La Alianza nace con más de 90 entidades adheridas, entre empresas, asociaciones de empresas, universidades o centros tecnológicos y está abierta a nuevas adhesiones. 

Además, se busca maximizar el potencial de desarrollo de la biomasa y acelerar el despliegue de plantas de biogás y soluciones de descarbonización en la industria andaluza de manera eficiente, reduciendo al mínimo las emisiones y neutralizando otros impactos negativos como pueden ser la gestión de residuos o los olores. De igual modo, también se pretende generar un impacto social positivo a través de la capacitación de las personas trabajadoras, creación de empleo y oportunidades económicas en zonas rurales y entornos en los que se desarrollen las plantas. Por último, se pretende promover la I+D+i en el campo del biogás, fomentando asimismo la innovación en el sector primario. Para ello, una vez presentada la Alianza y para impulsar su gobernanza, el Ejecutivo andaluz creará y dinamizará grupos de trabajo, y elaborará una hoja de ruta sobre la que sustentar el desarrollo del biogás en Andalucía.

Un estudio de la Asociación Española del Gas, Sedigás, señala que Andalucía es la segunda región con mayor potencial de España y podría construir 334 plantas de biogás con las que se estima que se podría sustituir al 100% el gas natural de origen fósil en los ámbitos doméstico e industrial de la comunidad. Es decir, el biogás podría abastecer a todos los hogares andaluces y a todas las industrias que consumen gas natural.

La tecnología tiene un grado de madurez muy elevada, con una fuerte implantación en todo el mundo. En Europa existen unas 19.000 plantas de producción de biogás. Sin embargo, en España esta tecnología tiene aún una moderada implantación, con 210 plantas de biogás activas, según los últimos datos disponibles.

En Andalucía, a fecha de 30 de junio de 2024, existen 21 plantas de producción de biogás, todas ellas para generación de energía eléctrica que aportan un total de 33,45 megavatios. De ellas, once están ubicadas en vertederos de residuos sólidos urbanos, nueve en EDAR (estación depuradora de aguas residuales) y solamente una en una explotación ganadera, utilizando como materia prima residuos de porcino.