Energías renovables y digitalización: claves para España en el Plan de Recuperación Europeo
- Escrito por Montse Bueno
El Plan de Recuperación para Europa acordado por los países miembros de la Unión Europea que contempla un Fondo de Recuperación Next Generation EU de 750.000 millones de euros – 360.000 destinados a préstamos y 390.000 a transferencias - con el objeto de movilizar recursos públicos europeos para contribuir a una recuperación rápida y potente tras las circunstancias derivadas de la pandemia de coronavirus, ha sido trasladado hoy al Congreso de los Diputados de mano del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha reiterado su carácter de acontecimiento histórico y ha explicado cómo las ayudas se van a repartir en el sector técnico.
La iniciativa viene a proporcionar apoyo a las prioridades de inversión y reforma; reforzar programas fundamentales para la recuperación, y financiar acciones para generar resiliencia en el futuro. Consta de tres pilares sobre los cuales está previsto que se asiente el crecimiento de la UE para que sea fuerte, equilibrado y sostenible, en la línea de los objetivos contemplados en el Pacto Verde, y pasarán por la transición digital, la transición ecológica y la formación, tanto de estudiantes como de trabajadores, tratando de poner en valor un tipo de economía competitiva, inclusiva y sostenible.
España obtendrá del orden de alrededor de 140.000 millones de euros a lo largo de los próximos seis años, que corresponden a más del 11% del PIB nacional. Esta mañana, el Presidente ha vinculado el proyecto de país cimentado en distintas transformaciones cruciales que defiende con las directrices que llegan de Europa en materia de digitalización de la economía, que considera imprescindible; de transición ecológica, y de igualdad. El objetivo final: recuperar el crecimiento creando empresa y, por tanto, empleo, y que éste sea de calidad y estable.
Mediante el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, España contará con 59.000 millones de euros para poner en marcha un plan nacional de reformas e inversiones destinadas al crecimiento y la transformación de la economía de acuerdo con los tres pilares ya citados. Por otra parte, el programa denominado ReactEU destinará 12.400 millones de euros para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la crisis. Y si bien la Unión Europea apuesta porque estos fondos Next Generation EU y, en concreto el nuevo presupuesto, se canalice a través de programas que contemplan una gran variedad de actuaciones, sus artífices ponen el foco en impulsar sectores vinculados a las renovables, la movilidad eléctrica, las baterías y almacenamiento, las aplicaciones digitales o la economía circular. Y ello incluye una “Oleada de Renovación Masiva” destinada a adecuar y hacer más eficientes los edificios e infraestructuras críticas de Europa, implantar del orden de un millón de puntos de recarga para vehículos eléctricos, y generar una cifra similar de nuevos empleos conocidos como “verdes” desarrollados por profesionales cualificados.
Con el fin de lograr la autonomía estratégica de Europa, la UE considera esencial alcanzar una verdadera economía digital y de datos que han de servir de palancas de innovación, así como de creación de empleo. Aún y así, el presupuesto de la UE para 2021 sigue apoyando las prioridades de Europa previamente existentes y, por consiguiente, la Comisión Europea mantiene su compromiso con las seis principales prioridades: el Pacto Verde Europeo; una Europa adaptada a la era digital; una economía que funcione para todos; la promoción del modo de vida europeo; una Europa más fuerte en el mundo, y un nuevo impulso a la democracia.
Se prevé que la propuesta completa de un presupuesto renovado de la UE y del instrumento Next Generation EU debe estar lista y funcionando en apoyo de la recuperación de Europa el 1 de enero de 2021. La Comisión Europea ha anunciado que está trabajando intensamente con el Parlamento Europeo y con los Estados Miembros en el Consejo para lograr este objetivo.
Adaptarse a un nuevo modelo productivo
Unanimidad también entre las grandes organizaciones empresariales a la hora de considerar que el acuerdo alcanzado, aunque complejo y lento, es histórico y supone un verdadero impulso para la reactivación del tejido productivo de España. Una vez ratificado por el Parlamento Europeo y aprobado por los parlamentos nacionales se procederá a su implementación, que implicará a distintas administraciones y exigirá controles exhaustivos. Se trata de un Plan de Recuperación que debe implementarse en su totalidad en los próximos seis años, con una mayor intensidad en los tres primeros ejercicios, y cuyos fondos están sujetos a la puesta en marcha de reformas estructurales. Y, en este sentido, el Consejo Europeo podría llamar la atención a España si no cumpliera con el destino finalista de los recursos o no hace las reformas que necesita su economía.
De hecho, el 70% de las transferencias deberían comprometerse a lo largo de los dos próximos años, llegando al 100% en los tres ejercicios siguientes. Es por ello que el colectivo empresarial insta a que se active con urgencia para aprovechar los 140.000 millones de euros - 72.300 en ayudas directas - que corresponden a España. Con lo cual, se argumenta, únicamente cabe la posibilidad de adaptarse a un nuevo modelo productivo que, sin dejar a nadie atrás, pivote sobre la transición ecológica y la digitalización y, en este sentido, abogan por adherirse a las iniciativas de apoyo e información puestas en marcha, tanto por parte de la CEOE como desde otras organizaciones empresariales, de modo que se articulen proyectos innovadores que fortalezcan la competitividad y permitan llevar a cabo una verdadera transición verde y digital en el marco de una colaboración público-privada abierta y constructiva.
