Chimeneas de Bioetanol ¿cómo funcionan?

Al quemarse el bioetanol desprende un alto poder calorífico. El calor que producen las chimeneas de bioetanol se proyecta por convección y lo más importante es que el 100% de las calorías emitidas permanecen dentro de la habitación donde esté encendida la chimenea, ya que al no tener ésta salida de humos, no se produce ningún escape energético. 

Una de las ventajas de las estufas de bioetanol es que no produce humo ni cenizas, por lo que no mancha las paredes ni contamina el ambiente. 

El quemador inicial de las primeas biochimeneas se limitaba a ser un pequeño recipiente cilíndrico, se ha transformado hoy en día en chimeneas bien diseñadas, regulables, incluso automatizadas que permiten generar fácilmente 2.500 W/hora, si lo queremos comparar con la potencia de un radiador eléctrico común.

La aportación de los diseñadores, ha roto el esquema clásico de los primeros modelos, la mayoría un marco rectangular que se colgaba en la pared, a un sinfín de variedades que permiten acoplarlas a multitud de estilos decorativos.

En cuanto al consumo de las biochimeneas y su potencia, una estufa de bioetanol con una capacidad calorífica de 3 kW/h calienta una habitación estandar de unos 30 metros cuadrados.

El quemador, que es el recipiente donde se coloca el bioetanol, puede tener diferentes capacidades, de entre 0,5 litros hasta los 5 litros de combustible. Dado que las biochimeneas consumen aproximadamente un litro de bioetanol cada 4 o 5 horas de combustión, se recomienda que el depósito del quemador tenga una capacidad mínima de 1,5 L. 

Es importante recordar en este punto que las estufas y equipos de bioetanol cumplen una función complementaria a los sistemas de calefacción principales. Su función es la de aportar calor y confort con la visión de su llama durante unas horas, como durante una tarde lluviosa o una cena en familia, pero no se utiliza como aporte principal de calor.