Logotipo Caloryfrio
Menu

Zehnder Group Ibérica estuvo presente en la Mesa Confort y Salud de EdiFica

Alberto Meiss Rodriguez, Alicia Alonso Gómez, Fredy Massad, Rafael Díaz Vega y  Josep Castellà, de Zehnder Group Ibérica para España y PortugalCon más de 11 000 visitantes, EdifFca Pamplona se ha convertido en el punto de encuentro de la edificación sostenible a nivel nacional. Impulsada por el Consorcio Passivhaus,  y llevada a cabo gracias a la colaboración del Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y Nasuvinsa, la edición de 2021 ha contado también con el patrocinio de Acciona.

La presencia de María Chivite, presidenta del Gobierno de Navarra, del vicepresidente segundo y consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos, José María Aierdi y el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha puesto de manifiesto el liderazgo y compromiso de esta comunidad por las edificaciones de consumo casi nulo.

Del 1 al 3 de septiembre, el evento acogió diversas mesas redondas en las que se abordaron temas como por ejemplo la igualdad en el sector de la construcción, la eficiencia energética, la industrialización, la sostenibilidad y circularidad, arquitectura y ciudad, transformación digital y confort y salud. 

En esta última, moderada por el arquitecto Fredy Massad, participaron Josep Castellà, vicepresidente de AESCAI y Country Manager de Zehnder Group Ibérica para España y Portugal; Rafael Díaz Vega, director técnico AESCAI; Alicia Alonso Gómez, Comité médico y técnico AESCAI, y Alberto Meiss Rodriguez, Doctor Arquitecto de la Universidad de Valladolid-UVA

La hermeticidad

Uno de los aspectos claves de las viviendas pasivas es la hermeticidad, de la que se habló ampliamente durante la mesa redonda Confort y Salud. Alberto Meiss Rodriguez, explicó que “desde la Universidad de Valladolid llevamos a cabo un estudio, en colaboración con otras universidades españolas, en el que realizamos 400 ensayos en viviendas y concluimos que las infiltraciones son un aspecto muy desconocido más allá del ámbito Passivhaus. En el estudio encontramos valores n50 a nivel nacional en torno a 7/8 de valor medio, con mejores prestaciones en ámbitos atlánticos y continentales, y peores en la zona del mediterráneo. Este valor se traduce en que perdemos esa condición de hermeticidad a través de esos defectos constructivos, que permiten la entrada de aire insalubre y sin acondicionar; el aire que entra, como no pasa por un recuperador, pierde eficiencia a través de esos defectos constructivos. Esto se traduce en una pérdida energética en cuestión de demanda en torno a 11 kW m2/a en ciudades como Bilbao o A Coruña, o de 15 kW m2/a en Valladolid y Barcelona. Los actuales cambios en el CTE empiezan a considerar la cuestión de las infiltraciones, pero la modificación ha sido muy tímida, hay que incidir en la hermeticidad al proyectista y a las administraciones”. 

En relación con la hermeticidad, Rafael Díaz Vega, director técnico de AESCAI, explicó que “hacer estanco un edificio más allá de una herramienta de ahorro energético es también un arma, depende de cómo se utilice podemos empeorar el edificio en lugar de mejorarlo. En los edificios antiguos años 60-70 se instalaba la carpintería estanca y, debido al mal aislamiento del edificio, aparecían condensaciones. Tenemos que tener cuidado cuando utilizamos la estanqueidad porque hasta hace poco esa permeabilidad era la ventilación, cuando no existía la ventilación controlada. Hay que tener asegurada la ventilación porque si no el edificio es un fracaso asegurado”.

Josep Castellà explicó que, en construcciones más recientes, las viviendas tienden a tener más infiltraciones: “Hace 30 años no había falsos techos por lo que las viviendas eran más herméticas. En edificios construidos en últimos diez años, con muchas infiltraciones, no tendremos tantos contaminantes interiores, pero los contaminantes exteriores están descontrolados. Lo más similar al Passivhaus serían edificios construidos hace 30 años”.

