Sistemas de impermeabilización de cubiertas: materiales, características exigibles, demanda y compromiso medioambiental
- Escrito por Paula Serrano CALORYFRIO
Unas de las exigencias básicas de la norma técnica de aplicación en edificios es la protección frente a la humedad. Una exigencia que se basa en la limitación del riesgo de producción de daños como consecuencia de la presencia de agua en los edificios.
En este artículo nos vamos a centrar en los sistemas de impermeabilización de cubiertas. Sistemas que se diferencian básicamente, unos de otros, por el material empleado y el sistema de fijación, y cuya elección dependerá también de otros factores como por ejemplo el tipo de cubierta y su composición constructiva, la presencia de instalaciones, los agentes atmosféricos característicos de cada zona, el uso de la cubierta, y por supuesto el factor ecológico - ambiental asociado.
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- Norma técnica de los sistemas de impermeabilización de cubiertas de edificios
- Elementos que componen una cubierta para su protección y aislamiento
- Relación entre el tipo de protección para cada tipo de cubierta y el sistema de impermeabilización
- Sistemas de impermeabilización en cubiertas en función del material empleado
- Propiedades de los sistemas de impermeabilización de cubiertas
- Sistemas de impermeabilización de cubiertas presentes en el mercado
- El factor ecológico de los sistemas de impermeabilización de cubiertas
Norma técnica de los sistemas de impermeabilización de cubiertas de edificios
La protección frente a la humedad es una exigencia básica del Código Técnico de la Edificación (CTE). Forma parte del documento básico de Salubridad, exactamente la sección HS1 que la desarrolla. La exigencia se basa en limitar el riesgo previsible como consecuencia de la presencia inadecuada de humedad o de agua en el interior de los edificios y también en sus cerramientos. El origen puede ser el agua de lluvia, de escorrentía, del terreno o de condensaciones. La solución pasa por la instalación de elementos que impidan su penetración en el interior del edificio, y en su caso la evacuación hacia el exterior.
De aplicación a los muros y suelos en contacto con el terreno, y a los cerramientos en contacto con el exterior, la sección HS1 incluye una serie de pautas en cuanto a la verificación del grado de humedad del elemento constructivo y en consecuencia su diseño. Factores que determinan diferentes grados de impermeabilidad, así como las condiciones de las soluciones constructivas válidas. Este es el caso de los suelos y de las fachadas.
En las cubiertas, en cambio, se establece un único grado de impermeabilidad independiente de factores climáticos. La exigencia se basa en el cumplimiento de las condiciones de las soluciones constructivas. Entre ellas, los sistemas de impermeabilización de cubiertas.
Elementos que componen una cubierta para su protección y aislamiento
Las cubiertas deben de disponer de una serie de elementos. Algunos de ellos pueden variar en función de si la cubierta es plana o inclinada:
- Sistema de formación de pendientes para evitar el estancamiento del agua de lluvia, facilitando su evacuación. En cubiertas planas suele ser una capa de espesor variable compuesta por hormigón aligerado. Menos habitual en cubiertas inclinadas, se utilizan cuando el soporte resistente no tiene la pendiente adecuada conforme a la protección y sistema de impermeabilización que se vaya a utilizar.
- Barrera contra el vapor cuando exista riesgo de formación de condensaciones intersticiales. El riesgo de condensaciones intersticiales aumenta para temperaturas exteriores frías, próximas a cero o negativas. También cuando en el interior del edificio, la producción de humedad es elevada. La barrera contra el vapor consiste en un material con una alta resistencia a la difusión del vapor (µ). Se debe de colocar en la zona caliente (bajo el aislante) y su función consiste en limitar o reducir al máximo el paso de vapor de agua hacia el exterior, es decir, hacia capas exteriores más frías donde pueda condensar. También hacia capas de la cubierta donde la presión de vapor sea superior a la presión de vapor de saturación. Por ejemplo, porque un material tiene un elevado valor de µ.
- Aislante térmico que reduzca las pérdidas de calor en invierno y las ganancias de calor en verano. Su posición, interior o exterior, determina la necesidad de instalar barrera de vapor, sobre todo en zonas climáticas frías.
- Sistema de impermeabilización que proteja de la penetración hacia el interior del agua de lluvia.
- Capa de protección en cubiertas planas o un tejado en cubiertas inclinadas. El tipo de protección puede variar en función de si la cubierta es transitable o no transitable. También depende de la pendiente (%) de la cubierta.
- Sistema de evacuación de aguas compuesto por sumideros, canaletas, canalones y bajantes en función de si la cubierta es plana o inclinada.
Adicionalmente se debe de incluir una capa separadora entre diferentes elementos que pueden ser incompatibles entre sí, por su composición química o resistencia, ya sea bajo el aislamiento térmico o el sistema de impermeabilización, o bajo la capa de protección y el aislante o la capa de impermeabilización.
