Este Consejo, a través de sus países miembros y sus asociaciones con organismos como la Organización Mundial de la Salud, trabaja todo el año para promover los beneficios de la fontanería pero su objetivo para cada día 11 de marzo, se basa en que la gente de cualquier lugar del mundo puedan reflexionar sobre el papel de la profesión del fontanero en la preservación de la salud y del estilo de vida e incluso en la construcción de un futuro sostenible para los millones de personas que forman parte de los países en desarrollo.
Así fue cómo surgió el Día Mundial de Fontanería, una efeméride que con el tiempo va cobrando importancia. Hoy en día, tienen lugar diversos actos con motivo de la celebración de este día en distintos continentes y varios países con el único fin de llamar la atención sobre la importancia de la fontanería y el saneamiento.
También es destacable el papel de Naciones Unidas que declaró 2005-2015 Decenio Internacional para la Acción "El agua, fuente de vida", lo que provocó que desde entonces el establecimiento de la agenda mundial se centre cada vez más en las cuestiones relacionadas con el agua. Esta iniciativa es de extraordinaria importancia en un mundo donde las enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento se cobran la vida de unos 3,1 millones de personas por año, en su mayoría niños menores de 5 años de edad. De ellos, alrededor de 1,6 millones de personas mueren cada año de enfermedades diarreicas asociadas con la falta de agua potable y un saneamiento adecuado.
Al incluir el acceso a un suministro de agua potable y saneamiento en estas metas internacionales, la comunidad mundial propone como objetivo la consecución de que 97 millones de personas adicionales cada año tengan acceso a servicios de agua potable y 138 millones más puedan acceder a servicios de saneamiento hasta el año 2015.
Jornada Técnica de CONAIF
En España, la Asociación CONAIF, es la Confederación Nacional de Asociaciones de Empresas de Fontanería, Gas, Calefacción, Climatización, Protección contra Incendios, Electricidad y Afines creada en 1979 para representar y defender en el ámbito nacional los intereses profesionales de sus miembros, integra a 49 asociaciones provinciales y 6 federaciones de asociaciones que, en conjunto, agrupan a más de 20.000 empresas instaladoras de toda España que dan empleo a más de 150.000 personas.
Este año y con motivo de la celebración del Día Mundial de la Fontanería CONAIF ha organizado una Jornada Técnica dirigida a los instaladores de fontanería sobre instalaciones e instaladores de agua titulada “Los instaladores ante la desregularización de la Fontanería” y centrada en temáticas como la calidad del agua potable, las últimas novedades recogidas en el Código Técnico de la Edificación, la higiene y salubridad en las instalaciones de fontanería o el HTA y los tratamientos contra la legionelisis.
Caloryfrio.com también quiere sumarse a la celebración del Día Mundial de la Fontanería y para ello, ha contado con la colaboración de CONAIF, recogiendo los testimonios de dos profesionales de la fontanería que con su testimonio, a través de una pequeña entrevista, nos trasladan su situación actual y la problemática de su profesión hoy en día.
Estas son las preguntas a las que tanto Luis Gómez de Fontanería Mezgo de Bilbao como Javier González Pérez, quién desarrolla su actividad como autónomo en Madrid, nos han respondido:
¿En qué momento se encuentra la profesión del fontanero?
L.G.: No atraviesa su mejor momento. El volumen de trabajo ha caído en los últimos años, los márgenes comerciales se han reducido y la profesión sufre la presión del intrusismo profesional y la economía sumergida, dos fenómenos a los que las empresas legalmente establecidas difícilmente podemos hacer frente porque nosotros asumimos unas obligaciones que los otros no tienen al estar al margen de la legalidad.
J.G.P.: Atraviesa un momento difícil por varias razones. La principal es el descenso de la actividad como consecuencia de la crisis. Ahora hay menos trabajo que hace unos años porque se construye menos y está más enfocado a las reparaciones, reformas y mantenimiento en general. Otro problema lo encontramos en la disparidad de requisitos a nivel autonómico, que nos ocasiona muchos inconvenientes a la hora de trabajar en diferentes comunidades autónomas. En unas nos piden poseer el carné de fontanero, en otras no, en algunas de ellas con unos requisitos que son particulares y diferentes a los de las demás.
En la situación actual los fontaneros trabajamos allá donde hay trabajo, pero la ausencia de un criterio común para toda España respecto a los requisitos legales establecidos para poder trabajar, entorpece mucho que podamos desplazarnos.
Respecto al carné de fontanero creo que es un error que se esté retirando poco a poco porque supone una garantía para los usuarios y la seguridad de las instalaciones. Quienes lo tenemos tuvimos que formarnos en su momento, aprobar un examen teórico y práctico, y hacer una inversión en tiempo, dinero y esfuerzo.
¿Existe el intrusismo en su profesión?