Las alergias y la calidad de aire interior

“En unos años hasta el 40 % de la población va a ser alérgica a algún polen”, así de taxativa se mostró Alicia Alonso Gómez, del comité médico y técnico de AESCAI, que explicó que a su consulta llegan muchas personas con síntomas provocados por la mala calidad del aire interior. “La calidad del aire interior en una vivienda es muy importante porque normalmente pasamos el 75 % de nuestro tiempo en interiores, y en la pandemia ha sido mucho más, y puede que la calidad de aire interior no sea del todo adecuada”, explica Alonso. “Antes se pensaba que un domicilio estanco era bueno, pero en realidad las condensaciones y mohos son peligrosísimos tantos por las alergias como por las micotoxinas. Necesitamos niveles de humedad adecuados, necesitamos ventilación para filtrar los alérgenos y el polen”.

Ante la sensibilidad de las personas a las alergias, Alonso explicó que además de que en las ciudades se plantan especies muy alérgicas, “el modo de vida occidental nos está haciendo más alérgicos: los tóxicos, el uso excesivo de antibióticos, la microbiota, etc.”

La ventilación

Para poder compaginar el teletrabajo con las condiciones ambientales actuales, Alonso explicó que “la solución es ventilar, ya sea de forma natural o controlada. El problema de la ventilación natural es la polución, que puede provocar problemas de salud, patologías cardíacas e incluso mortalidad”. “Es muy importante tener una ventilación adecuada, yo veo pacientes que, a pesar de la dificultad de diagnóstico, se sospecha que trabajan en lo que se conoce como edificio enfermo y tienen síntomas inespecíficos de personas que enferman en su lugar de trabajo porque estos no reúnen las niveles necesarios de ventilación, humedad e iluminación, etc.”

En las viviendas también se propagan contaminantes y podemos encontrar de dos tipos: los alérgenos, provocados por animales, hongos, moho, ácaros de polvo y polen y los tóxicos, como el gas radón o el monóxido de carbono.

Josep Castellà, vicepresidente de AESCAI explicó que “en Zehnder trabajamos desde hace diez años con la ventilación controlada, que elimina contaminantes y filtra el aire, de este modo convertimos el aire exterior en la mejor opción para combatir los problemas de los contaminantes interiores; la ventilación interior es crucial porque si no abriríamos ventanas y estaríamos sufriendo otro tipo de tóxicos”.

Viviendas pasivas

Una casa pasiva, completamente estanca y hermética, necesita de una máquina que asista la ventilación para poder respirar aire limpio y fresco en el interior. “Podemos abrir las ventanas, pero es necesario controlar la calidad de aire interior con sistemas de ventilación, así como se trabajan otras estrategias pasivas como los puentes térmicos o la hermeticidad. Además de aportar salud, la ventilación controlada no produce gasto energético”, explicó Castellà. La ventilación controlada en casas pasivas garantiza aire de calidad, añadió el vicepresidente de AESCAI, que recordó que la mayoría de usuarios de casas pasivas destacan que respiran y descansan muy bien.

Cambio de paradigma: las personas primero

Durante la mesa redonda, todos los expertos destacaron la necesidad del cambio de paradigma en la construcción y de cómo esta debería de pensar en la salud de las personas. “¿De qué sirve consumir menos energía si no aportamos salud?”, se preguntaba Castellà.

También Rafael Díaz insistió en la necesidad de invertir en las personas, “mejorar la calidad de aire puede aumentar en un 10 % la productividad y reducir en un 35 % las bajas de corta duración provocadas por resfriados, gripes, etc.” En cuanto a las viviendas, es necesario también tener en cuenta los materiales utilizados para poder conseguir viviendas saludables. “La energía es muy importante pero las personas todavía más, y con el virus es la primera vez que se ha dado prioridad a las personas”. Díaz concluyó su intervención recordando que “el coronavirus ha provocado la muerte de cinco millones de personas, pero la mala calidad de aire provoca hasta ocho millones de fallecimientos en todo el mundo”.

Castellà, terminó la mesa redonda recordando que existen varios estándares energéticos que se preocupan por la calidad del aire y buscan la salud y el confort de las personas, pero “desde las administraciones, cuando hablamos de normativa o código técnico, no se piensa en el usuario, se evoluciona hacia un edificio más eficiente pero no más saludable. ¿De qué sirve reducir energía si no conseguimos edificios saludables?”. “Por primera vez, y por culpa de la pandemia, se ha dado importancia a las personas, ahora ha cambiado el paradigma”, concluyó Castellà.

Para más información sobre Zehnder, haz clic en:
Logo Zehnder
 www.zehnder.es

Modificado por última vez enLunes, 10 Octubre 2022 12:51

¿Te ha resultado útil? Compártelo

volver arriba
 
 

Búsquedas de Interés

Síguenos en Redes