Ventajas del tubo de Cobre para la instalación de calefacción

El Cobre fue el primer metal conocido por el hombre y la primera evidencia de su uso data de entre los años 8000 y 4000 a.C.; de hecho, en numerosas excavaciones arqueológicas se han descubierto muchos objetos, incluso tuberías, de este metal noble conservados en perfecto estado durante siglos.tubo de cobre

El Cobre respalda el desarrollo sostenible, porque es un elemento natural 100% reciclable que no pierde ninguna de sus propiedades físico-químicas después del reciclado, característica que le convierte en un material ecológico que responde a la creciente preocupación por el medio ambiente y la conservación de los recursos naturales

El tubo de Cobre proporciona además otras ventajas que le convierten en el material más idóneo para el instalador profesional de fontanería, gas y calefacción:

Fácil de Instalar: bien mediante la soldadura por capilaridad o bien mediante los nuevos sistemas de unión en frío y gracias al reducido espesor de los tubos, el montaje en la obra es sencillo, rápido y limpio, incluso en edificios habitados. Por otra parte, la elasticidad del tubo de cobre permite curvarlo en frío y junto al elevado número de accesorios disponibles (manguitos, reducciones, codos, curvas y tes de diferentes diámetros), le permiten adaptar su instalación a cualquier estructura. También se puede trabajar en el taller y prefabricar montajes en serie que después se transportan fácilmente a la obra gracias a la ligereza de los tubos. Así se abaratan los costes, por el ahorro de tiempo y de mano de obra.

Duradero: el Cobre es un metal noble que no pierde sus cualidades con el paso del tiempo, asegurando una prolongada vida útil y rendimiento óptimo de las instalaciones sin apenas necesidad de mantenimiento.

Rentable: porque ahorra trabajo y tiempo, garantiza un bajo coste de instalación y mantenimiento, y gracias a su gran resistencia asegura largos años de rendimiento que se traduce en dos beneficios directos: rentabilidad y largos años de tranquilidad.

Resistente: en instalaciones vistas y expuesto al ambiente interior o exterior de los edificios, no necesita ningún tratamiento de acabado ya que él mismo desarrolla una pátina con la que se autoprotege de la corrosión. Sus propiedades naturales que le permiten conservar inalterables sus características físicas y químicas, le dotan de una alta resistencia que evitan su degradación en el tiempo. En instalaciones empotradas o enterradas, el cobre soporta el contacto prolongado con la mayoría de los materiales de construcción y tipos de suelo. Es resistente a las grandes presiones, el fuego (no se deforma ante el calor extremo gracias a su alto punto de fusión y ofrece el mejor coeficiente de dilatación: frente a un salto térmico de 60 ºC dilata 1 mm por cada metro lineal de tubo) y los actuales sistemas de unión (soldadura por capilaridad o unión por presión) hacen que las conducciones sean herméticas. Es impermeable al oxígeno y a los rayos solares. Por todo ello , es un material seguro que resiste el ataque de los fluidos que transporta a la vez que los protege.

Universal: el tubo y los accesorios de cobre se fabrican en medidas normalizadas para toda Europa, según normas EN-1057 y EN-1254 respectivamente, lo que supone una total compatibilidad de los elementos a unir y una garantía de suministro durante años.

El cobre era ya apreciado en la antigüedad y ha sido utilizado durante milenios en las canalizaciones y en la construcción. La historia demuestra que el cobre supera el más riguroso control de calidad: el tiempo.

Un artículo de: Mercedes Álvarez, Departamento Técnico de Outokumpu