Unidades de Tratamiento de Aire para mejorar la calidad del aire en edificios
- Escrito por Idoia Arnabat CALORYFRIO
El tratamiento del aire se ha convertido en un factor fundamental a la hora de diseñar instalaciones que garanticen edificios saludables. Explicamos en este reportaje qué son las unidades de tratamiento de aire (UTAs) y cómo éstas, junto con unos sistemas de climatización bien planteados, pueden garantizar la correcta calidad del aire interior en edificios de toda tipología.
- Factores que influyen en la calidad ambiental de los edificios
- ¿Cuál es el impacto del diseño de un edificio sobre la salud de las personas?
- ¿Qué es una UTA?;
- ¿Cómo funcionan las Unidades de Tratamiento del Aire?
- ¿Dónde pueden instalarse las Unidades de Tratamiento del Aire?
- ¿Pueden instalarse en edificios anteriores al 2007?
- ¿Cuáles serían los pasos a seguir para conocer el estado y posibles actuaciones en nuestros edificios?
Factores que influyen en la calidad ambiental de los edificios
Históricamente se ha aceptado que había hasta nueve variables que definían la calidad del ambiente. De esas nueve variables que incluyen también calidad de agua, que incluyen temas acústicos, realmente seis de ellas tenían que ver con los sistemas de climatización. Teníamos la temperatura y la humedad como una primera variable conjunta y luego teníamos los niveles de partículas en suspensión y de polvos, los niveles de CO2, compuestos orgánicos volátiles y también los virus. Y por supuesto, las bacterias, que es un tema que quizá en el pasado quedaba como una variable un poco olvidada, pero que a día de hoy claramente es una variable predominante.
Pues un poco alcanzar niveles adecuados en esas nueve variables, seis, si consideramos las que afectan a sistemas de inmunización son los factores en los que hay que trabajar para conseguir la calidad ambiental.
El impacto del diseño de un edificio sobre la salud de las personas
Pues mira, es curioso porque ya en el año 2014 hubo un estudio de la Universidad de Harvard, de la Escuela de Salud Pública, más en la Universidad de Syracuse, en el que incluso participó la propia Carrier, y ese estudio ya evaluaba, o comparaba, los edificios que podríamos denominar sostenibles, entendido como que estaban diseñados bajo un programa de certificación en Estados Unidos, donde el certificado LEED es el predominante.
Ese estudio, comparaba edificios de diseño no LEED y con diseño LEED sostenible con edificios que realmente se llegaban a certificar. Y en ese estudio, ya se implementaban muchas ideas sobre cómo impactaba la calidad ambiental. No sólo en la salud, que también, en el estudio, se enfocaba mucho en el síndrome edificio enfermo que era en ese momento la preocupación principal, también en la productividad de las personas en su calidad de sueño.
Entonces vemos que el tema no es nuevo, es bastante antiguo. Estamos hablando de hace siete años.
Obviamente, a día de hoy el tema ha evolucionado mucho. La parte vírica es la que ha tomado predominancia y claramente los sistemas de climatización son los responsables de ventilar y de tratar desde un punto de vista germicida al aire. Si tenemos en cuenta que parece ya demostrado claramente que una de las vías de propagación del virus es precisamente la interacción entre los flujos biológicos humanos que tienen carga vírica y las corrientes de aire, sobre todo de las gotas más pequeñas de sus flujos humanos cuando interactúan con las corrientes de aire, pues parece claro que el tratamiento de esas corrientes que corre a cargo de los sistemas de climatización, pues tendrá un impacto en la salud de las personas en la medida que se alcancen los niveles adecuados en las seis variables que comentábamos al principio.
¿Cómo pueden los sistemas de climatización y las UTAs ayudar a mejorar la calidad ambiental?
Los sistemas de climatización realmente lo que nos van a permitir es implementar algunas soluciones asociadas a estrategia. Hemos aprendido una serie de lecciones a lo largo de la pandemia y de esas lecciones sobre la calidad ambiental, sobre el mecanismos de transmisión, sobre la importancia de la ventilación y de otras actuaciones asociadas, como puede ser la inactivación vírica… de esas lecciones aprendidas, lo que al final se establecen son lo que llamamos: 5+1 estrategias, biendefinidas por los organismos del mercado
Hay una estrategia que vamos a hablar que sea dilución, que está asociada claramente a la ventilación, una estrategia de flujos de aire, en el sentido que está muy bien que el aire lo tratemos, pero siempre que tratemos todo el aire. Es decir, que si la difusión no es correcta dentro del edificio, pues habrá zonas donde no acabaremos de inactivar y de ventilar correctamente y otras que sí o también los flujos de aire son significativos.
Tendremos como tercera estrategia la de retención, que quiere decir calidad de filtrado. Tendremos la de inactivación, que quiere decir obviamente que tengamos sistemas germicidas o sistemas capaces de inactivar esos virus y tendremos una estrategia de control de focos de contaminación que esa sale fuera un poco en nuestros sistemas y que suele ser distancia social, mascarilla…
A esas cinco estrategias nos faltaría la “+1” que es la de la gestión. Todas esas de venir deben ir coordinadas, deben poderse medir, deben actuarse en función de esas mediciones, de esa supervisión y por tanto en eso es donde estamos actuando.