La industria solar térmica europea auspicia la denominada "Recuperación Verde", que está en línea con una recuperación económica basada en los objetivos energéticos y climáticos del continente. La Solar Heat Europe/ESTIF, que reúne a empresas y organizaciones de 15 países europeos, se compromete a promover un enfoque multitecnológico para calefacción y refrigeración; introducir en el mercado nuevas soluciones para el suministro descentralizado, seguro, descarbonizado de calor y almacenamiento de energía térmica; incrementar el saldo exportador positivo del sector; intensificar las actividades de investigación y desarrollo, y apoyar los objetivos de una economía sostenible, eficiente en recursos y circular.
Una serie de medidas que, advierten también, requerirán cierto compromiso y apoyo por parte del sector público, puesto que los gobiernos deberán implementar medidas esenciales tales como la eliminación gradual de los combustibles fósiles y proporcionar a los consumidores préstamos blandos para que opten por soluciones eficientes y renovables.
Este segmento del sector cree que los próximos diez años serán cruciales para transformar y descarbonizar el mercado de la calefacción porque – razonan – se necesitan sistemas de calefacción residenciales, comerciales e industriales sin carbono para 2030, ya que todos los nuevos sistemas instalados después, probablemente, seguirán funcionando en 2050. Así pues, desde este colectivo en España se insta al Gobierno a considerar la calefacción y refrigeración solar en el plan de recuperación español, en el marco de los Planes Nacionales de Recuperación, que se presentarán a la Comisión Europea el próximo octubre.
La Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que días atrás hizo público a través de su Informe Anual que durante 2019 España alcanzó un nuevo récord en capacidad fotovoltaica instalada, situándose en la sexta posición a nivel mundial, considera que el crecimiento del sector fotovoltaico en España impacta positivamente en el país, tanto a nivel económico como social. Con el objetivo de mitigar las consecuencias derivadas del Covid-19 en el sector, UNEF ha planteado a la Administración una serie de medidas para acelerar el desarrollo de plantas en suelo y fomentar el despliegue del autoconsumo.
En relación al autoconsumo, se sugiere la eliminación del requisito de licencia de obras, que se sustituiría por una comunicación previa, lo que supondría una agilización de la tramitación administrativa a nivel autonómico; la reducción del término fijo de la factura para que la tarifa sea un incentivador de la eficiencia energética, el autoconsumo y la carga del vehículo eléctrico; la adopción de medidas fiscales temporales de un año de vigencia; así como la revisión de la Ley de Propiedad Horizontal. Respecto a las plantas en suelo, la entidad incide en la convocatoria urgente de nuevas subastas de renovables para aportar certidumbre a los desarrolladores renovables y fortalecer el sector industrial, que se apruebe la reforma de la normativa de Acceso y Conexión para frenar la especulación y aportar transparencia al proceso, y que se reduzcan los plazos de tramitación.
Las empresas del sector la bioenergía, por su parte, también condicionadas por laslimitaciones que impone la cautela por el tema sanitario, así como por la caída del precio del crudo, que ha contribuido a que se haya ralentizado el ritmo de instalación de equipos de combustión con biomasa y a que muchos proyectos permanezcan en espera, tanto en el ámbito residencial, como industrial y servicios, esperan que las administraciones públicas tomen medidas de apoyo que permitan a las empresas retomar la senda abierta estos años, sobre todo aquellas centradas en dirigir los fondos de recuperación a proyectos verdes y que ayuden no solo a recuperar la economía sino también a, efectivamente, cambiar el modelo energético hacia uno más verde.
Asegurar el futuro
Anticipándose al paquete de medidas que ahora llega desde la UE, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) remitió a la Comisión Europea un par de semanas atrás la nueva actualización de la “Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España” (ERESEE 2020), conforme a lo establecido en el artículo 2.bis de la Directiva 2010/31/UE, relativa a la eficiencia energética de los edificios (modificada por la Directiva (UE) 2018/844). Los contenidos de la ERESEE están alineados con otros planes y estrategias desarrollados a nivel nacional y específicamente con el Plan Nacional de Energía y Clima, que define para todos los sectores los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de penetración de energías renovables y de eficiencia energética, que fue remitido a la Comisión Europea en abril de 2020, y con la Estrategia a Largo Plazo para una Economía Española Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en 2050, actualmente en desarrollo.
Finalmente, los expertos señalan que la reconversión de las empresas del sector frío en industrias 4.0 contribuirá decididamente a asegurar el futuro de este tejido productivo. Las firmas empiezan a integrar definitivamente tecnologías disruptivas con es el caso de blockchain, el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial (AI), el big data y la realidad aumentada, basadas en la conectividad automática e inmediata y el uso masivo de los datos como herramienta de seguridad y de toma de decisiones.
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