Día Mundial de la Fontanería 2016, la formación como garantía del fontanero
- Escrito por Idoia Arnabat CALORYFRIO
Cada 11 de marzo, internacionalmente se celebra El Día Mundial de la Fontanería, una efeméride creada para reconocer la importancia de la profesión del fontanero en la mejora del medio natural, con el objetivo último de velar por una sociedad más saludable. De hecho, el eslogan elegido por CONAIF este año es “Agua fresca y limpia fuente de vida. Los fontaneros velamos por la salud y el bienestar de todos”.
El Consejo Mundial de la Fontanería (World Plumbing Council) a través de sus países miembros y sus asociaciones, trabaja durante todo el año con el fin de promover los beneficios de una fontanería segura y espera que con la celebración del Día Mundial de la Fontanería, los profesionales y la sociedad en general reflexionen sobre el papel que juega esta actividad profesional en aspectos vitales para nuestro bienestar como la salud. La asociación CONAIF se une un año más al World Plumbing Council en la promoción de este día como representante de la profesión en nuestro país.
Este año, en Caloryfrio.com queremos aprovechar este día para incidir en la importancia de la formación como única garantía y aval de los profesionales . “La formación es imprescindible y ésta debe ser lo más exigente posible en beneficio del sector en general y particularmente de los usuarios que reciben nuestros servicios”, asegura Víctor Pernia Coordinador de Formación de ASEFOSAM desde hace 17 años con quien hemos podido hablar para este reportaje.
También hemos contado con la visión de Alfonso Díaz, profesional que empezó su relación como alumno de la escuela de ASEFOSAM hace más de 10 años cuando se animó a empezar un curso de instalador de aire acondicionado descubriendo que en esta profesión “hay mucho más”. Díaz, reconoce que la formación le enganchó y que cogió “vicio” con los cursos, lo que le llevó a completar otros sobre energía solar, instalaciones térmicas, instalador de gas, gases refrigerantes, etc. “Formarse es imprescindible, aunque la formación continua mucho más. Yo no he dejado de estudiar desde que abrí mi empresa”, nos cuenta este madrileño que emprendió con su empresa de instalación Rualclima en Madrid en 2008.
Así lo ratifica también Víctor Pernia. “La formación continua cobra un papel importantísimo y de hecho más de la mitad de la formación total que se imparte en la Escuela de ASEFOSAM al año es de este tipo. En su origen hace más de 38 años fue el motivo de su creación y el sentido actual de su permanencia”. Cualquier profesional de nuestro sector precisa actualizar sus conocimientos de manera continua. “las normativas son cambiantes, los avances tecnológicos están a la orden del día y la eficiencia energética es nuestro caballo de batalla. El profesional que no se actualice, acabará siendo inoperativo”.
Una formación continua y “exigente”
Alfonso nos confesó que cuando comenzó su carrera profesional como instalador descubrió que “instalar un equipo de aire acondicionado no son poner cuatro tornillos en una pared” y que “cuando empiezas a tocar gas ves que debes tener más cuidado todavía y que hay que formarse mucho”.
ASEFOSAM, desde su creación hace casi 40 años tuvo muy claro que la formación era vital para un sector tecnológico como el nuestro. La Escuela de Formación de ASEFOSAM ha apostado desde su inicio por el Sistema Nacional de Cualificación Profesional y acreditación mediante los títulos oficiales de Certificados de Profesionalidad. Según explica Víctor Pernia, “actualmente hay diez especialidades acreditadas en todas nuestras actividades profesionales (fontanería, gas, calefacción, climatización, electricidad, frío industrial, etc). Creemos que es el sistema de presente y futuro más interesante para nuestro sector para llegar a la acreditación oficial por medio de una formación probada, validada y reconocida a nivel oficial.
A modo de ejemplo y para hacernos una idea general, “podemos indicar que con este sistema oficial un Instalador Electricista tiene que realizar un curso de 840 horas con no menos de 6 evaluaciones teórico/prácticas y 80 horas de prácticas en empresas de la actividad y un Instalador de Gas en categoría B un total de 460 horas más 5 evaluaciones parciales y 80 horas de prácticas reales en empresas”.
