En España, principalmente las principales fuentes de energía que usamos para disponer de calefacción y agua caliente en el hogar son los derivados del petróleo y la electricidad, bien sea ésta generada a partir de fuentes de energía renovable o de centrales térmicas de carbón. Además, el consumo de calefacción y agua caliente durante el invierno se incrementa notablemente y representa el mayor consumo energético que realizamos en nuestras viviendas. Según datos del IDAE, más de un 60% del consumo de energía en los hogares se destina a la calefacción (46%) y al agua caliente (21%), por lo que incidir tanto en un uso eficiente como en sistemas de mayor eficiencia energética representa ahorrar en calefacción y agua caliente.
Nos encontramos con un elevado consumo energético en el hogar, con precios elevados tanto de la electricidad como del gas, gasóleo, y también con otro dato importante, con aislamientos deficientes en el parque inmobiliario español que provocan que tengamos que usar la calefacción para tener unos niveles óptimos de confort en las viviendas.