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La vivienda en la era post-covid19 ¿cómo podemos adaptar los espacios al confinamiento?

La vivienda desde el inicio de la arquitectura es objeto de reflexión, readaptación y siempre ha sido objeto de experimento, por lo que podría concluir este artículo en este punto, ya que sobre vivienda está todo escrito. No obstante, quería expresar algunas inquietudes que tengo sobre su futura adaptación y la necesidad de adecuar las normativas.

En los años 60 y 70 se realizaron innumerables experimentos a nivel de vivienda que no tuvieron mayor desarrollo que el del experimento. De manera inmediata me viene a la memoria el edificio Nakagin Capsule Tower de Kisho Kurokawa (1970), pero aún más experimental es la Casa Sperimentale, diseñada por Giuseppe Perugini entre 1967 y 1968.

Esta última vivienda, merece un pequeño análisis ya que creo que tiene aspectos aprovechables 50 años después. Pertenece a una época contra el racionalismo, siguiendo las corrientes arquitectónicas de Archigram o Superstudio (corriente italiana).

Se podría decir de una manera muy poco teórica que Archigram repensó la arquitectura del momento como si de infraestructura ligera se tratara, con tecnología punta, enfocada hacia la supervivencia. En definitiva, edificios con una máxima capacidad de adaptación al medio

Personalmente creo que, si sacamos de escala esta vivienda o intentamos aterrizar la arquitectura futurista de Archigram a la realidad actual, podemos descubrir una interesante serie de espacios exteriores con capacidades de adaptación que enriquecen y flexibilizan el espacio interior, algo de lo que adolecen las viviendas racionales en la que vivimos. Intentaré desarrollarlo en la siguiente reflexión:

Ante una situación de confinamiento, ya sea por coronavirus o por problemas climáticos, el último refugio es la vivienda. Las restricciones del uso exterior se van tomando en forma de cascada inversa. Es decir; primero se prohíbe el uso parques y jardines, luego de las plazas, calles, zonas comunes de urbanizaciones para llegar al confinamiento total en una vivienda. (Hemos pasado de estar en la calle a encerrarnos en pisos de 80m2 y debería de haber una escalada en el confinamiento).

"Ante una situación de confinamiento, ya sea por coronavirus o por problemas climáticos, el último refugio es la vivienda".

El espacio intermedio

Si entendemos el nivel de prohibiciones como una cascada, tendremos que generar más escalones es esa cascada, ¿no? Cuantos más escalones interpongamos más fácil será determinar hasta donde se llevan las restricciones.

Invito a hacer un ejercicio de imaginación. Pensemos en una vivienda estándar (ya analizaremos las modificaciones interiores de la vivienda) con una terraza privada de aproximadamente 10 m2 (hasta ahí el espacio privado)  de esta terraza, bajamos o subimos unos escalones a una terraza de 100 m2 de uso compartido entre 4 vecinos.

Esta terraza intermedia tiene dimensiones suficientes para que se pueda usar para: dar paseos, plantar vegetación o cultivos, juegos controlados de niños o un espacio de relación entre 4 vecinos que saben que llevan 15 días sin síntomas.

Firmas como Bjarke Ingels Group (BIG) llevan tiempo trabajando en esta línea y el resultado es realmente bueno. Pero si tengo que usar una imagen para definir un espacio intermedio, quería enseñar una instalación de Zalewski Architecture Group en Polonia, creo que es una declaración de intenciones de cómo aprovechar un patio de uso nulo. Esta imagen me lanza a imaginarme balcones que intentaré desarrollar más adelante.

Imagen de Zalewski Architecture Group

Imagen de Zalewski Architecture Group

¿Quién no ha redescubierto a sus vecinos en estos días? Hace años, los vecinos, se hablaban, se hacían favores y se sentaban en la calle a tomar la “fresca”. El sentido de este espacio intermedio no deja de ser la calle pequeña y estrecha de un pueblo o el patio de una corrala.

"En la era postcovid no tendremos más remedio que entender el espacio exterior como un espacio compartido y no como un espacio de uso exclusivo".

En la era postcovid no tendremos más remedio que compartir, entender el espacio exterior como un espacio compartido y no como un espacio de uso exclusivo. Si escalonamos el espacio exterior será más fácil sentir que hay espacios que es “obligatorio” compartir, cuidar y mantener por el bien de un conocido.

Esto es lo que diferencia el espacio exterior que hoy conocemos. Son espacios tan grandes que no tenemos conciencia de que son compartidos y las personas, no los cuidamos porque vemos al resto de personas como desconocidos.

En la vida en los pueblos, los vecinos consideran su pequeña calle parte de su propiedad, como si de una multipropiedad exterior se tratara, la cuidan, la adornan, la barren y la mantienen para el uso entre vecinos. “Si la señora de Irigoyen planta geranios rojos, yo los voy a plantar blancos y encima se los riego”.

