Fachada exterior de una vivienda industrializada Passivhaus equipada por Knauf Insulation en Madrid
- Escrito por Alejandro Rodríguez CALORYFRIO
El conocido arquitecto Javier de Antón Freile, socio fundador de CSO Arquitectura, estudio referente de la arquitectura con estándar Passivhaus en nuestro país, ha finalizado su nuevo proyecto, una vivienda unifamiliar industrializada ubicada en Boadilla del Monte (Madrid), que destaca por su innovación, sostenibilidad, eficiencia energética y diseño.
Autor de la primera residencia de ancianos Passivhaus de España, De Antón firma esta casa industrializada, de casi 600 m2, certificada con el estándar alemán, que se caracteriza por un diseño moderno con grandes vuelos, que reduce su compacidad y gana superficie de envolvente.
Para reducir la huella ecológica de la vivienda, el arquitecto ha confiado en la experiencia de Knauf Insulation para incorporar en su fachada industrializada el sistema de fachada ligera Passivhaus.
Este sistema permite alcanzar un alto aislamiento térmico en fachada (25 cm), así como una ausencia total de puentes térmicos y una gran hermeticidad al paso del aire, puntos indispensables para la buena ejecución de una vivienda pasiva.
“Gracias a la fachada ligera Passivhaus, sobre el que se montó una fachada ventilada cerámica, se consiguió agilizar tiempos respecto otros sistemas, así como asegurar una buena ejecución de la envolvente térmica de la vivienda. Así mismo, hemos conseguido reducir un 38% el espesor de la fachada frente a un sistema tradicional con el mismo aislamiento, ganando superficie habitable para los usuarios de la vivienda”, explica Javier de Antón.
En esta singular vivienda, cuya estructura se levantó en tan solo cuatro días, se han utilizado materiales reciclados como la lana mineral de Knauf Insulation y placas de yeso reciclables, entre otros materiales respetuosos con el medio ambiente.
Este mirador a Boadilla del Monte dispone de 4 kWh de producción fotovoltaica, que permite ahorros del 60% en la factura de la luz. De esta manera se consigue que la demanda energética sea la menor posible, con las múltiples estrategias pasivas implementadas, y por otro, que la producción de energías activas sea mayor con el aporte sostenible y gratuito de la energía solar fotovoltaica instalada.
“En una casa pasiva, y en concreto esta, además del ahorro energético, lo que más impacta es la sensación que existe cuando cruzas su puerta”, comenta el arquitecto. “En primer lugar, destaca su silencio en el interior; gracias al aislamiento, la hermeticidad y las carpinterías con triple vidrio, no se escucha nada del exterior, otorgando un gran confort acústico a los usuarios. En segundo lugar, hay una mejora en la calidad del aire interior. Gracias a la ventilación mecánica con recuperación de calor, el aire se renueva las 24 horas del día, con lo que se evitan los malos olores en el interior, la humedad, etc. Además, los filtros y la pureza del aire evitan alergias para los usuarios, así como un mayor cuidado para evitar el COVID-19”, añade De Antón.
Para el socio fundador de CSO Arquitectura, “cada vez existen mejores aislamientos y sistemas, como los de Knauf Insulation, que cuentan con la certificación del Passivhaus Institute, y facilitan, en consecuencia, la ejecución de este tipo de viviendas”.
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