Decenas de miles de personas llenaron las calles de Nueva York, en una ruta de tres kilómetros, en el punto culminante del día global de protesta contra el cambio climático.
Ban Ki-moon caminó al lado de la ministra del Medio Ambiente de Francia, Segolene Royal, así como de la primatóloga británica Jane Goodall y el ex vicepresidente estadounidense Al Gore entre muchos otros rostros muy populares.
Se trataba de realizar una llamada de alarma contra la situación climática de nuestro planeta y trasladar a la ciudadanía el estado de emergencia en el que estamos sumidos toda la humanidad. Debemos cambiar nuestra forma de vida, nuestra forma de producir y sobre todo nuestra forma de pensar.
En esta ocasión, las manifestaciones por el Cambio Climático celebradas en todo el mundo deberían ir más allá del simbolismo y cada uno de nosotros debería asumir como propio el objetivo de contribuir de la manera en que le sea posible ante lo que podemos considerar una verdadera emergencia para la humanidad. El ahorro de energía, la eficiencia energética, las energías limpias forman parte ya de la conciencia ciudadana y poco a poco contribuirán a un cambio en las formas de consumo.
Organizaciones como Greenpeace o la propia ONU a través del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climáticos (IPCC) creado en 1998, ya nos llevan años alertando sobre las consecuencias de no reducir las emisiones de gases efectos invernadero. Hoy más que nunca se hace necesario un cambio en el modelo energético en el que será necesario que las energías fósiles o energías sucias se reemplacen totalmente por energías renovables, ahorro y eficiencia.
El impacto del Cambio Climático es ya perceptible a través de diversas evidencias; el aumento global de 0,85º C, el mayor de la historia de la humanidad, la subida del nivel del mar, el progresivo deshielo de glaciares del Ártico… pero además, también podemos apreciar impactos económicos y sociales como los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas y huracanes, sequías, cosechas destruidas, etc.
Sí a combatir el Cambio Climático
Con este lema, la cumbre 2014 de Nueva York pretende revitalizar las aspiraciones y promover medidas frente el cambio climático. Según palabras del propio Ban Ki-moon, “Les reto a venir a la cumbre con promesas audaces. La innovación, la ampliación, la cooperación y la ejecución de medidas concretas reducirán las emisiones y nos pondrán en el buen camino hacia la firma de un ambicioso acuerdo a través del proceso de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático».
Y es que el 97% de los científicos está de acuerdo en que el cambio climático está sucediendo ya, y que está generado por los gases de efecto invernadero emitidos por el ser humano. ¿Y cuál es el mayor responsable del conjunto de esas emisiones nocivas? El sector energético, debido a su uso de energías sucias (petróleo, carbón y gas). Unas 90 empresas son responsables de casi las dos terceras partes de las emisiones mundiales mientras que, por países, China, EEUU, India y la Unión Europea acaparan las primeras posiciones en cuanto a emisiones de gases.
Esta Cumbre diferirá de las anteriores en que su objetivo es fomentar la acción por parte de los gobiernos, las empresas, las instituciones financieras, la industria y la sociedad civil, mediante compromisos nuevos y contribuciones a la Cumbre que sean relevantes, ampliables y exportables, cuyo objetivo sea ayudar a cambiar el rumbo del planeta hacia una economía baja en carbono.
Con la puesta en marcha de medidas frente al cambio climático antes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Paris, a finales de 2015, el Secretario General trata de construir una base sólida sobre la que negociar con éxito y avanzar hacia la reducción de las emisiones y el fortalecimiento de las estrategias de adaptación ante un modelo de desarrollo insostenible.
Estrategia española contra el Cambio Climático
El Ministerio de Medio Ambiente dispone de un informe sobre la Estrategia española contra el Cambio Climático en el que se afirma que nos encontramos ante uno de los principales retos ambientales con efectos sobre la economía global, la salud y el bienestar social.
En el citado informe, quedan recogidos los compromisos de España en materia de cambio climático y el impulso de las energías limpias. Así, el documento establece como principales objetivos operativos:
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Asegurar la reducción de las emisiones de GEI en España, dando especial importancia a las medidas relacionadas con el sector energético. Según el inventario nacional, siguiendo la clasificación IPCC, en el año 2005, el total de las emisiones relacionadas con el procesado de la energía fueron el 78,87% de las emisiones nacionales.
