Termografía infrarroja, una herramienta fundamental para la rehabilitación energética
- Escrito por Idoia Arnabat CALORYFRIO
Uno de los primeros pasos que los técnicos deben dar a la hora de acometer una rehabilitación energética, debe ser la realización de un diagnóstico del inmueble con el fin de evaluar la eficiencia energética de la envolvente térmica, el estado de las instalaciones de calefacción o fontanería, fugas de aire… y poder así detectar y evaluar las pérdidas de energía y realizar una auditoría energética en condiciones óptimas.
Para ello, una de las herramientas de diagnóstico que pueden emplear al realizar la evaluación del estado de un edificio es la termografía infrarroja, una tecnología cuya implantación aún no es la deseada, y que proporciona a los profesionales una información fundamental para la realización de una auditoría energética.
Qué es la termografía Infrarroja
El término termografía hace referencia al registro gráfico del calor emitido por la superficie de un cuerpo en forma de radiaciones infrarrojas y que puede tener aplicaciones médicas, técnicas, etc. Para ello, se utilizan cámaras termográficas que son las que detectan el patrón térmico de un cuerpo sin entrar en contacto con él. A su vez, la cámara emite una imagen radiométrica o imagen térmica que contiene cálculos de las medidas de temperatura en todos los puntos de la imagen.
La información térmica corresponde a un patrón, un estado puntual en cuanto a su temperatura ya que no se considera el objeto como algo aislado sino que casi siempre estará bajo unas condiciones cambiantes, rodeado de otros objetos que le influyan, unas actuaciones, etc.
Disponer de esta imagen permite obtener información sobre posibles anomalías de la superficie u objeto estudiado. Su análisis por un profesional experimentado indicará las medidas a tomar para resolver problemas existentes.
Ventajas del uso de la termografía
La importancia de la termografía viene determinada porque una pequeña variación en la temperatura puede estar producida por alguna anomalía que de no ser detectada y solventada podría generar un problema mayor. De hecho, si esta anomalía nos obliga a programar un termostato unos grados por encima de la temperatura idónea, puede provocar un aumento en nuestro consumo de energía y variar nuestras condiciones de confort.
En definitiva, la temperatura es una variable fundamental y el hecho de controlarla y conocerla nos proporcionará muchas ventajas. Y en este sentido, la técnica de la termografía nos resultará de gran utilidad por diversos motivos:
- Es una medida en tiempo real: la cámara capta lo que sucede al momento. Si las condiciones del objeto cambian, la cámara muestra el cambio de forma inmediata, sin inercias ni actualizaciones.
- No es invasiva, es decir, se mide sin contacto directo. Esto supone una gran ventaja a la hora de realizar inspecciones termográficas en instalaciones eléctricas, las cuales se pueden revisar incluso estando en funcionamiento. El termógrafo solo observa la radiación saliente del objeto mientras este está en marcha.
- Es bidimensional, esto significa que se puede medir la temperatura en dos o más puntos de un mismo objeto al mismo tiempo.
- Es multidisciplinar: las imágenes no sólo muestran la temperatura, sino que hablan también de patrones térmicos, comportamientos, anomalías, etc.
Estas características de la termografía hacen que se haya extendido su aplicación a diversos ámbitos como la medicina, la veterinaria, la electricidad, la edificación, los procesos industriales, los sistemas de seguridad y de antiintrusión, la navegación o la automoción, etc.
Sin embargo, será complicado que el profesional que maneja una cámara termográfica disponga de conocimientos en todos estos ámbitos. La termografía aporta un 10% de la información necesaria para el diagnóstico buscado, lo fundamental será la interpretación de los resultados por parte del profesional especializado que será quien deba analizar los resultados, realizar los informes y extractar las conclusiones.
