La climatización evaporativa consiste básicamente en enfriar el aire caliente exterior obligándolo a pasar a través de un panel empapado en agua.
De esta forma, el aire exterior que esté a una temperatura de 35ºC podemos introducirlo a una temperatura de 21ºC, consiguiendo un ambiente confortable en el interior de la estancia.
En definitiva, generamos una depresión, mediante un ventilador específicamente diseñado, que se encuentra encerrado en una carcasa de polímero resistente a la temperatura, que obliga al aire exterior a atravesar el panel humectante cediendo energía al agua y enfriándose, para después introducirlo en la sala, logrando una temperatura adecuada en el interior. En los sistemas de climatización evaporativa, no existe ningún tipo de compresor, ni gas refrigerante, solo agua de red.