hacer un uso eficiente. Por ejemplo, el modo ECO reduce el consumo en hasta un 30% y, si necesitas tenerlo en marcha mientras duermes, puedes reducir la potencia o usa el modo sleep, con el que regulará de forma automática la temperatura a lo largo de la noche. Si el calor del exterior te lo permite, apágalo durante las horas de sueño y deja las ventanas abiertas creando corriente; ahorrarás mucho en la factura. Además, activar el movimiento de las lamas con el modo swing facilita que el frío se distribuya de forma regular por toda la estancia. Con esta sencilla medida no solo mejoramos la sensación térmica, también necesitaremos menos potencia para alcanzar la temperatura adecuada.

Equipos eficientes, mantenimiento adecuado y un buen aislamiento 

También es importante que a la hora de comprar un aparato de aire acondicionado valores su grado de eficiencia. Elige siempre A+++ y, si tu presupuesto de lo permite, opta por los que tienen sensores de presencia o de movimiento. Detectan cuando una persona entra o sale de la estancia en función de parámetros ajustables, por lo que optimizan aún más el consumo.

Asimismo, a la hora de instalarlo evita que reciba los rayos del sol de forma directa, porque lo pueden dañar y también exigirán más consumo para su funcionamiento. En esta línea es importante recordar la necesidad de mantener limpios los filtros (con una limpieza o dos anuales será suficiente) y que un profesional realice una revisión de mantenimiento en los plazos que recomienda el fabricante. Así garantizamos que todo funciona como debe, alargamos la vida útil del equipo y conseguimos un consumo ajustado.

Sin duda, además de regular el aire acondicionado para ahorrar energía, es muy recomendable apostar por un buen aislamiento de la vivienda. Las ventanas y puertas bien selladas nos ayudarán a mantener la temperatura interior. Además, la instalación de toldos y otros elementos de protección solar en las ventanas o balcones donde dé directamente el sol es una medida asequible y muy efectiva que puede suponer hasta un 60% de ahorro de energía. También el aislamiento térmico en fachadas, techos y muros reducirá la exigencia de aire acondicionado.