La Legionella y su impacto en las Instalaciones de Aire Acondicionado
- Escrito por Idoia Arnabat CALORYFRIO
Cada vez que surge un brote de Legionella, las Autoridades Administrativas encuentran en los equipos de refrigeración por agua y condensación evaporativa el chivo expiatorio para acallar la alarma social. Ignoran que para que se produzca un brote de Legionella asociado a una torre, se tiene que dar una cadena de sucesos altamente improbable.bacteria
La opinión de:
Federico García Ruiz, Presidente Comisión Técnica de ANEFRYC
Los brotes de Legionella atribuidos a los equipos de refrigeración con condensación evaporativa no cesan de repetirse. Los últimos se han producido la pasada primavera en Navarra. Una vez más, se reprodujo una secuencia de hechos a los que las autoridades nos tienen habituados: se detecta un brote de Legionelosis con la consiguiente alarma social y mediática, se investigan torres de refrigeración (obviando otros posibles focos), se clausuran los equipos sospechosos y se cierra el caso. Punto y final. Se acalla la alarma social, pero a costa de ofrecer a la población una información sesgada y de no llegar hasta el fondo de las causas de los brotes, con lo cual éstos pueden repetirse.
Por añadidura, en un momento en que el cumplimiento de los acuerdos de Kyoto por parte de España se pone en entredicho y en que éste resulta cada vez más vital para el mantenimiento del ecosistema, vemos decisiones lamentables, como la sustitución de los equipos de refrigeración (con condensación por agua) en el Departamento de Educación y Cultura de Pamplona por otros de condensación por aire, menos eficaces energéticamente y con mucho mas impacto para el medio ambiente.
Desde ANEFRYC venimos denunciando la actuación irresponsable de las administraciones en este asunto, intentando poner en su justa perspectiva la problemática de la Legionella y su incidencia en las instalaciones de aire acondicionado.
La enfermedad causada por la bacteria Legionella es una forma de neumonía poco común pero grave, que afecta a un reducido porcentaje de personas susceptibles de contraer afecciones de este tipo mediante la inhalación de aerosoles de agua contaminada, nunca bebiendo la misma. La Legionella se suele encontrar en aguas de superficie, del tipo de lagos, estanques o ríos, formando parte de su flora bacteriana, siendo la bacteria inocua en estas concentraciones.
Desde estos reservorios naturales, la bacteria puede trasladarse a los sistemas de distribución de agua de las ciudades, e incorporarse a los sistemas de agua sanitaria (fría o caliente) y a otros que requieren agua para su funcionamiento, como algunas instalaciones de aire acondicionado e industrial. En consecuencia para que un brote de Legionelosis se produzca asociado a una instalación de estas características es imprescindible que el agua haya llegado a él ya esté contaminada a través de red de distribución pública, es decir, ni los sistemas de agua caliente sanitaria ni las torres de enfriamiento ni otros componentes crean la Legionella, sólo son susceptibles de desarrollarla si el agua que reciben está contaminada y si en dichos equipos no se mantiene el tratamiento adecuado.
Por este motivo, llegar a la raíz del problema no tiene que implicar la clausura de las torres de refrigeración sino que debe suponer buscar el origen del brote, en primer lugar, comprobando el estado microbiológico del agua de llegada a dichos equipos. Se considera que es a partir de 1.000 unidades formadoras de colonias por litro de agua cuando se han alcanzado concentraciones infecciosas de Legionella que pueden causar brotes de Legionellosis. Como consecuencia, el agua de suministro público que llega, no sólo a los condensadores evaporativos y torres de refrigeración, sino a fuentes públicas y demás puntos de suministro, debe ser vigilada a fin de comprobar que lo hace con concentraciones inferiores a los umbrales considerados infecciosos. Los motivos que pueden provocar la aparición de la bacteria Legionella en la red de agua pública son numerosos: falta de control en la calidad del suministro de agua potable, deficiencias en las conducciones y dejadez en el mantenimiento de las redes públicas.
Para que se produzca un brote de legionellosis asociada a una Torre de Enfriamiento o Condensador Evaporativo debe producirse una cadena de circunstancias altamente improbable y todas ellas han de estar relacionados entre sí y sucederse: una colonia virulenta de Legionella Pneumophila (LP) entra en la instalación de enfriamiento evaporativo de agua como ya hemos mencionado; condiciones incontroladas que favorecen la multiplicación de la bacteria, circunstancia improbable en un equipo cuyo mantenimiento se atenga a la normativa vigente; descarga de una corriente de aire con un porcentaje elevado de gotas en suspensión y con niveles de concentración de la bacteria infecciosa contaminado al ambiente; e inhalación por parte del ser humano susceptible de padecer la enfermedad (inmunodeprimidos) del número suficiente de gotas constitutivas de los aerosoles como para producirla.
Para prevenir el riesgo de Legionellosis, es suficiente romper esta cadena de sucesos en cualquiera de los eslabones, existiendo tres de ellos que es posible quebrar con un buen diseño y un funcionamiento correcto de la instalación: evitar las condiciones que favorecen la multiplicación de bacterias, minimizar el arrastre de aerosoles de agua en la descarga del aire de los equipos y reducir las posibilidades de inhalación por las personas mediante el adecuado emplazamiento del equipo y protección personal.
Aún en el supuesto de que una colonia de Legionella virulenta entre en un equipo de enfriamiento evaporativo, existen una serie de factores que indican si ésta puede multiplicarse. Para que la bacteria se vuelva perjudicial y afecte a las personas, deberá proliferar de forma descontrolada en el agua de recirculación. Concentraciones típicas de un total de unidades formadoras de colonias de Legionella hasta 10 (2 en superíndice) cfu/ml (cfu=unidades formadoras de colonias) significa que el sistema se encuentra bajo control. Por el contrario, concentraciones superiores a 10 (2 en superíndice) cfu/ml requieren medidas correctivas inmediatas para reducir el nivel bacteriológico.
La bacteria Legionella está en la red de agua potable, por lo que el hecho de que los organismos públicos, como ha ocurrido con los brotes surgidos en Navarra la pasada primavera, cierren el problema clausurando las torres que ellos consideran "implicadas" en los mismos sin realmente indagar sobre el origen real del brote y en si el mantenimiento de dichos equipos se atenía o no a la normativa, es alarmante. Invitar a los ciudadanos a "hacer vida normal" una vez que se ha procedido a dicha clausura es peligroso, en la medida que actividades cotidianas como ducharse, regar las plantas o pasear por un parque continúan resultando arriesgadas ya que la Legionella sigue estando en la red de agua potable, no en las torres clausuradas.
En definitiva, entendemos que la primera medida que debería adoptarse para erradicar la enfermedad sería tratar adecuadamente el agua en su origen y esta responsabilidad incumbe a las Compañías de Distribución de Agua Potable y, en última instancia, al Ministerio de Sanidad y Consumo.
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