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Cohousing y Coliving: nuevas formas de habitar con impacto social y medioambiental

coliving cohousingEl modelo de vivienda ha evolucionado en los últimos años hacia formas más colaborativas y sostenibles. El arquitecto Iñaki Alonso, promotor y consultor en descarbonización y ecología aplicada a la arquitectura, ha estado trabajando en estas nuevas maneras de habitar a través de su iniciativa Distrito Natural. Su objetivo es transformar la manera en que concebimos la vivienda, incorporando tanto la cultura colaborativa como los principios ecológicos.

Hablamos con él en una nueva entrevista de nuestro ciclo #Protagonistas EspacioARK. Sigue leyendo para ver esta entrevista en vídeo y para saber descubrir en qué consiste el modelo de coliging y cohousing. 

Coliving y Cohousing: Diferencias y Similitudes

El coliving es un modelo de residencia de media estancia, enfocado en jóvenes y, cada vez más, en personas mayores con el formato senior coliving. Se trata de un sistema en el que una empresa promotora o inversora desarrolla un proyecto y alquila habitaciones o apartamentos completamente equipados. Es una solución ideal para quienes buscan flexibilidad sin los compromisos de la vivienda tradicional. En este modelo, los residentes pueden permanecer en el espacio durante seis meses, un año o incluso dos años, dependiendo de sus necesidades. También han surgido colivings rurales, que permiten a personas vivir temporalmente en el campo sin necesidad de comprar una vivienda o comprometerse a largo plazo.

Por otro lado, el cohousing es un modelo de larga estancia basado en la propiedad colectiva. En este caso, los residentes son dueños de la comunidad a través de un derecho de uso. Es una forma de vida a largo plazo que permite mayor estabilidad, fomentando la colaboración entre los vecinos. A diferencia del coliving, el cohousing se fundamenta en la autopromoción de la comunidad, es decir, son los propios futuros residentes quienes impulsan el proyecto desde su concepción, construcción y gestión.

Ambos conceptos coinciden en su ADN colaborativo y en la idea de reestructurar la relación entre lo privado, lo común y lo público. Suponen una alternativa al individualismo extremo que ha caracterizado la vivienda tradicional, promoviendo comunidades más integradas y sostenibles. Se trata de dejar atrás la vivienda como un espacio meramente privado e individualizado y recuperar una forma de habitar más conectada con el entorno y con otras personas.

El Desafío de Promover la Covivienda

Uno de los principales retos de estos modelos es su promoción en un mercado inmobiliario aún dominado por la propiedad privada convencional. Mientras que el cohousing requiere la conformación previa de una comunidad que impulse el proyecto, la covivienda (modelo promovido por Distrito Natural) mantiene la estructura colaborativa sin necesidad de un derecho de uso colectivo. En este modelo, los residentes pueden adquirir sus viviendas de forma individual, pero el diseño y gestión del edificio incorpora elementos colaborativos como espacios comunes, actividades conjuntas y servicios compartidos.

En la actualidad, en España hay más de 200 proyectos de cohousing en marcha, impulsados por comunidades que buscan nuevas formas de habitar. Sin embargo, la oferta de viviendas colaborativas promovidas por empresas inmobiliarias sigue siendo limitada, lo que demuestra la necesidad de ampliar estos modelos. Existen algunas iniciativas de senior cohousing en ciudades como Alicante y Rivas, donde grupos de personas mayores han decidido organizarse para vivir en comunidades diseñadas a su medida.

Ecología Social y Medioambiental Aplicada a la Arquitectura

El concepto de ecología en la arquitectura no solo se limita a la eficiencia energética o el uso de materiales sostenibles, sino que abarca también la dimensión social. Según Iñaki Alonso, la crisis climática y la pérdida de biodiversidad han puesto en cuestión nuestra relación con el planeta, pero también nuestra relación con las demás personas. En un mundo cada vez más individualista, los problemas como la soledad o la desigualdad social son cada vez más evidentes.

