El reductor en Torres de refrigeración

La función de los reductores es disminuir la velocidad de rotación del motor del ventilador de una torre de refrigeración de gran capacidad o de tamaño medio, con lo que se optimiza el rendimiento del ventilador. A medida que aumentan los diámetros de los ventiladores, la velocidad del ventilador debe disminuir para mantener niveles aceptables de sonido y vibración, así como para garantizar la integridad estructural del propio ventilador. En lo que respecta al motor y al ventilador, el tamaño inadecuado del reductor puede provocar vibraciones excesivas, un funcionamiento ruidoso y daños estructurales en la torre. 

La relación entre la velocidad y el diseño de las aspas del ventilador es determinante en el rendimiento y eficiencia energética de la torre de refrigeración en cada aplicación.

Mantenimiento del reductor

En la mayoría de los casos, estamos hablando del componente más caro, y más expuesto a duras condiciones de trabajo. Por ello es importante realizar unas labores de mantenimiento adecuadas, siempre siguiendo las indicaciones del fabricante.

Una correcta lubricación de los reductores va a prevenir el rozamiento de las distintas piezas metálicas y de los rodamientos, reduciendo así las perdidas por fricción, disipando el calor generado además de evitar la corrosión.

El engrase del reductor se realiza normalmente por barboteo. Los engranajes y rodamientos se lubrican a través de la inmersión en aceite. Aunque normalmente los rodamientos superiores y junta laberíntica se lubrican con grasa, en algunos casos su engrase se realiza a través de la circulación de aceite mediante una bomba integral accionada por uno de los ejes del reductor.

Es importante comprobar el nivel de aceite semanalmente con la varilla de nivel y con el reductor parado.  El primer cambio de aceite se debe realizar después de 100 horas y nunca más tarde de 800 horas de funcionamiento. Posteriormente el aceite debe renovarse entre 4000 y 8000 horas, nunca más tarde de 18 meses de servicio. El cambio de aceite se debe hacer mientras el reductor esté aun caliente quitando el tapón de llenado.

Existe la posibilidad de instalar una válvula para extraer muestras para su análisis, comprobando así su estado, deterioro, partículas de desgaste, posibles contaminaciones por agua, etc. Este análisis previo, nos facilitará la planificación de las tareas de mantenimiento, definiendo los tiempos de intervención, y nos ayudará a tener un mayor control del reductor, anticipándonos a posibles averías, mejorando sus prestaciones y aumentando su vida operativa. Se debe utilizar únicamente el tipo de aceite e índice de viscosidad indicado en la placa del reductor.

Por otro lado, el lubricante, debe contener aditivos EP y consistencia NLGI-Grado 3. Es importante añadir aceite cada 800 horas de servicio en todos los puntos de engrase.

El tapón de la varilla de nivel dispone normalmente de un orificio de aireación que evita cualquier sobrepresión, éste debe ser revisado periódicamente para evitar su obstrucción.

El antiretorno

En el caso en el que la torre de refrigeración no trabaje de forma continua, se recomienda la instalación de un antiretorno que evita el giro en sentido contrario del ventilador debido a corrientes inducidas. El antirretorno está integrado en el reductor de la torre de refrigeración y se lubrica con el mismo baño de aceite del reductor. No necesita un mantenimiento adicional salvo inspección cada dos años.

Un consultor en refrigeración es indispensable en el planteamiento del diseño del equipo de refrigeración, así como para plantear un plan óptimo de mantenimiento preventivo.

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