Las bombas de calor de absorción a gas natural reducen el consumo y la factura energética del usuario
- Escrito por Concha Raso
AEE Spain Chapter y Fenercom organizaron el 27 y 28 de junio en Madrid el I Congreso sobre Ingeniería Energética (iENER ‘18), un evento que pretende convertirse en referente a nivel nacional, donde hubo lugar para el intercambio de conocimientos y experiencias entre los diferentes actores que forman parte de todos los campos de actuación relacionados con la ingeniería energética: integración de renovables, edificios de consumo de energía casi nulo, movilidad sostenible, smart cities, empresas de servicios energéticos; en general, un amplio espectro de actividades y proyectos que persiguen aumentar la eficiencia energética de los entornos en los que se aplican.
Una de las sesiones del Congreso se centró en la exposición de algunos ejemplos de tecnologías novedosas en edificios de consumo casi nulo. Entre las diferentes ponencias impartidas en dicha sesión, destaca la desarrollada por José Mª Guerra, Director de I+D de García de Celis –una empresa familiar con más de 50 años de experiencia en los sectores inmobiliario y de construcción-, sobre el uso de bombas de calor por absorción para calefacción y ACS en un edificio de viviendas en León, ejecutado por la propia compañía.
En esta línea, el representante de García de Celis comentó que este proyecto “se ha basado en dar cumplimiento a dos grandes principios”: por un lado, obtener viviendas con los mayores niveles de eficiencia energética, con un gran aporte de energía renovable -tanto para el servicio de calefacción como para el de agua caliente sanitaria (ACS)-, de modo que se reduzca su impacto medioambiental y el coste económico para los usuarios. Y, por otro lado, la instalación de sistemas de control que permitan al usuario tener el control y la información sobre estos sistemas térmicos y otras utilidades de valor añadido.
El edificio consta de 43 viviendas, divididas en dos bloques de siete alturas cada uno, planta baja para locales comerciales y dos sótanos para 198 plazas de garaje más trasteros. Parte de esas plazas de garaje tienen puntos de recarga para vehículos eléctricos. La promoción cuenta con dos salas de calderas instaladas en la cubierta de cada una de las dos torres y cada sistema térmico está compuesto por generación de calor en cubierta mediante dos bombas de calor por absorción a gas de 37,8 kW de potencia cada una y una caldera de condensación de 160 kW de potencia. Las bombas de calor se encuentran en el exterior de la cubierta y la caldera en un recinto donde también se ubica el esquema de principio, los depósitos destinados a calefacción y ACS, y los sistemas eléctricos y de control. El proyecto se completa con un sistema de distribución mediante columnas por cada sistema y calefacción por suelo radiante en cada vivienda.
En la fase de proyecto, tal y como señaló el representante de García de Celis, “la demanda de calefacción por vivienda era de 4.576 kWh/año, pero en la fase de ejecución se redujo hasta los 2.974 kWh/año”. Esto ha sido posible, explicó, “porque aunque todas la viviendas partían de una calificación energética B, algunos vecinos nos pidieron suplementar las viviendas a una calificación energética A, de manera que, para conseguirlo, incrementamos el aislamiento, redujimos los puentes térmicos, pusimos una barrera de hermeticidad a toda la vivienda y un sistema de ventilación con recuperador de calor de alta eficiencia e incrementamos la carpintería”.
Una vez finalizado el proyecto, apuntó José Mª Guerra, tenemos que en las viviendas con calificación energética B la demanda media en calefacción es de 36 kWh/m2/año, es decir, el valor de un edificio de consumo casi nulo y, en las de calificación energética A, la demanda en calefacción es de 7,5 kWh/m2/año, es decir, la mitad de la demanda que exige Passivhaus, con emisiones de CO2 de 1,6 en calefacción”. El resultado, afirmó Guerra, es “un edificio de viviendas con unos estándares medioambientales extraordinarios y unas reducciones de emisiones de CO2 extraordinarias”.
Respecto al sistema de control de los edificios, la compañía ha desarrollado una aplicación muy intuitiva, llamada Rroner, en la que cada usuario puede acceder a las distintas zonas térmicas de su casa y programarlas como quiera, “de manera que en todo momento sabe cuál es su consumo y el gasto que esto le supone”, explicó el Director de I+D.
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