La principal fuente de contaminación ambiental, que puede afectar a la calidad del aire interior de los edificios, es consecuencia directa del uso de combustibles sólidos. Con el fin de descarbonizar el parque inmobiliario, reduciendo las toneladas de emisiones de C02 que emiten al año las instalaciones contaminantes, el verano es la época perfecta del año para sustituir las calderas más contaminantes por otras más eficientes energéticamente, ya que los equipos dejan de estar en funcionamiento y no se ocasionan molestias a los vecinos por el apagado de la calefacción.
La transformación de las salas de calderas en edificios de viviendas (cambio de combustible, por ejemplo, de carbón a gas, o la mejora de la instalación a través de la hibridación de sistemas) tiene todavía mucho recorrido en el parque inmobiliario español.