Estos espacios enriquecen al individuo. Durante esta pandemia, mis hijos han descubierto a la vecina, mujer de mediana edad, que poco a poco han ido creando lazos afectivos. Primero fueron unas chocolatinas, luego unos huevos de pascua, luego una caja de animales viejos de su hijo mayor, para terminar en conversaciones de terraza a terraza. A esto tenemos que volver, sí o sí. Los niños se enriquecen de las batallas de los ancianos y los ancianos rejuvenecen mentalmente contándoselas y para ello son necesarios estos espacios intermedios.

Con esto no quiero que haya que hacer una regresión al campo o a los pueblos, aunque quizás haya que hacerla al descubrir que muchos pueblos son #covidfree.

El espacio interior de la vivienda

El espacio interior merece una reflexión aparte. Las viviendas que hoy en día disponemos son rígidas y tenemos que poder ser capaces de dar flexibilidad a determinados espacios (obviamente un baño es un baño). Durante años, se ha experimentado con el espacio interior con mayor o menor fortuna. Que si loft, que si camas que se guardan en el falso suelo del pasillo, que si casas de 25 m2, que si armarios móviles, etc. La reflexión tiene que ser más profunda.

Ya es una realidad ver rellanos de escaleras con los zapatos de los vecinos en las puertas de sus casas. Nada más pasar el umbral de la puerta, el que más o el que menos, inicia un proceso de desinfección que hace unos meses ni hacía. Nos desinfectamos manos, cara, etc… ¿Pero?

¡Para hacer esto, tenemos que cruzar media casa para ir al baño!

"Quizás tengamos que disponer unos espacios húmedos (baños y lavandería) junto al acceso a la vivienda, espacios fáciles de desinfectar". 

Esto me lleva irremediablemente a pensar en las tipologías de los quirófanos aplicadas a la vivienda. En ellos se identifica claramente el espacio sucio del espacio limpio y esta diferenciación se realiza mediante esclusas, sistemas de presión y supresión. Obviamente deberán de tener una apariencia más humana que la de un quirófano. (que nadie se escandalice, porque eso ya existía. Quién no recuerda a su abuela diciendo: “esas botas las dejas fueras, te quitas esa ropa empapada y te pones ropa limpia antes de entrar al salón”

Por lo tanto, quizás tengamos que tener armarios zapateros con puertas hacia el rellano, percheros, quizás tengamos que disponer unos espacios húmedos (baños y lavandería) junto al acceso a la vivienda, estos serán nuestras esclusas. Además, son espacios fáciles de desinfectar, tampoco pasa nada por entrar a una vivienda a través de estos espacios.

Los arquitectos durante siglos tenemos un mantra que repetimos constantemente en nuestros proyectos: “compresión y descompresión”. Pues ahora será “infección y desinfección”.

Comparto la siguiente infografía explicativa de Atelier Lima arquitectos que me parece realmente didáctica respecto a lo anteriormente descrito.

Infografía de Atelier Lima arquitectos

Una vez pasado a la zona limpia, nos encontramos con “nuestro espacio” y aquí tendremos que diferenciar el espacio rígido del espacio flexible.

Durante este confinamiento el salón se ha flexibilizado al máximo: hace las veces de salón, de cine, de escuela, de gimnasio y de local para quedar con amigos. Esta obviedad, nos lleva a pensar en el salón como el espacio más flexible y modulable posible. Por el contrario, los dormitorios son espacios realmente rígidos, no se usan si no es para dormir o en el caso de adolescentes para confinarse en el confinamiento.

Por lo tanto, ¿qué necesidad hay de flexibilizar estos espacios? Pero si es cierto que estos espacios tienen que estar mejor dotados: Creo que ya no habrá promotor inmobiliario que se atreva a vender casas sin cableado de internet en todas las habitaciones.

Al ser el salón el espacio más flexible junto con el de la cocina, no parece desproporcionado que compartan un espacio único. Esto no es ningún invento, es la realidad de muchas casas, pero quizás sea algo a instaurar, ya que habrá que destinar la mayor superficie posible a la flexibilización. Diseñar estos espacios merece una reflexión a parte. Además, hay infinidad de documentación al respecto. (Recomiendo la lectura de Informe Habitar de Blanca Lleó)

El espacio "instagramable" de la vivienda

Los elementos de comunicación deberán de ser divisibles: pantallas de televisión fragmentadas para ver distintos contenidos, cámaras web estratégicamente integradas en zonas #instagramables de la casa y hago una reflexión específica sobre el concepto "instagramable".

"Los promotores que hagan que sus viviendas tengan espacios instragramables, tendrán en sus clientes a verdaderos comerciales en potencia".

Las redes sociales son una realidad. Una realidad que condiciona el espacio en función de las fotos o videoconferencias que se tienen en él. Esto no es nuevo, ya lo hacía Venturi o Scott Brown en la época expresionista de los años 60 y así quedó reflejado en Las Vegas o en los restaurantes de carretera.