Relación entre el tipo de protección para cada tipo de cubierta y el sistema de impermeabilización
En función del tipo de cubierta y de su pendiente, la sección HS1 considera diferentes tipos de protección o tejado. En las tablas inferiores se puede comprobar.
La pendiente en cubiertas planas va desde el 1% hasta el 15%.
Las cubiertas planas, pueden prescindir de protección si el sistema de impermeabilización es autoprotegido y actúa como capa de acabado de la cubierta. Es el caso de las cubiertas no transitables con una pendiente de entre el 1% y el 15% como máximo.
Las cubiertas inclinadas con tejado (teja o equivalente), su pendiente oscila entre el 5% hasta el 60%. En este caso se establecen valores mínimos para cada sistema de tejado.
Al igual que en las cubiertas planas, en las cubiertas inclinadas se puede prescindir de la última capa de acabado. Como se puede comprobar, las cubiertas inclinadas deben de disponer de un tejado, es decir se terminan con tejas o sistema equivalente a modo de protección. Dicho sistema se puede no instalar si la capa de impermeabilización es autoprotegida y se coloca como última capa de acabado de la cubierta.
Sistemas de impermeabilización en cubiertas en función del material empleado
Se debe de colocar un sistema de impermeabilización de cubierta cuando ésta sea plana. Si la cubierta es inclinada, contará con una capa de impermeabilización cuando no tenga la pendiente exigida según la tabla 2.10 anterior o cuando el solapo de las piezas que conforman el tejado sea insuficiente.
La sección HS1 incluye un apartado específico de sistemas de impermeabilización de cubiertas. Se trata del apartado Capa de impermeabilización en el que se enumeran diferentes materiales específicos. No obstante, esto no significa que no se puedan utilizar otros materiales siempre que produzcan el mismo efecto.
Adicionalmente, añade que, cuando se disponga de una capa de impermeabilización, ésta se debe de aplicar y fijar en su caso, de acuerdo con las condiciones para cada tipo de material que constituya el sistema de impermeabilización elegido.
Los materiales propuestos por el documento básico de salubridad, en su sección HS1 para los sistemas de impermeabilización de cubiertas son:
- Materiales bituminosos y bituminosos modificados
Se trata de láminas de oxiasfalto o de betún modificado. Se deben de fijar mecánicamente cuando la pendiente de la cubierta sea superior al 15%. Para pendientes comprendidas entre el 5% y el 15% deben de utilizarse sistemas adheridos.
Los sistemas no adheridos son válidos cuando se pretende independizar la capa de impermeabilización del elemento soporte sobre el que se instala. El objetivo es mejorar la absorción de movimientos estructurales.
- Policloruro de vinilo plastificado (PVC)
Se fijarán mecánicamente cuando la pendiente sea mayor al 15%. Si la cubierta no tiene protección, el sistema a utilizar será adherido o fijado mecánicamente. Para sistemas no adheridos la norma obliga a que se instale una capa de protección pesada, es decir, resistente a la intemperie y con peso suficiente para contrarrestar el efecto de la succión del viento. Puede ser un pavimento fijo o una capa de grava consistente.
- Etileno propileno dieno monómero (EPDM)
Se utilizarán sistemas de impermeabilización fijados mecánicamente cuando la pendiente de la cubierta sea superior al 15% o cuando no disponga de protección. En este último caso también se podrá utilizar un sistema de impermeabilización adherido. En el caso de que el sistema no sea adherido, se deberá de emplear una protección pesada, igual que con el PVC.
- Impermeabilización con poliolefinas (TPO)
El único requisito consiste en que las láminas sean de alta flexibilidad.
- Sistemas de placas
El sistema de impermeabilización de placas está condicionado por el solapo de las placas y el número de piezas suficiente. El solapo dependerá de la pendiente de la cubierta y de factores climáticos como la zona eólica en la que se encuentre, las tormentas y la altitud topográfica.
La cantidad de piezas dependerá de las necesarias para que el sistema sea estable, de la pendiente de la cubierta, del tipo de piezas y del solapo de las mismas, así como de la zona geográfica.
- Cámara de aire ventilada
La ejecución de una cámara de aire ventilada es una alternativa los sistemas de impermeabilización de cubierta anteriores. Se instalará sobre el aislante térmico y su ventilación se resuelve mediante aberturas, las cuales deben de satisfacer la siguiente condición:
30> Ss/Ac>3
Donde Ss es el área efectiva total en cm² de las aberturas y Ac es el área de la cubierta en m².
Propiedades de los sistemas de impermeabilización de cubiertas
Los productos que se utilicen para la impermeabilización de cubiertas de edificios deben de garantizar una serie de propiedades:
- Estanqueidad: debido a su función como barrera de protección frente a la humedad y el agua.
- Resistencia: a la penetración de raíces (cubiertas vegetales), a la fluencia, a la carga estática, a la carga dinámica, alargamiento a la rotura y resistencia a la tracción.
- Durabilidad: envejecimiento térmico y envejecimiento artificial por exposición prolongada a la combinación de radiación ultravioleta, elevadas temperaturas y agua.
- Estabilidad dimensional y flexibilidad a bajas temperaturas.
El proyecto que se desarrolle incluirá un pliego de condiciones donde se indique el control de recepción de los productos a instalar. Dicho control incluye la comprobación de los productos que se reciban: que se dispone de la documentación exigida y que los productos se caracterizan por las propiedades indicadas. El pliego de condiciones especificará también los ensayos necesarios.
Sistemas de impermeabilización de cubiertas presentes en el mercado
En el mercado existe variedad de fabricantes que ofrecen soluciones de impermeabilización de cubiertas tanto para obra nueva como para rehabilitación de edificios. La solución adecuada pasa por factores como el uso del edificio (residencial, comercial, logístico, industrial, etc) y por lo tanto de la cubierta (si es transitable o no transitable), el tamaño y tipo de cubierta, su composición constructiva y la presencia de instalaciones que apoyan sobre la misma, así como su sistema de apoyo (o anclaje). Por su puesto, influirá también el presupuesto disponible.
En la actualidad podemos clasificar los tipos de impermeabilización de cubiertas en dos grupos: los sistemas de impermeabilización in situ o continuos y las láminas de impermeabilización. Las primeras engloban soluciones líquidas a base de poliuretano, poliureas o morteros preparados. Materiales que una vez instalados se adhieren al soporte formando una membrana contínua y por tanto sin juntas. Las láminas de impermeabilización, incluyen las láminas sintéticas y las bituminosas. Dentro de las sintéticas destacan las poliolefinas o TPO, el PVC y el EPDM, soluciones mucho más flexibles que las tradicionales telas asfálticas.
La instalación en obra debe de realizarse por profesionales que dispongan de la formación y medios necesarios. Que sean conocedores de la normativa de aplicación y del procedimiento a seguir en la ejecución de cada sistema de impermeabilización de cubiertas, especialmente expertos en la ejecución de encuentros singulares.
Será necesario un estudio previo con el fin de detectar posibles incompatibilidades como consecuencia de la presencia de otros materiales con los que la solución de impermeabilización pueda estar en contacto. También habrá que evaluar cómo se resuelve el apoyo o anclaje de elementos fijos en la cubierta, como pueden ser equipos de climatización e incluso instalaciones solares, mediante soluciones homologadas. Todo ello sin perder de vista otros puntos críticos como pueden ser la presencia de lucernarios o huecos para el paso de tubos y conductos de instalaciones, que de resolverse incorrectamente, todos ellos, pueden dar lugar a filtraciones de agua no deseadas. Deben de ejecutarse atendiendo a las indicaciones del fabricante, prestando especial atención a los solapos y al uso adecuado de los productos auxiliares de impermeabilización de cada sistema.
El factor ecológico de los sistemas de impermeabilización de cubiertas
La elección del sistema de impermeabilización para la cubierta de un edificio puede contribuir al grado de sostenibilidad de los edificios. Existen sellos ambientales como LEED, BREEAM o VERDE que premian con puntos, la elección de determinados materiales que reducen el impacto ambiental asociado.
En lo que respecta a los materiales de impermeabilización de cubiertas, existen en el mercado soluciones que incluyen material reciclado. Por ejemplo, láminas de EPDM fabricadas con caucho reciclado. Otras soluciones que al llegar al final de su vida útil se reciclan en materia prima. Es interesante seleccionar materiales que dispongan de Declaración Ambiental de Producto o Eco-etiqueta donde se informe del análisis de ciclo de vida del producto y de los impactos ambientales asociados.
Por otro lado, las láminas impermeables también pueden contribuir a la reducción de la isla de calor. En este caso se trata de láminas autoprotegidas que incorporan una capa de protección de alta reflectancia. De color blanco, estos sistemas de impermeabilización sirven para la construcción de cubiertas blancas también llamadas cubiertas frías, que contribuyen al enfriamiento pasivo de edificios localizados en climas más cálidos e incluso en zonas urbanas donde la temperatura se eleva por el efecto isla de calor. Las láminas autoprotegidas de alta reflectancia permiten reducir la demanda energética de refrigeración de los edificios, mejorando el confort de los usuarios y reduciendo por lo tanto las emisiones de CO² asociadas. También aumentan el rendimiento de las instalaciones fotovoltaicas en el caso de que la cubierta incorpore este tipo de instalación, ya que contribuye a la reducción de la temperatura ambiente.
Conclusiones
Sin duda la selección de la solución adecuada para cada cubierta puede ser un gran reto. Con edificios cada vez más tecnificados resulta imprescindible la disponibilidad en el mercado de soluciones homologadas e integrales que proporcionen la solución adecuada para cada proyecto. Todo ello sin perder de vista la funcionalidad, la estabilidad, la seguridad, la responsabilidad ambiental y ecológica y por supuesto, la estética.
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