Cumplir esta formación reglada es mejor garantía de seguridad para los usuarios, que deben huir del “pirata” que trabaja sin acreditación y por tanto, fuera de la normativa.
“El usuario debe exigir la acreditación oficial en todos los casos, menos en la fontanería general que no existe”, explica Pernia, “siempre como medio de garantizar que el servicio que se le va a prestar está garantizado y amparado por las normativas reguladoras de seguridad industrial específicas. En definitiva, la mayoría de nuestras actividades profesionales se encuentran perfectamente normativizadas y controladas desde el punto de vista oficial y para ejercerlas es necesario contar con la formación y acreditaciones oficiales correspondientes en cada caso”.
Una profesión con una gran empleabilidad
Desde la Escuela de Formación de ASEFOSAM lo tienen claro. “Efectivamente, la empleabilidad de nuestras actividades es muy alta, no en vano buena parte de ellas son consideradas como de máxima prioridad desde el punto de vista del empleo por la Dirección General de Formación de la Comunidad de Madrid, concretamente tienen esta consideración la actividad de instaladores/mantenedores de electricidad, gas, climatización y frío industrial, es decir la práctica totalidad de las que componen nuestro sector”.
Como dato anecdótico pero muy representativo podemos mencionar que en el ejercicio 2015 la Escuela de ASEFOSAM realizó varios cursos de certificado de profesionalidad de gas. En algunos de ellos, de los 15 alumnos que lo han finalizado alcanzaron niveles de inserción laboral de hasta 13, a las pocas semanas de finalizar.
Así lo ratifica también Alfonso Díaz que como empleador, le cuesta trabajo encontrar profesionales ampliamente formados que cumplan con todas las exigencias normativas. “Yo animo a toda persona que se encuentre desempleada a que se formen para sacar el carnet de instalador. Estaréis 3 o 4 meses en una academia y luego vais a tener el trabajo asegurado”.
Fontanería y sostenibilidad
Los fontaneros, profesionales de las instalaciones térmicas y de fluidos, desarrollan su actividad no solo a nivel doméstico sino también industrial ya que la profesión comprende diversas funciones que van desde la instalación de sistemas de agua fría y caliente, servicios sanitarios, sistemas de calefacción y tuberías o sistemas de suministro de gas hasta la instalación de los sistemas de drenaje y de refrigeración de gran tamaño dirigidas a la industria.
Es en el ámbito de este desarrollo profesional en el que debemos entender que los procesos productivos deben estar cada vez más vinculados al medio ambiente y a su vez, a las actividades económicas. Sólo así podremos hablar de desarrollo sostenible, también en la fontanería.
La profesión del fontanero tiene la particularidad de que su actividad incide directamente en el consumo de un recurso escaso como el agua y en la capacidad de contribuir a su ahorro tanto a través de la instalación de materiales y elementos que propicien la reducción del consumo como del impulso al desarrollo de sistemas que permitan su reciclado y reutilización.
Así, la formación es y será la vía más adecuada como vía de integración de los conceptos medioambientales en la profesión. En la actualidad, los estudios en fontanería capacitan a los fontaneros para el desarrollo y planificación de proyectos de instalaciones en edificios y procesos industriales teniendo en cuenta protocolos y normativas de seguridad, calidad y respeto al medio ambiente.
Pero la profesión del fontanero no es una excepción y cada vez son más demandados los profesionales cualificados con conocimientos tecnológicos.
“Los retos que se nos plantean en nuestro sector son altamente ilusionantes y asumibles, teniendo que ver principalmente con todo lo relacionado con la eficiencia y ahorro energético, las energías renovables y sus posibles combinaciones, el respeto al medio ambiente”, concluye Pernia. En definitiva, el mayor confort de los ciudadanos con el menor coste posible en todos los sentidos: económico, energético y medioambiental.
Agradecemos la participación de ASEFOSAM y CONAIF en la elaboración de este reportaje
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