Desde esta perspectiva, la arquitectura no solo debe diseñar edificios eficientes, sino que debe fomentar relaciones humanas más estrechas y comunidades más resilientes. Conceptos como economía circular, economía colaborativa o economía del bien común son claves en este proceso de transformación. La ecología social implica que las personas puedan relacionarse de manera más equitativa y solidaria dentro de sus comunidades, fortaleciendo redes de apoyo y disminuyendo la fragmentación social.

Transformando la Vida Cotidiana a Través de la Arquitectura

Vivir en una comunidad colaborativa tiene impactos profundos en la vida diaria. No se trata solo de compartir espacios comunes, sino de cambiar la manera en que nos alimentamos, nos transportamos o consumimos energía. Por ejemplo, un edificio ecológico puede facilitar la compra de productos de limpieza sin químicos o promover el uso de la bicicleta mediante infraestructuras adecuadas. También puede reducir el consumo de agua mediante sistemas de reciclaje o fomentar el uso de energías renovables, reduciendo así el impacto ambiental de sus habitantes.

Si el edificio incorpora un sistema de gestión energética basado en fuentes renovables, los residentes pueden ahorrar en costos de electricidad y reducir su huella de carbono. En algunos proyectos como Entrepatios, se han implementado sistemas que permiten reciclar hasta 500,000 litros de agua al año, reutilizando el agua de duchas y lavabos para el inodoro o el riego de zonas comunes.

Otra ventaja es la alimentación sostenible. En algunos modelos de covivienda, se han impulsado grupos de consumo que compran directamente a productores ecológicos, reduciendo intermediarios y evitando envases plásticos. Esto no solo mejora la alimentación de los residentes, sino que también apoya economías locales y reduce el impacto ambiental del transporte de alimentos.

Rehabilitación y Adaptación de Edificios Existentes

El reto de incorporar estos modelos en edificios ya existentes es considerable, pero posible. La clave está en rehabilitar tanto la estructura física como las dinámicas sociales de la comunidad. Esto puede incluir la optimización de espacios comunes, la mejora de la eficiencia energética o la introducción de dinámicas de cooperación entre vecinos. Sin embargo, hay resistencias dentro de algunas comunidades, ya que no todas las personas están dispuestas a participar en estos cambios.

Lo ideal es que las iniciativas surjan de aquellos vecinos interesados en construir un entorno más colaborativo, sin imponerlo a quienes no desean formar parte. De esta manera, pueden implementarse sistemas como comunidades energéticas, espacios de coworking dentro de los edificios o huertos urbanos compartidos, mejorando la calidad de vida de quienes desean participar.

¿Es la Vivienda Ecológica Más Cara?

Un argumento frecuente contra la vivienda sostenible es su supuesto coste elevado. Sin embargo, cuando se analiza a largo plazo, la realidad es distinta. Un piso ecológico puede costar un 3% más en el momento de la compra, pero a lo largo de los años, la reducción en la factura energética y los beneficios en salud pueden representar un gran ahorro.

Además, una comunidad colaborativa puede generar redes de apoyo que disminuyen la carga económica y social de sus miembros. En un contexto donde la soledad y la falta de apoyo comunitario afectan cada vez más a la población, estos modelos pueden generar bienestar no solo económico, sino también emocional y social.

El Futuro de la Vivienda Sostenible y Colaborativa

En los últimos años, ha crecido el interés por estos modelos de vivienda, tanto en iniciativas comunitarias como en la promoción inmobiliaria. Sin embargo, muchas empresas aún se centran solo en la parte estructural (hardware) sin desarrollar el aspecto social (software). Para que estos proyectos tengan un impacto real, es necesario un enfoque integral que contemple tanto la arquitectura como las dinámicas comunitarias.

El desafío está en seguir construyendo espacios que no solo sean sostenibles desde el punto de vista ambiental, sino que también fomenten la colaboración y el bienestar de sus habitantes. La vivienda del futuro no será solo un espacio donde vivir, sino una comunidad donde crecer juntos.

Fuente de la imagen: Promoción Talco, Distrito Natural

Modificado por última vez enJueves, 10 Abril 2025 11:22

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