L.G.: Lamentablemente sí existe y en un porcentaje muy elevado. Los instaladores legalmente establecidos que cumplimos con todas nuestras obligaciones legales tenemos en nuestro mismo mercado a individuos que desempeñan ilegalmente nuestra actividad, sin estar capacitadas, ni legal ni profesionalmente, para hacerlo. Esto hace mucho daño a nuestras empresas y también al usuario, que tiene derecho a recibir un servicio de la calidad por parte de empresas instaladoras legalmente establecidas, a las que pueda reclamar con todas las garantías si el servicio prestado no le resulta satisfactorio.
J.G.P.: Sí y es muy acusado. Ahora hay, como digo, menos trabajo pero también más intrusos, sin formación, cualificación ni capacitación legal para poder trabajar como fontaneros.
¿Es cierto que dentro de las reparaciones que se realizan en las instalaciones de los hogares las relacionadas con la fontanería son las más numerosas? ¿Quiere esto decir que la crisis no ha afectado tanto a su profesión?
L.G.: Sí, es cierto pero eso no significa que la crisis no haya afectado de manera muy importante a la profesión. La fontanería ha sido una víctima colateral del hundimiento de la construcción, especialmente de la obra nueva. Sí es verdad que en los servicios de reparaciones destacan, sobre la media, los de fontanería, sí, pero también lo es que predominan los trabajos menores y que el cliente ajusta ahora sus presupuestos hasta niveles que prácticamente hacen inviables esos trabajos, pues dejan escasísimo margen para el instalador. El cliente ahora mira más el precio final del servicio, sin importarle tanto otros factores como la calidad de los productos y materiales utilizados o la profesionalidad del fontanero contratado.
J.G.P.: El mantenimiento de las instalaciones de fontanería concentra la mayor parte del trabajo porque ha suplido a la actividad en nueva edificación que ha estado en los últimos años prácticamente paralizada. Pero eso no quiere decir que la crisis haya pasado de refilón por la profesión. Ha caído como un “tsunami” que se ha llevado por delante a cientos de empresas y autónomos.
¿Qué mejoras pedirían a la administración para la mejora de su situación profesional?
L.G.: Desde mi punto de vista, la principal sería la adopción por parte de todas las Administraciones de medidas efectivas contra el intrusismo profesional. Si los intrusos que tanto daño hacen a la profesión, ya no digo que dejaran de existir porque eso es casi imposible, pero sí llegaran a reducir significativamente su número, los instaladores de fontanería y los usuarios tendríamos mucho ganado. Una buena forma de luchar contra el intrusismo sería introduciendo medidas que permitieran al usuario final desgravarse y concienciándole, asimismo, para que exija las facturas por los trabajos realizados y contrate siempre a profesionales.
J.G.P.: Además de actuar en lo que he comentado antes sobre los carnés profesionales y las trabas a la movilidad, yo reclamaría a la Administración medias legales que realmente fueran efectivas contra la morosidad y nos permitieran a los fontaneros, que en un número muy alto somos autónomos, cobrar a tiempo dentro de plazos razonables, sin abusos por parte de terceros. Sería muy positivo también que se nos reconociera desde la Administración el papel crucial que los fontaneros desempeñamos en el cuidado de la salud y el medio ambiente, porque tendría traslado casi inmediato a la sociedad en general.
Consejo Mundial de la Fontanería
A estas alturas no cabe ninguna duda acerca de la panorámica mundial en relación con el cambio climático y donde profesiones como la fontanería juegan un papel clave en relación al cuidado del agua, su uso y reutilización. Además, hay que tener en cuenta que aún son muchos los países en vías de desarrollo, donde la actividad de la fontanería es escasa e incluso inexistente, lo que representa un hecho determinante en cuanto al número de población que en el siglo XXI aún no cuenta con acceso a agua potable ni a redes de salubridad eficientes.
En este sentido, el presidente del World Plumbing Council (Consejo Mundial de la Fontanería), Sudhakaran Nair, ha querido lanzar su mensaje incidiendo en sensibilizar a la sociedad en general sobre el papel fundamental que la fontanería desempeña hoy en día en la protección de la salud pública, el cuidado con el medio ambiente y también del planeta".
“Para crear un cambio de actitud – ha dicho – las asociaciones de fontanería de todo el mundo tienen la obligación de educar a sus propios miembros y al público en general a través de exposiciones, seminarios, programas de entrevistas, medios de comunicación, etc., con el fin de involucrar a las administraciones locales e informarles sobre la amenaza inminente que supone la escasez del agua como recurso vital. Así, también los gobiernos deben desempeñar un papel preponderante y legislar para garantizar el cumplimiento de las medidas de conservación del agua y la lucha contra la contaminación de los recursos naturales, castigando el despilfarro adecuadamente.”
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