Autoconsumo energético: una realidad palpable

Son numerosos los ejemplos de países que, a través de sus decisiones en materia energética, han demostrado que los combustibles fósiles no son imprescindibles para generar la energía necesaria para continuar siendo competitivos. Es el caso, por ejemplo, de Costa Rica que, desde comienzos de 2015, es una nación centroamericana que podría ser perfectamente calificada como 100% verde. La energía que precisa ya no procede de combustibles fósiles, sino que se origina a partir de energías renovables tales como el uso del agua lluvia a través de las plantas hidroeléctricas del país. Este estado, que cuenta con la segunda mejor infraestructura hidroeléctrica de toda América Latina, apuesta además por la generación de energía proveniente de fuentes renovables como el viento, la biomasa y los productos de energía solar. Todo ello ha desembocado en un marco ideal desde el que preservar su biodiversidad y beneficiarse de su creciente industria ecoturística.

Inversión tecnológica en renovables

En Europa, Dinamarca lleva más de tres décadas instalando molinos de viento en su territorio con el fin de producir energía, lo que le ha permitido ser una potencia mundial en cuanto a tecnología destinada a esta fuente renovable. Cerca del 40% de la energía total del país es generada mediante el viento y, por tanto, puede permitirse retos como el que ha decretado recientemente su Gobierno de cara al 2050, y que consiste en llegar a generar el 100%. Escocia, por su parte, ha destinado estos últimos años a realizar grandes inversiones para crear una de las infraestructuras energéticas computerizadas más avanzadas del mundo y, como resultado de ello, se ha convertido en una potencia en cuanto a renovables. Durante 2014 fue capaz de generar 1300 megavatios por hora a través de la energía eólica, lo que le permitió proveer de electricidad a más de 4 millones de hogares.

En esta misma línea, Suecia está inmersa en el desarrollo de varios sistemas avanzados de energía mediante biomasa, lo que desde hace ya unos años le permite producir más energía a través de la biomasa que a partir de los combustibles fósiles, y Finlandia, ya en 2012, llegó a producir suficiente energía limpia como para abastecer las necesidades del 34,4% de sus hogares y, de hecho, también tiene en mente cubrir el 100% de cara a 2050.

Autoproducir el 100% de la demanda

En España, durante la primera quincena de agosto, la isla de El Hierro logró autoproducir el 100% de su demanda con energías renovables. Este hito conseguido por la central hidroeólica Gorona del Viento – compuesta por un salto hidroeléctrico y un parque eólico - demuestra que es posible garantizar el cien por cien de las necesidades energéticas empleando únicamente fuentes limpias en un sistema aislado. Esta central -de la que ya hablamos en el artículo "El Hierro: la primera isla renovable del mundo"- cumplió el pasado 24 de julio su primer mes de "operación regular" después de haber concluido el periodo inicial de puesta en marcha. Si bien durante las primeras semanas de funcionamiento el sistema de autoabastecimiento energético de la isla había alcanzado puntas de cobertura de demanda de más del 70%, al final pudo cubrir por primera vez el 100% de la demanda eléctrica de toda la isla. El objetivo es ahorrar 1,8 millones de euros al año en consumo de barriles de diésel, que es el combustible que ha estado empleando hasta ahora la central térmica de Llanos Blancos (12,7 megavatios) para abastecer de electricidad a la isla.

Un desarrollo urbano sostenible

A todo esto, según se anunció por parte de la Comisión Europea a finales de este pasado mes de julio, España contará con un programa de apoyo al desarrollo sostenible con un presupuesto total de 7.700 millones de euros. La iniciativa abarcará todo el territorio nacional y tendrá como objetivos específicos apoyar la eficiencia energética en empresas, hogares y edificios públicos; contribuir a incrementar la producción, distribución y uso de las energías renovables, y financiar la investigación y la innovación en tecnologías con bajas emisiones de carbono.De hecho, pretende queel crecimiento económico que pueda experimentar el país a lo largo de los próximos años vaya acompañado de un evolución sostenible, a través de inversiones específicas en los ámbitos del transporte ecológico, la mejora de la calidad del agua, el desarrollo urbano integrado y otras medidas de apoyo a la transición del país a una economía con bajas emisiones de carbono.Las acciones integradas para el desarrollo urbano sostenible se centrarán en tres objetivos: mejoras físicas y medioambientales, optimizar la economía y fomentar la competitividad e inclusión social.

La irrupción de este programa económico coincide con nuevas incorporaciones – también a lo largo del mes de julio - en el grupo de trabajo que está desarrollando la Especificación AENOR para clasificar Proveedores de Servicios Energéticos (PSE).Está previsto que el textocontribuya de forma decisiva a estructurar y desarrollar el sector de la eficiencia energética, aportando transparencia a los consumidores y mayor fiabilidad a la hora de contratar un PSE. El estándar será además la base para una posterior norma UNE.