¿Qué es una UTA? ¿Qué tienen de singular estos equipos?
Si no usamos el acrónimo, si en vez de llamarle UTAs la llamamos Unidad de Tratamiento de Aire, define perfectamente su función. Son unidades que van a permitirnos tratar el aire que circula en un edificio.
Todas las unidades de climatización, cualquiera por la que circule el aire, entendemos que lo vamos a tratar, pero la diferencia con las unidades de tratamiento de aire es que son muy específicas ya que se diseñan y se fabrican acorde a los requisitos concretos del cliente y de la instalación.
Son unidades que destinan a una instalación. Que si en esa instalación no se usaran realmente sería en muchos casos difícil de aplicar en otra situación. Son por tanto unidades que parten de una especificación, que el primer condicionante es que la especificación esté clara y sea conocida, si no pierden un poco su capacidad de respuesta. Luego son unidades hechas a medida para una instalación bajo la especificación de esa instalación y por tanto es posible adecuarla a cualquier requisito que se pida el cliente, la propiedad.
Y por otro lado, cualquier norma que pueda especificarse. Si estamos hablando de un hospital, pues pueden ser normas higiénicas. Podemos ir a una Norma DIN o una norma ENE. Todas esas situaciones se pueden dar en las unidades de tratamiento aire, porque son como decía, equipos a medida.
En paralelo, son equipos mucho más probados y certificados que un equipo convencional. En un equipo de serie, yo voy a validar las unidades y a partir de ahí fabricaré en serie.
Este equipo (UTA), desde el momento de su diseño, si entramos en la certificación, estaré certificado hasta en la forma en que lo selecciono. Desde el punto de vista de Ecodiseño, por ejemplo, es un equipo que está muy regulado. Están sus componentes perfectamente definidos, los criterios mínimos que debe cumplir de eficiencia y de capacidad o de características térmicas. Por tanto, son equipos que desde luego son una especie de llave ideal -siempre que se puedan instalar- para tratamiento de situaciones de pandemia, porque es posible incorporar cualquier elemento de tratamiento en el que pudiéramos pensar.
¿Cómo funcionan las Unidades de Tratamiento del Aire?
Podemos dividir las UTAs en dos grupos fundamentales. La primera serían aquellas dedicadas solo a la ventilación, trabajando al 100% con aire exterior que se tratará. Y habrá unidades que no van a tratar sólo la ventilación, sino que van a tratar una mezcla de aire de ventilación y aire recirculado. Es decir, van a tratar la carga interna que tenga el edificio y la carga que haya aparecido en el edificio por transmisiones, radiaciones.
Si yo meto aire en la calle, un primer punto a considerar es si voy a utilizar mecanismos de recuperación de calor del aire que estoy extrayendo para aportarlo al aire que está entrando como ventilación.
Otro punto estratégico a decidir en el diseño de una UTA es la estrategia de presión y sobrepresión de la instalación, puesto que tengo dos corrientes: la de extracción y la de impulsión. Por ejemplo, en una zona de un hospital donde pueda haber enfermos, yo puedo pensar en que esa zona la quiero de presionar para evitar que haya filtraciones de esa zona hacia zonas limítrofes donde no se establece que los enfermos víricos estén ubicados
Una vez definidas esas estrategias en el diseño de la instalación, entramos en la fase de tratamiento de aire. El aire se podrá filtrar y ahí podremos incorporar en el diseño cualquier categoría de filtro, desde filtros más sencillos hasta filtros HEPA o algo más allá, podremos incorporar sistemas germicida que estén dentro de la norma. Podemos hablar tanto de lámparas ultravioletas, quizás fotocatálisis, cualquiera de ellos que esté normativamente considerado y por supuesto podremos adecuar la temperatura y la humedad de ese aire que ya he filtrado a las condiciones que requiera la instalación.
Permitirá tratar prácticamente cualquier situación desde el punto de vista térmico y de humedad relativa. A partir de ahí se adecua el flujo de aire a las necesidades de la instalación, a las pérdidas de carga del conducto a la dificultad de hacer llegar el aire a todos los lugares.
Es importante la UTA y es importante la difusión en zonas para que el aire que estoy produciendo, tratado e inactivado de sustancias, circule por todos los rincones de la instalación a climatizar para que se produzca una renovación total del aire de la instalación con aire tratado con el tiempo necesario en función de las renovaciones que se hayan previsto.
¿Dónde pueden instalarse las unidades de tratamiento de aire?
Las unidades de tratamiento de aire se pueden implementar en cualquier tipología de edificios. Es cierto que hoy en día tenemos un mayor movimiento en el mercado para edificios sanitarios, como hospitales, para tratar zonas reservadas para pandemia. Pero otro tipo de edificios que ahora requiere de soluciones para el tratamiento de la calidad del aire interior son las oficinas, que deben prepararse para la vuelta del teletrabajo.
Cualquier instalación en un centro comercial, una oficina, un hospital, administración pública, una universidad…son indicadas para instalar UTAs.
