opinión

Cuando, el año pasado, el Ejecutivo anunció la celebración de una nueva subasta de energía renovable en nuestro país, la noticia fue acogida con optimismo por parte del sector fotovoltaico, que la consideraba como una importante oportunidad de reactivación de un mercado que se había quedado paralizado durante los últimos cuatro años.

Llegamos al segundo semestre de este año 2017 con una situación económica que nos permite hablar de moderado optimismo en la industria del frío pero en el que nuestras empresas tienen grandes retos por delante. En este sentido, quiero destacar la insistencia de AEFYT en la lucha contra el intrusismo y el desarrollo del mercado negro en nuestro sector. Un intrusismo que pone en peligro el futuro de nuestras empresas por su competencia desleal, además de ser una lacra para nuestra sociedad. En este sentido, el sector de las empresas instaladoras se encuentra en el centro de los esfuerzos de la Asociación.

Debe de ser el cansancio, o el enjambre de experiencias e impresiones que tras la feria aún zumban en mi cabeza… el caso es que tengo la sensación de haber vivido en un Yin Yang encadenado de pabellón en pabellón durante cuatro días.

AEFYT es la asociación empresarial representativa del sector del frío en España. Sus empresas ofrecen al mercado usuario del frío todo tipo de tecnologías, particularmente eficientes y de bajo o nulo impacto ambiental. En definitiva, como profesionales en la materia propugnamos por la sostenibilidad de una tecnología que es imprescindible en la sociedad actual por lo que nos declaramos “ecologistas racionales”.

El presidente de Amascal ha inaugurado una nueva etapa más activa y más participativa en la asociación, como debe ser. Ya lo advirtió el día de su elección, Amascal quiere oír a sus socios, sus inquietudes sus necesidades y, por supuesto, sus críticas, todo será bienvenido. Esta es la forma de crecer y de ser realmente útiles para un colectivo que ha sufrido enormemente la situación económica de los últimos años.

En las primeras semanas del año, el sector energético, y el precio de la luz en concreto, se han aupado como uno de los temas de mayor interés para el ciudadano medio, junto a la llegada al poder, y las primeras iniciativas, de Donald Trump.

“Y veréis cómo todo cambia...”

En el mundo del aire acondicionado se ha vivido una larga etapa en la que tres refrigerantes bastaban para todos los equipos: el 407C y 410A para equipos de aire acondicionado y  ”o enfriadoras por aire, así como bombas de calor; y el 134a para aire acondicionado de automóviles, enfriadoras por agua y bombas de calor.

No sé si estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, pero por ser fiel a mi intención de embadurnar este artículo con un toque literario de “El Principito”, intentaré evitar mi ingenio (al ser escaso, no supone gran esfuerzo).

A final de año toca hacer balance de lo que hemos hecho. Y toca hacer balance para poder aprender de los errores, de nada sirve revolcarse en el fango. Así que lo haremos con la vista puesta en el medio y largo plazo.

¿Alguien puede imaginar comprar un ordenador con el requerimiento de que vaya “lentito”, porque mientras se carga, podemos tomar un café? Realmente da risa solo pensarlo, todo lo queremos más rápido, especialmente si hablamos de tecnología, las conexiones, el intercambio de datos, las descargas de datos, la interconectividad, el correo electrónico.

El 1 de enero de 2015 entró en vigor el reglamento europeo 517/2014 (F-Gas), que busca limitar las emisiones de gases fluorados de efecto invernadero. Ya desde 2014, en España la ley 16/2013 grava la venta de estos mismos gases mediante la creación de un impuesto específico. Incluso en un sector como el de los gases fluorados, habituado a adaptar su tecnología ante la frecuente aparición de nuevas leyes, esta doble legislación nacional y comunitaria ha provocado un cierto desconcierto. ¿Cómo afecta esta situación a nuestras empresas?

La distribución de Materiales tiene su origen en el crecimiento sostenido de la construcción. Según aumenta el volumen de viviendas construidas más fuerte es la necesidad de contar con un agente que aglutine diferentes productos y los ponga al servicio del profesional para su instalación.