Los espacios instagramables cuentan con la máxima luz natural posible, la mayor profundidad de campo de visión. En definitiva, hacer creer que un espacio es mucho más atractivo de lo que realmente es. Por lo tanto, los arquitectos deberemos aprender a proyectar espacios no sólo con la visión del ojo humano sino con la visión de las cámaras de los móviles para localizar estos dispositivos. ¿Quién a estas alturas del confinamiento no conoce perfectamente el rincón de su casa en el que en una videoconferencia la apariencia de su casa es realmente atractiva?

Los promotores que hagan que sus viviendas tengan espacios instragramables, tendrán en sus clientes a verdaderos comerciales en potencia, ya que cada vez que hagan una videoconferencia o foto en las RRSS la máquina de la envidia y del deseo por estar en esa casa se activará y ¿cuántas veces al día nos conectaremos a las RRSS en la era postcovid?

¿Qué hacemos con lo que ya existe?

Todo lo que podamos pensar será fácil de aplicar en las nuevas promociones con nuevas normativas, etc. Pero ¿Qué hacemos con lo que ya existe? Sencillo, lo que ya existe ya existe, no se puede volver atrás, no se puede cambiar, pero sí se puede repensar y readaptar.

En esta época de confinamiento, cada persona ha vivido una situación distinta en función del tipo de vivienda de la que dispone y habrá infinidad de vivencias y problemas y de soluciones.

Niños se asoman en una ventana con rejas

No he podido dejar de pensar en aquellas familias de 4 personas que viven en pisos de 80 m2 con ventanas, sin terraza y sin balcón. Y de repete, un día revisando Instagram, me encuentro una foto de dos niños sacando los pies por una ventana enrejada en una promoción de viviendas de VPO de Pozuelo de Alarcón (viviendas con un premio de arquitectura) y no puedo dejar de sentir pena.

"Empiezo a imaginar exoesqueltos sobre los edificios existente, estructuras que me permitan flexibilizar el rígido espacio interior".

¿Qué es lo que ha podido ocurrir? Quizás en ocasiones no hayamos sabido leer las necesidades del momento.

Y sobre esto, me pongo a reflexionar sobre cómo podría ayudar y vuelvo al inicio. Archigram. Empiezo a imaginar exoesqueltos sobre los edificios existente, estructuras que me permitan flexibilizar el rígido espacio interior.

¿Quién no ha visto una película americana donde se desarrolla una actividad en las escaleras metálicas de evacuación de incendios? Pues ahí está la solución, ante una necesidad como la de evacuar a la gente en un incendio, sin quererlo, se generan espacios exteriores realmente atractivos. Tanto que el propio Hollywood los usa para sus películas

Si los alpinistas pueden dormir colgados de una pared a cientos de metros de altura sobre el suelo, ¿Por qué no puedo poner yo un liviano balcón metálico suspendido por vientos de mi fachada? Esto nos ha llevado a luis vidal arquitectos y a mí a reflexionar sobre este tema y al final, se trata de un problema normativo y no tanto estructural.

Si a nivel normativo se permite la instalación de toldos como elementos retráctiles o hay licencias estacionales para terrazas de bares y restaurantes. ¿Por qué no puede existir una licencia estacional que me permita instalar un balcón de mayo a septiembre o en épocas de pandemia?

Imagino balcones metálicos de tramex, con bisagras, plegados a las fachadas y con un sistema de apertura manual como los toldos, que permitan desplegarlos en las épocas permitidas o incluso inflables, como una reinterpretación de la arquitectura de Prada Poole.

Imagen de Christophe Benichou Architecture

Imagen de Christophe Benichou Architecture

Si este exoesqueleto pudiera ser una realidad, podríamos generar superficies de tramex sobre las cubiertas de los edificios para generar espacios verdes, espacios controlados y espacios que permitieran a los usuarios disfrutar de un pequeño lujo del que ahora no disponen. Cojamos las escaleras americanas de incendios y subámoslas a las cubiertas de los edificios, se crearían espacios realmente interesantes. Si, espacios intermedios.

Esta pandemia, al igual que otras muchas que han pasado, han dejado datos realmente terroríficos, pero también nos han dejado tiempo para la reflexión, para el pensamiento y nos han puesto frente a un espejo de realidad.

Hoy desde mi casa, veo águilas y milanos que antes no veía, veo con excesiva nitidez Madrid y esto se tiene que quedar, se debe de quedar. No podemos permitirnos ni como sociedad ni como profesionales no reflexionar sobre los edificios ni sobre las necesidades reales de los usuarios.

Es hora de cambiar, de readaptar y de repensar las ciudades y viviendas para los próximos 100 años.

 
Modificado por última vez enMiércoles, 20 Mayo 2020 12:34

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