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Estrategia de economía circular: energías renovables para la recuperación económica

Economía circular y energías renovablesLa población del Planeta Tierra ha aumentado muy rápidamente: de tan sólo 1.500 millones a finales del siglo XIX, a más de 7.700 millones en los todavía inicios del siglo XXI. En poco más de 100 años hemos multiplicado por 5 las necesidades básicas de la humanidad contando con los mismos recursos. La producción desmedida para cubrir estas demandas ha generado que la concentración las emisiones equivalentes de CO2 hayan pasado de 250 partes por millón hasta las 420 partes por millón, acelerando procesos como el calentamiento global debido al efecto invernadero.

¿Y cuál es la solución ante este problema de dimensiones globales? La respuesta es la economía circular y las energías renovables.

Acuerdos Internacionales

Al término de la COP25, la importante cumbre climática celebrada en Madrid, han quedado pendientes aspectos fundamentales sobre los compromisos que han de adquirir todos los gobiernos para intentar frenar los efectos del cambio climático. Si las medidas tomadas para evitar que el aumento de la temperatura global no supere en más de 1,5ºC con respecto a la época preindustrial no se cumplen, se podrían alcanzar escenarios devastadores para la vida en nuestro planeta, desde la destrucción de ecosistemas hasta la escasez de agua en los lugares más vulnerables.

Una crisis tan importante como la de la COVID-19 puede ser un momento clave para plantearnos la forma en la que se está produciendo. La reactivación de la economía necesita apostar por la sostenibilidad, y los gobiernos y organizaciones globales deben aunar esfuerzos para abordar la lucha contra el cambio climático de la forma adecuada. Un ejemplo de ello son los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU o los objetivos de consumos, eficiencia y desarrollo de energías renovables que se van planteando a nivel internacional.

Además, la pandemia ha hecho detener el flujo normal del desarrollo económico, incluso aplazando una cumbre tan importante como la COP26 de Glasgow que iba a celebrarse noviembre de este año. Pero la desescalada ha vuelto a poner sobre la mesa el problema del cambio climático, apostando por una alianza de una gran mayoría de países europeos para una salida verde de esta crisis, coincidiendo con el New Green Deal que se anunció hace pocos meses y que se ha presentado en estas fechas.

El cambio en el modelo de producción

A diferencia de los ecosistemas naturales, que operan en ciclos (las plantas crecen en el suelo, los animales se alimentan de ellas y el estiércol repone el suelo), la economía industrial es en gran medida lineal. Este modelo lineal conlleva un desaprovechamiento de los recursos que, en poco más de 200 años, ha conllevado una sobreexplotación de este planeta.

Incluso ciclos tan naturales como pudieran ser los de la agricultura o la ganadería, no siguen un modelo circular debido a la gran población que debe abastecer y los recursos necesarios que de ellos debemos extraer para nutrirnos.

Por eso, es momento de pensar en una salida circular como respuesta a modelos de producción poco sostenibles. En aprovechar al máximo cada uno de los recursos que disponemos, diseñando procesos para que los residuos se conviertan en subproductos que a su vez generen otros nuevos, y que el desperdicio sea el menor posible tras haber aprovechado cada recurso hasta su máximo exponente. Analizar y mejorar el ciclo de vida de los materiales para ahorrar materias primas y la energía que requiere la obtención y transformación de éstas.

Sostenibilidad, economía circular y energías renovables

La sobreexplotación ganadera y la agricultura intensiva necesitan de herramientas de mejora para recuperar su ciclo natural y tecnologías que reduzcan las emisiones que provocan. Una solución son instalaciones de biogás que reduzcan emisiones de metano, que hagan una gestión medioambiental de residuos y que ayuden a obtener fertilizantes más ecológicos y de aplicación más adecuada. En este aspecto también se incide en una alimentación más adecuada de los animales y un tratamiento con menor número de antibióticos.

En el Plan de Recuperación para Europa de más de 1 billón de euros, se estima que más de 150.000 millones irán destinados al sector de la energía, con medidas de impulso de las energías renovables, el vehículo eléctrico y la rehabilitación energética de edificios.

Todo ese dinero ha de repartirse y potenciar las tecnologías más adecuadas para cada sector, y ejecutarse de forma inmediata. Esta inversión debe llevarnos a un nuevo modelo circular, donde predominen las energías renovables. Y no sólo eléctricas, puesto que hay tecnologías que ya existen como el biogás, y otras con mucho potencial como el hidrógeno renovable que pueden reducir la huella de carbono que tiene ahora la demanda de energía térmica. Para que este tipo de energías empiecen a ser rentables a medio plazo, necesitan un impulso importante.

La rehabilitación de edificios, con implantación de las mejores técnicas disponibles y la integración de las renovables en edificabilidad, ha de ser la máxima prioridad en la búsqueda de la máxima eficiencia energética. De esta forma se reducirán los consumos finales, y por lo tanto también la contaminación derivada de ellos.

A nivel nacional, el sector debe apoyar las consultas públicas del biogás y biometano, el hidrógeno renovable o las estrategias de almacenamiento, para convertirnos en una sociedad moderna y sostenible. Hagamos que la tramitación en el Parlamento de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética sea un ejemplo de liderazgo para Europa. En materia de sostenibilidad se debe ser ambicioso, porque si el modelo que se construye es verde y circular, todos los esfuerzos invertidos se convertirán finalmente en beneficios.

Modificado por última vez enLunes, 22 Abril 2024 12:40

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