Es cierto que tenemos un condicionante. Por su propia forma de diseñarlas, a medida, el ratio de estas unidades en cuanto a precio por KW que aportan y por esa calidad del tratamiento que hacen, no es lo mismo que si yo pensara en un fancoil grande.
Además, son unidades de gran volumen, que dejan huella en planta y un volumen de instalación, porque no son unidades de capacidad pequeña.
A veces nos encontramos en el mercado alguna unidad que, no siendo tan flexibles, se sitúan entre lo que es un fancoil grande y una UTA. Son hechas a medida dentro de una selección de componentes más corta que una UTA pero más flexibles que un fancoil. Una especie de módulos de tratamiento del aire: una UTA en versión pequeña con mejores prestaciones térmicas, de carcasa.
Las UTAs tienen unos condicionantes de instalación técnica. Pueden ir en intemperie, en sala técnica, pero pueden ir en un falso techo, por ejemplo.
¿Es posible instalar UTAs en edificios antiguos anteriores al RITE 2007?
Si el edificio está construido después de 2007 el análisis va a ser “qué tiene el edificio y cómo se puede incrementar” ya no entramos en si cumple normativa o no.
El RITE es el que marca las necesidades de ventilación que tienen las instalaciones y las tipifica por tipo de instalación. Este apartado en concreto del RITE es de 2007 (no le afecta la última actualización) luego va a marcar la pauta de hasta dónde se requería que el edificio llegara y se va a evaluar hasta dónde llega. Si el edificio ya contaba con una UTA, hay que valorar si es susceptible de ser modificada para ir incrementando el tratamiento de aire: incrementar el ratio de aire exterior, el filtrado, el sistema germicida, la presión disponible de los ventiladores… es una evaluación que hay que hacer caso a caso.
Si el edificio tiene algo, vamos a ver hasta dónde lo podemos adecuar.
Jugamos con un factor, que es la ocupación. Quizás queramos conseguir un ratio de ventilación, pero con la ocupación que tiene ese edificio, no puedes. Recordemos que en muchos casos los edificios han bajado su ratio de ocupación ahora mismo.
¿En edificios anteriores a 2007? Aquí puede ser más delicado. Cada caso requerirá de una evaluación sobre si es posible incorporar unidades de tratamiento de aire. Y si no es posible, podemos optar por este tipo de unidades que hemos comentado antes, unidades de tratamiento de aire más pequeñas, o quizás incorporando recuperadores de calor con cierto tratamiento adicional para incrementar la ventilación. Es verdad que un edificio antiguo puede plantear un problema a la hora de incorporarle la ventilación vía UTA, pero seguro que hay mecanismos que nos permitan tratar el aire.
Fases para conseguir edificios saludables
Podemos establecer 5 fases a la hora de trabajar en los edificios para lograr que sean saludables.
Fase de evaluación: no se pretende hacer una auditoría normativa, sino saber si el edificio tiene ventilación ya considerada y es suficiente, si se puede adecuar, si ese edificio no la tiene y hay que buscar soluciones…
Fase de compromiso: la llamamos así porque históricamente, cuando alguien diseñaba un sistema de climatización muchas veces la propiedad quedaba al margen. Compromiso quiere decir que todas las partes tienen que aportar información adicional. Arquitectura tienen que permitirnos ver hasta dónde es posible llegar en ese edificio, los ingenieros de sistemas de climatización van a ir trabajando esa información para encontrar soluciones. Pero la propiedad debe trabajar también. Necesita un compromiso de procedimiento de gestión de personas, de ocupación, de qué movimientos se van a hacer, si hay puntos calientes como un comedor donde la tasa de ocupación se dispara…
Fase de diseño: ahí generas unos árboles de decisión en los que vas eliminando. Si los sistemas se pueden adaptar, si es nuevo el edificio, si consideraban ventilación y se puede actualizar con los ratios de ocupación… en esta fase vuelve a ser importante la fase previa de compromiso, porque vas a fijarte unos objetivos, que la propiedad esté comprometida con ello ya que esos objetivos van a requerir unos recursos. En esta fase de diseño aplicamos unos procedimientos para alinear los objetivos con los recursos y con las posibilidades de la instalación mediante una técnica que esté reconocida. Recurrimos o a programas de certificación de edificios sostenibles, combinados con algún programa WELL para potenciar la parte de tratamiento de aire y vamos a hacerlo de esta forma para que sea contrastable por un tercero si fuera necesario.
Fase de implantación: en esta parte, hay que tener mucho ojo a la difusión porque nos encontramos con que mi unidad afine el aire que pasa por ella, pero no todo el aire de la instalación que está pasando por ella y por tanto, hay zonas de la instalación que son ineficaces.
Fase de operatividad: la fase de implantación debe ir seguida por la fase de operatividad.
No se puede instalar algo y no supervisar. En la fase de implantación deben haberse incorporado sistemas de control para hacer el seguimiento y evaluar la situación.
En esta fase de operatividad incluimos el mantenimiento. Está bien colocar lámparas ultravioletas o filtros, pero si en un mes ya no funciona, de poco servirá.
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