Tribuna de opinión: Marta San Román, marketing refrigerantes Honeywell: "Refrigerantes: Normativa y nuevos fluidos (La versión del Principito)" - Parte 2

Existe prohibición de usar refrigerantes de PCA de más de 150 en equipos de aire acondicionado portátiles a partir de 2020, y de PCA mayor a 750 en equipos simples split de menos de 3kg de carga desde 2025.

En ambos casos, tanto el 407C como el 410A, utilizados actualmente, dejarán de ser una opción válida para nuevos equipos.

En el primero de los casos, equipos portátiles, una opción posible podría ser un hidrocarburo (HC) como el propano, pues se trata de cargas pequeñas (los HC son extremadamente explosivos y por seguridad sólo se permite un máximo de 150g).

Aunque prácticamente la totalidad de estos equipos se fabrican fuera de la Unión Europea, en Asia, la Fgas también les afecta, pues se aplica a todos los productos puestos en el mercado europeo. Por ello, incluso antes de la fecha límite de 2020, dichos equipos tendrán probablemente que re-diseñarse para utilizar gases de menor PCA, dado que el gas precargadoen los equipos importados está sometido a control de cuota; es decir, que si los fabricantes e importadores de equipos no tienen suficiente acceso a toda la cantidad de refrigerante necesaria por no disponer de suficiente derecho a cuota, se verán obligados a utilizar refrigerantes de menor PCA, o de menos de 150.

Para los split de menos de 3kg, una posible alternativa es el R32, un HFC que cumple con la exigencia de PCA menor a 750, pero, al igual que otras de las nuevas alternativas, tiene que enfrentarse a una reforma de algunas normativas para poder ser utilizado en algunos casos, ya que actualmente en España está clasificado como A2, es decir, fluido inflamable, que podría limitar su utilización.

Existe una nueva clasificación, A2L, ligeramente inflamable, recientemente incorporada a la ISO5149 y más recientemente aún, votada en la EN378, estándar y norma que regulan la evaluación de riesgos en la utilización de refrigerantes. Esta nueva clase A2L se asigna a refrigerantes con un riesgo de ignición mucho menor que la actual clase A2: mayor energía de ignición, menor velocidad de propagación de la llama y mayor concentración de gas en el aire.

Esta clase contribuirá positivamente a la adopción de algunas nuevas propuestas, entre las que se incluyen el R32, categorizado como A2L, así como el 1234ze y el 1234yf, dos hidrofluoroolefinas (HFO) con PCA <1 que pueden ser alternativas al 134a.

En enfriadoras por agua, el 134a ya está siendo sustituido en equipos nuevos por el 1234ze. Este refrigerante es ligeramente inflamable en uso, pero no para transporte o almacenamiento (la normativa que se aplica es distinta y las condiciones de prueba son a 21 grados, mientras que el 1234ze sólo muestra características de (ligera) inflamabilidad a partir de 30 grados).

Otra ventaja es su clasificación grupo 2 según PED (Directiva de Equipos a Presión), menor riesgo que los de grupo 1. Los mayores fabricantes de enfriadoras en Europa ya han lanzado rangos de producto con este refrigerante, que muestra una mayor eficiencia que el 134a. Su presión es menor que la del 134a, por lo que no se puede utilizar como sustituto directo; se requiere un diseño optimizado para conseguir la misma capacidad frigorífica.

El 1234ze también se utiliza en bombas de calor, que se benefician de la posibilidad de alcanzar temperaturas más altas que con el amoniaco, de hasta 100 grados.

Para los rooftops las alternativas parecen algo menos claras... Muchos fabricantes han rematado no hace mucho la transformación de plataformas de productos de 407C a 410A; y por otro lado, el 410A no está prohibido en esta aplicación, por lo que no parece existir mucha prisa para que se produzca otro cambio (difícil y costoso), a menos que apareciera una propuesta con PCA por debajo de 150 como solución segura de futuro. Posibles propuestas de este tipo probablemente conllevarían modificaciones significativas en el diseño o tecnología.

Otra posibilidad para enfriadoras es el uso de gases industriales como el CO2 o el amoniaco. Los riesgos de utilizar alta presión o alta toxicidad, respectivamente, deben ser siempre cuidadosamente evaluados.

El 1234yf ya se ha adoptado en automoción. La Directiva MAC (Mobile Air Conditioning o Aire Acondicionado Móvil) aplica a vehículos de pasajeros, ámbito distinto a la Fgas.

Los coches de modelos más recientes ya lo llevan, y a partir de 2017 todos los automóviles de fabricación nueva, aunque sean de modelos antiguos. Este sector optó por el 1234yf al ser la opción de menor impacto total sobre el medio ambiente, por su bajo PCA, capacidad similar al 134a, que evitó un costoso rediseño del sistema, y mejor valor económico. La clase A2L de este refrigerante fue evaluada extensivamente tanto por los fabricantes como por el organismo técnico de la Comisión Europea y fue declarado seguro para su uso en automóviles.

