Durante la anterior edición de la Dropet Ethanol & Biofuels Conference, tuve la sensación compartida en mis charlas con expertos en biocombustibles de todo el mundo, de que los profesionales del sector energético tenemos claros cuáles son los problemas y soluciones de nuestro sector. Sin embargo, pocas son las opciones (o el atrevimiento) que tenemos de plantear el debate en las adecuadas instancias legislativas.
Los “sofistas” defienden la retórica como método para transmitir el saber. Son muy buenos convenciendo y ganando adeptos, pero si no tienen la experiencia previa y el conocimiento preciso, pueden convencer de un error. Esto tengo la sensación de que ocurre en esta simbiosis “ecologismo de ciudad-Gobierno” que vivimos, donde ninguno sabe realmente de agricultura, de ganadería, de energía, de tecnología… pero ambos saben qué decir para contentar a sus socios o votantes, gracias a que la mayoría son también ajenos a la experiencia energética y/o rural.