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Contribuir al desarrollo sostenible y al cumplimiento de nuestros compromisos de cambio climático fortaleciendo el uso de los mecanismos de flexibilidad basados en proyectos.
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Impulsar medidas adicionales de reducción en los sectores difusos.
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Aplicar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) promoviendo la integración de las medidas y estrategias de adaptación en las políticas sectoriales.
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Aumentar la concienciación y sensibilización publica en lo referente a energía limpia y cambio climático.
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Fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación en materia de cambio climático y energía limpia.
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Garantizar la seguridad del abastecimiento de energía fomentando la penetración de energías más limpias, principalmente de carácter renovable, obteniendo otros beneficios ambientales (por ejemplo, en relación a la calidad del aire) y limitando la tasa de crecimiento de la dependencia energética exterior.
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Impulsar el uso racional de la energía y el ahorro de recursos tanto para las empresas como para los consumidores finales.
En este sentido, la colaboración de los diversos actores sociales, administraciones, empresas, organizaciones sociales y ciudadanos es indispensable para que todos salgamos ganando y avancemos en la búsqueda de soluciones, tanto desde el punto de vista de la mitigación como desde el ámbito de la adaptación a las causas y efectos del cambio climático.
Sin embargo, llama la atención la escasa repercusión que tuvo en España la iniciativa de la “Marcha contra el Cambio Climático”. Las concentraciones más populares tuvieron lugar en Barcelona, Madrid y Valencia pero apenas reunieron unas tres mil personas entre las tres convocatorias.
Los principales ejes reivindicativos de las movilizaciones en España, se centraron en exigir al Presidente del Gobierno de Mariano Rajoy, que deje de poner trabas al desarrollo de las energías renovables y se oponga a las nuevas explotaciones de petróleo, la fracturación hidráulica para la extracción de gas (fracking) y la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares.
Acción ciudadana vs Acción política
Las diversas marchas contra el cambio Climático celebradas el domingo 21 de septiembre con gran éxito de participación en diversos lugares del mundo deberán servir para enseñarnos que este tipo de reuniones son definitivas para ejercer la presión política y no deben quedarse en un acto aislado.
Este pasado fin de semana, ciudadanos de todo el mundo decidieron acompañar la marcha celebrada en Nueva York en favor de la lucha medioambiental; París, Sidney, Buenos Aries, Río de Janeiro, Madrid con diversos actos …En España concretamente, se contó con la participación de organizaciones como Greenpeace, WWF, Equo o Avaaz, que confluyeron en la marcha. También respaldaron el acto Ecologistas en Acción, Plataforma Nuevo Modelo Energético, CECU, Coalición Clima, Amigos de la Tierra, SEO/Birdlife, Inspiraction, y Alianza por la Solidaridad.
De ahora en adelante, la ONU nos propone diversas acciones para concienciar al resto de la población, como la convocada para el próximo día 5 de junio de 2015, bajo el título “Cierra el trato. Voluntarios por nuestro planeta” a través de la cual se pretende que los ciudadanos de todo el mundo promuevan acciones voluntarias ciudadanas contra el calentamiento global.
Pero, ¿Y nuestros representantes políticos? En la cumbre que se celebra hoy 23 de septiembre, la ONU exige a los representantes de cada país que los compromisos que se anuncien en Nueva York se reflejen en la negociación del nuevo tratado sobre el cambio climático, que comienza a finales de este año en Lima y que deberá cerrarse 12 meses después en París. No se puede esperar ni un día más para asumir compromisos ya que según palabras del propio Ban Ki-moon, “estamos en un momento decisivo”.
Nadie duda de lo complicado de la cita de hoy ya que en un solo día debe escucharse a todos los países. La ONU espera, en cualquier caso, compromisos para el recorte de emisiones y contener el alza de la temperatura. También que se definan objetivos financieros para apoyar proyectos en el ámbito de las renovables, la eficiencia energética, para reducir la deforestación y mejorar la conectividad de las ciudades.
Debemos confiar en que nuestros líderes políticos se conciencien de una vez de que todos los países son parte del problema y por lo tanto parte de la solución y mientras tanto, recordaremos las palabras del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon cuando afirma que “cada uno de nosotros puede convertirse en un líder en la lucha contra el cambio climático”.