Cuando aerotermia y geotermia se complementan en la rehabilitación
- Escrito por Montse Bueno
La rehabilitación del centro cívico Cristalleries Planell, ubicado en el barrio de Les Corts, en Barcelona, es un ejemplo de control y gestión del aire en condiciones naturales.
Se trata de un edificio que ha conseguido la certificación energética con una calificación de etiqueta A debido a que ha alcanzado una reducción de demanda energética a partir de la mejora de los cerramientos; ha logrado una disminución, en un 43%, del consumo energético respecto a un edificio de referencia; ha implementado sistemas de producción energética de alta eficiencia – geotermia y aerotermia –, dotados de un sistema de control que prioriza el más eficiente en cada momento, y ha contemplado una mínima infraestructura de climatización para atender bajas demandas. Y todo ello en un contexto en el cual dos de las tres caras del solar que ocupa el edificio quedan definidas por la fachada protegida de la antigua Cristalleries Planell (1913).
Josep Ricart, socio del despacho de arquitectos Harquitectes junto con David Lorente, Roger Tudó y Xavier Ros, señala que, tanto en el caso de la geotermia como de la aerotermia se trata de tecnologías que, si les es posible utilizar, optan por integrar en sus proyectos.
En concreto, en Cristalleries Planell se consideró oportuno introducir como sistema titular la geotermia. Sin embargo, dado que el edificio estaba destinado a reducir al máximo la demanda, más que a ser de gran eficiencia, “en todo caso y por si en un futuro la carga interna del edificio se reducía (cambio a uso administrativo) se instaló un sistema aerotérmico complementario que aporta 20 Kw extra de potencia que sería necesario en el futuro.
Ahora se utiliza en verano para deshumidificar los patios de la mano de dos refrigeradoras, permitiendo además más potencia de la geotermia en el suelo refrescante”. Por su parte, el ingeniero técnico mecánico de la empresa encargada de la instalación, Pau Ferro, explica que para esta compleja rehabilitación se eligió un sistema aerotérmico como “apoyo a la bomba de calor de geotermia.
A través del control se hace una comparativa del COP real de cada una de las dos bombas de calor (geotermia o aerotermia) y, en función de ese COP - según sea más eficiente energéticamente - el control hace arrancar una bomba u otra”, dado que “las unidades de producción están totalmente integradas en el control, por lo que es capaz de saber todos los datos que te da el equipo internamente y así tomar la mejor decisión”.
En este sentido, y profundizando en los detalles técnicos, Josep Ricart, añade que “la bomba geotérmica trabaja junto con una bomba aerotérmica contra un gran depósito de inercia. La domótica permite trabajar con los dos sistemas en función del coste y la eficiencia de cada uno de ellos, aunque generalmente la eficiencia geotérmica tiene prioridad, en algunos momentos, en función de la temperatura ambiental, actúa la aerotérmica.
El depósito de inercia activa los espacios a través de suelos radiantes en inviernos y refrescantes en verano. En verano, la aerotermia refrigera una batería de frío que deshumidifica el aire primario de los patios con el fin de bajar la humedad absoluta del edificio y poder activar el suelo refrescante, todavía más frío, sin peligro de condensación”.
El sistema de aerotermia que se ha instalado en este centro cívico se caracteriza por tener, como especifica Pau Ferro, “un COP de 3,71 y un EER de 3,35, siendo un equipo que consume poca electricidad para la potencia térmica que es capaz de producir”. Su función, en este caso, es dar servicio a un sistema de suelo radiante/refrescante que trabaja con unas temperaturas bajas en calefacción y altas en frío, por lo que el sistema se comporta más eficientemente, a grandes rasgos”. Para este tipo de instalación con tanta inercia – señala este experto - es muy recomendable la selección de estos sistemas de producción.
En cuanto a qué ha sido lo más complejo a la hora de implementar el sistema, este profesional comenta que “toda la integración del control de los equipos y las lógicas de programación para que el sistema sea inteligente y pueda tomar decisiones por el mismo”.
Indicadores “nearly zero”
El edificio de Cristalleries Planell se erige en cuatro plantas que se retiran de la fachada patrimonial Sur y que, por tanto, posibilitan un patio cubierto que permite la compatibilización de la construcción con su valor como patrimonio, logrando una optimización de las condiciones derivadas de la luz natural en espacios destinados a aulas y, al mismo tiempo, constituyendo un cojín térmico y acústico respecto al entorno. Este recinto, largo y estrecho, se encuadra entre la fachada patrimonial y la nueva fachada estructural y se reproduce en el vértice Norte, conectando con el exterior de los espacios para usos administrativos del edificio, dibujando el cierre de esta geometría triangular.
La principal estrategia integrada en el edificio para lograr la eficiencia energética pasa por la reducción de la demanda a través de la optimización de la luz y la ventilación natural y la inercia aunque, para alcanzar los niveles de confort establecidos por la normativa vigente, ha sido preciso implementar el uso de sistemas de producción de calor y frío altamente eficientes, como ya hemos especificado, a partir de la geotermia y la aerotermia. Todo ello con el fin último de alcanzar indicadores “nearly zero”.
En condiciones naturales
Los artífices de la rehabilitación de un equipamiento público de esta naturaleza - que alberga un centro de formación para adultos, una sede del Consorcio de Normalización Lingüística y un hotel de entidades - se propusieron que el control y la gestión del aire en el edificio se produjera en condiciones naturales: en invierno controlando las pérdidas por renovación; amortizando la alta carga interna acumulada en la inercia de una estructura muraria, y captando el aire limpio desde el patio, que actúa como recuperador natural. Y en verano disipando el máximo volumen de aire posible y capturándolo desde patios vegetados y sombríos a través de motores de movimiento estrictamente naturales como son esas chimeneas solares y remates de ventilación natural basados en el efecto venturi.
En este caso, en concreto, se ha descartado la ventilación cruzada entre patios por programa y con el fin de evitar conflictos acústicos, de modo que se dota a cada franja de espacios de uso de una larga interrupción estructural por donde el aire circula en vertical “estirado” debido a la potencia del sol en las chimeneas que, a su vez, dotan al edificio de una silueta transparente que la distingue.
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