Aplicación de la termografía en el diagnóstico de edificios
Como ya hemos comentado, la cámara termográfica puede ser la herramienta idónea para localizar e identificar anomalías a la hora de realizar la inspección del nivel de eficiencia energética de un edificio. En dicha inspección, una cámara termográfica ayudará al técnico a:
- Visualizar las pérdidas de energía por un aislamiento defectuoso; al utilizar una cámara termográfica para localizar faltas de aislamiento o pérdidas de energía, la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del edificio debe ser, preferiblemente, de al menos 10 ºC. Si se utiliza una cámara termográfica con imágenes de alta resolución y una alta sensibilidad térmica dicha diferencia de temperatura puede ser menor.
- Localizar fugas de aire; las fugas de aire conllevan un mayor consumo de energía y, normalmente, provocan problemas con el sistema de ventilación. Las fugas de aire también pueden provocar condensación en la estructura, lo que a su vez puede perjudicar el clima en el interior
- Encontrar humedad en el aislamiento, en los tejados y muros, tanto en la estructura interior como en la exterior; la humedad puede ser difícil de detectar y el truco consiste en hacer que la construcción cambie de temperatura. Los materiales con humedad serán entonces claramente visibles, ya que cambian la temperatura con mucha más lentitud que los materiales secos.
- Detectar moho y áreas mal aisladas; la humedad es una de las patologías más frecuentes en el deterioro de un edificio. Las fugas de aire pueden provocar condensación que se forma dentro de paredes, tejados o techos y el aislamiento húmedo tarda mucho tiempo en secarse y se convierte en el lugar idóneo para el desarrollo de mohos y hongos.
- Localizar puentes térmicos; zona de la envolvente de un edificio con menor resistencia térmica y por tanto la ruta más fácil desde el espacio calentado al exterior.
- Localizar filtraciones de agua en tejados planos; dado que el agua conserva el calor más que otros materiales, se puede detectar su presencia con una cámara termográfica a última hora de la tarde y por la noche cuando el tejado ya se ha enfriado.
- Detectar roturas en tuberías de agua caliente; los fallos en tuberías se detectan con facilidad con la termografía, incluso cuando las tuberías bajo suelo o dentro de una pared. Basta con hacer circular agua caliente a través de ellas.
- Instalaciones de climatización; los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) necesitan un mantenimiento adecuado. Tienen que suministrar aire con la humedad y temperatura correctas y filtrar cualquier contaminante del interior. La termografía puede ayudar a detectar si los sistemas de climatización funcionan correctamente.
- Localizar averías en instalaciones de calefacción por suelo radiante; el calor de las tuberías de la instalación de suelo radiante, se irradia a través de la superficie y permite detectar cualquier fallo en el sistema.
- Supervisar el secado de edificios; durante el secado de la construcción, las termografías permiten determinar el progreso de los procedimientos de secado para que se puedan tomar las medidas necesarias para acelerar el proceso.
- Detectar fallos eléctricos; la termografía se utiliza para escanear cuadros eléctricos, fusibles, conexiones y mucho más.
Con todo lo anteriormente expuesto y teniendo en cuenta que el sector de la construcción en España es el responsable de más del 30% del consumo energético final, se han puesto en marcha diversas normativas como el Real Decreto 235/2013 de 5 de Abril de 2013 sobre “Procedimiento básico para la Certificación de la Eficiencia Energética de los Edificios” o la Ley 8/2013 de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas que, entre otros muchos temas obligan a los ciudadanos a poner en marcha las medidas necesarias para conocer el consumo energético de sus viviendas.
Además, mediante la realización de auditorías energéticas y la obtención del certificado energético, no sólo conoceremos el comportamiento energético de nuestros edificios sino que también podremos conseguir que nuestros inmuebles consuman menos, nuestras facturas de consumo de energía sean inferiores, nuestro confort térmico aumente y en consecuencia obtendremos una revalorización de nuestra vivienda especialmente si decidimos ponerla a la venta o en alquiler.
Fuentes: Guía de la Termografía Infrarroja - Fenercom; Guía sobre Termografía para aplicaciónes en edificios y energía renovable - Álava Ingenieros
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