El 70% del CO2 que un inmueble emitirá a la atmósfera a lo largo de toda su vida útil se produce en su fase de uso, mientras que el restante 30% tiene su origen en la fase de construcción del edificio, según datos extraídos del Informe País 2023 de GBCE. El documento también señala que es precisamente en la fase de diseño donde debe producirse un esfuerzo mayor para reducir la huella de carbono del edificio, para alcanzar los objetivos de descarbonización para el año 2050, destacando el papel clave que juegan los fabricantes de productos y sistemas para la construcción.
“En los últimos años, el sector ha trabajado para desarrollar soluciones y estrategias que permitiesen avanzar en la reducción de emisiones durante el periodo de uso de los edificios. Materiales más sostenibles, duraderos y eficientes con los que ahorrar energía y, por lo tanto, emisiones de gases contaminantes. Sin embargo, ahora el foco está puesto en el carbono embebido y en la necesidad de reducir el impacto de los materiales desde su origen. Un contexto en el que la economía circular aplicada al proceso productivo es una herramienta poderosa”, afirman desde AIFIm (Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización).