Uno de los últimos informes publicados por el prestigioso consultor y líder de opinión del sector energético, Javier García Breva, se titula “El imparable avance de la fotovoltaica en el mundo”, informe avalado por distintas instituciones y organismos que afirman que la maduración de la energía solar fotovoltaica y el autoconsumo están modificando el modelo energético convencional.
Los datos macroeconómicos indican que la globalización del mercado convertirá la energía fotovoltaica en la primera fuente de generación eléctrica. Este hecho está provocando cambios en las políticas energéticas de muchos países para facilitar el acceso a la fotovoltaica en hogares, edificios y empresas. Y en este sentido, la Unión europea considera como principal desafío la reducción de los costes de la energía.
Hasta el momento, la eficiencia energética y la integración masiva de renovables en el urbanismo y el transporte son las políticas aprobadas en las directivas para conseguirlo pero aún debe añadirse el autoconsumo y la participación activa de los consumidores en la generación y la gestión de la demanda entre las herramientas para cumplir con los objetivos en materia de energía y clima.
¿Por qué se teme a la energía fotovoltaica en España?
La reforma energética en España debería haber tenido en cuenta que las energías renovables reducen el precio de la energía mientras que las energías convencionales, lo elevan. Sin embargo, en nuestro país se han paralizado las inversiones en energías renovables, se ha incentivado la explotación de combustibles fósiles, el fracking, la energía nuclear y el crecimiento de las importaciones de hidrocarburos.
A todo ello, habría que añadir el riesgo regulatorio y la retroactividad sobre las instalaciones fotovoltaicas existentes, hecho que ha arruinado a miles de pequeños productores y ha ahuyentado la futura inversión.
Un elemento fundamental para el avance de la energía solar fotovoltaica en nuestro país será el intentar restablecer la confianza de la sociedad, de los consumidores y de los pequeños productores en el futuro de la energía fotovoltaica
El principal valor de la energía solar fotovoltaica reside en hacer realidad que cada centro de consumo sea a la vez un centro de generación. La proximidad entre generación y consumo es una inmensa fuente de ahorro y reducción de costes pero este tipo de instalaciones producirían una apertura del mercado y de la competencia haciendo posible que miles de consumidores fueran capaces de gestionar su energía y que un mercado eléctrico como el actual, dominado por muy pocas empresas, se transformaría en un nuevo modelo de mercado en el que el consumidor se convertiría en el centro del sistema. La demanda se impondría a la oferta y a mayor competencia, menor precio de la energía.
Diversas consultoras internacionales, entre las que se encuentra IHS Technology aseguran que hasta 2019, la energía solar fotovoltaica crecerá a nivel global un 177%, un 66% más que en el año 2014. En más de 11 mercados, entre los que no aparece España, la fotovoltaica crecerá más de 1GW al año.
Por su parte Morgan Stanley, centra su foco de atención en las
baterías de almacenamiento como herramientas que facilitarán una transición rápida hacia las renovables por razones económicas, ambientales y de eficiencia energética. Mitigan la volatilidad de la red, hacen innecesarios activos de respaldo y reducen los costes del sistema. La reducción de costes de la energía solar y del almacenamiento hace imparable el rápido desarrollo de la fotovoltaica. Representa un cambio radical en el uso de la energía y en el modelo de negocio energético. Los paneles solares generan, las baterías almacenan y los consumidores utilizan la energía que necesitan libremente en los edificios y en el transporte.
A través la implantación de sistemas basado en la energía solar fotovoltaica estamos hablando de un cambio de modelo orientado a que el consumidor reduzca su factura energética gestionando su propia demanda. Este modelo descentralizado podría llevarnos a un escenario en el que la energía solar podría producir hasta el 50% de la electricidad mundial en 2050 según un informe del banco UBS.
La fotovoltaica ha demostrado que cada vez que se duplica el uso de la tecnología sus costes caen un 20%. Los directivos de TESLA, la compañía fabricante de la batería de almacenamiento, anticipan costes de generación solar a 2-3 céntimos KWh y de almacenamiento muy por debajo de 10 céntimos. El almacenamiento descentralizado a nivel de ciudad otorga a la fotovoltaica un impacto directo en la reducción del coste de la energía por su más rápida aplicación, más rápida maduración y flexibilidad.
Sin embargo, España no cuenta en esta nueva configuración de la energía en el mundo. La reforma energética y la inseguridad jurídica la han excluido de la hoja de ruta de las nuevas tecnologías de generación.
España, que fue líder en energías renovables, y que durante los años 2007 y 2008 alcanzo el liderazgo mundial en fotovoltaica por potencia instalada pero está situación sufrió un vuelco en su desarrollo, con la llegada de la crisis.
Los sucesivos gobiernos españoles comenzaron a reducir las subvenciones a las energías renovables, olvidando sus anteriores promesas hasta culminar en la aprobación del Real Decreto de Autoconsumo aprobado a finales de 2015 que constituye según la Asociación Fotovoltaica ANPIER “una barrera normativa para evitar que ciudadanos y PYMES puedan producir energía, penalizando esta opción a través de cargas -tanto por la energía auto consumida como por la potencia instalada- y vericuetos burocráticos que disuaden de este tipo de iniciativas en un país, España, que tiene en el Sol un activo que habría de ser irrenunciable, porque aportaría ventajas competitivas inmediatas para las empresas española, empleo y riqueza, así como una mayor renta disponible para el ciudadano que optara por esta modalidad de generación-consumo”.
Conclusiones
Un elemento fundamental para el avance de la energía solar fotovoltaica en nuestro país será el intentar restablecer la confianza de la sociedad, de los consumidores y de los pequeños productores en el futuro de la energía fotovoltaica. Esta transición energética proporcionaría una economía competitiva y adecuada para luchar contra el cambio climático, reduciendo al mismo tiempo, los costes energéticos de hogares y empresas.
Este hecho requerirá de cierta voluntad política y la exigencia de nuevas metas:
- Seguridad jurídica y estabilidad regulatoria para las inversiones fotovoltaicas ya ejecutadas y futuras.
- Un mercado estable de fotovoltaica con una planificación de la generación distribuida en un mix descarbonizado a largo plazo.
- Vincular la energía fotovoltaica a la eficiencia energética y a la eliminación del CO2 en el urbanismo y el transporte.
- Asociar el mercado fotovoltaico con el impulso de la industria y la tecnología nacional, como fundamento de una economía moderna e innovadora.
Fuente: Javier García Breva. El imparable avance de la fotovoltaica en el mundo: Microgeneración y Autoconsumo. Noviembre 2015.