Los beneficios de los techos verdes en las ciudades son múltiples. Por un lado, esta cubierta vegetal reduce el consumo de energía del edificio, al ayudar a la mejora de la climatización con una doble tarea: el aislamiento y la absorción del calor del sol. Por tanto, los tejados verdes ayudan a reducir el gasto en calefacción y en aire acondicionado. Además, retienen el agua de lluvia, aíslan del ruido exterior y previenen el temido efecto "isla de calor".
Por otro lado, el ambiental, los techos verdes reducen el dióxido de carbono y mejoran la calidad del aire a través de su filtración y de la fotosíntesis. Sin duda, la instalación de jardines y huertos en las azoteas o techos de los edificios es una manera de aprovechar zonas sin uso para contribuir a la regeneración de los espacios urbanos. Además, promueven la biodiversidad, al conformarse como un espacio de colonización natural de especies locales.