Existe otro HFO que se utiliza en enfriadoras centrífugas, el 1233zd, con PCA de 1 y no inflamable. Su baja presión de trabajo obliga a trabajar con compresores centrífugos. Hasta hace poco se aceptaba que el rango de utilización eran grandes capacidades por adecuación de los compresores centrífugos, pero recientemente han aparecido enfriadoras de menos capacidades con compresores minicentrífugos, en el rango de los compresores de tornillo, que podrían ampliar considerablemente el abanico de posibilidades.

Aunque este tipo de enfriadoras no se han fabricado en Europa tradicionalmente, ya existen instalaciones en Europa de productos de EEUU y Japón que han ganado licitaciones dado el buen rendimiento del refrigerante y su carácter no inflamable.

Cabe resaltar que los HFO no son considerados gases de efecto invernadero, por lo que no están sujetos ni a impuesto ni a la limitación de cuota.

“A los mayores les gustan las cifras”

Pues hablando de cifras, se me viene a la cabeza las que los mayores fabricantes de enfriadoras para climatización publicaron hace tiempo: el coste inicial de gas en una enfriadora es el 1%, el de recarga de gas por fugas a lo largo de 20 años es el 2% y el de coste operativo de electricidad, el 97%.

El objetivo energético de la Unión Europea es prioritario en su agenda. Por eso es tan importante compaginar las iniciativas de reducción de PCA de los nuevos gases con su eficiencia.

“Es una cuestión de disciplina, - me decía más tarde el Principito -. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta.”

Estamos, parece, en el buen camino de reducir emisiones, pero la disciplina en este andar no es suficiente, debemos ser responsables y valorar otras posibilidades de limpiar cuidadosamente el planeta de otras emisiones...
La calefacción por distrito (generalmente con bombas de calor), con muy pocos ejemplos en España, o la utilización de calor residual mediante Ciclo Orgánico de Rankine (ORC) son aplicaciones que podrían crecer y pasar a tener más protagonismo en este mapa de soluciones que estamos dibujando.

“Sólo se conocen bien las cosas que se domestican”

La mayoría de opciones de nuevos refrigerantes pasan por convivir con deslizamiento (mezclas HFO/HFC), ligera inflamabilidad 1234yf, 1234ze, altas presiones (CO2), toxicidad (amoniaco), alta inflamabilidad (HC) etc... Como profesionales y usuarios debemos asegurarnos de que los responsables de instalación, servicio y mantenimiento están al día y pueden dominar estos retos para ofrecer un servicio seguro.

No olvidemos que la Fgas, además del control de emisiones, incide en las buenas prácticas de evitar fugas de gas y de formación y certificación de empresas y técnicos frigoristas.

En un mercado revuelto por la rapidez de los cambios, podría ocurrir que personal poco formado y poco escrupuloso intente abaratar las reparaciones con refrigerante de procedencia no legal (no registrado en la cuota de la Fgas, o del mercado negro surgido a raíz del impuesto sobre GEI en España).

Es deber de todos exigir transparencia y juego limpio en las prácticas profesionales, de forma que sólo se utilice gas de procedencia y trazabilidad acreditada y que haya cumplido con todas las premisas legales.

Y no sólo es por la dinámica de mercado y el interés de todos, sino también por seguridad y por duración y garantía de los equipos. Según observatorios de vigilancia de asociaciones españolas, se han dado casos en los que equipos de aire acondicionado originalmente de 410A se han recargado con HC, provocándose alguna explosión (afortunadamente sin daños personales). Los HC son fluidos de muy buena capacidad frigorífica, pero únicamente deben utilizarse en equipos y por personal preparados para ello.

De forma similar parece haber ejemplos de HC comercializados para la recarga de aire acondicionado de coches. Estos equipos solo están preparados para funcionar con 134a (los modelos más antiguos) o con 1234yf, y deben ser recargados con el mismo gas para que el sistema se diseñó.

Utilizar HC no sólo haría perder la garantía, sino que podría exponerse a un manejo imprudente que podría no ser seguro.

“Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar.”

Los HFCs ya se han comprometido a contribuir con la defensa del planeta. La reducción de la Fgas, el impuesto, los nuevos acuerdos internacionales (aunque no vinculantes, ya veremos...) son un objetivo muy ambicioso. Pero, volviendo a los números (“Pero nosotros, que comprendemos la vida, nos burlamos de los números.”) ¡¡¡el efecto de los HFCs sobre el calentamiento global es de menos del 2%!!! ¿Qué medidas se están tomando en relación al otro 98% de gases de efecto invernadero (CO2, SO2 o el CH4)?

Es hora de apoyar esta industria de la climatización y poner las miradas de contención en otro sitio, porque a veces me da por pensar que tanta, tanta presión sobre los pequeños (el 2%) podría intentar simplemente despistar la atención de lo verdaderamente crítico y esencial.

“No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.