La defensa del canal de la distribución

En estos casos se puede tratar de impedir que esto ocurra mediante el uso de las herramientas legales a nuestro alcance, y en especial las jurídicas, o tratar de que el colectivo afectado aproveche para poder crecer en medio de la aparente adversidad.

No siempre estas amenazas son ni evidentes ni inminentes, pero sin duda están presentes. En estos casos es cuando las asociaciones deben poner a disposición de sus socios la realidad de frente y procurarles las herramientas que les permitan no poder ni su posición ni su competitividad.

Se trata en definitiva de tener la oportunidad de seguir compitiendo, aunque la amenaza y el nuevo canal o competidor nos parezcan enormes e inalcanzables.

Internet es una de esas amenazas, de enorme tamaño, si la distribución no se prepara y arma con todas las herramientas a su alcance. Nada impide a los actuales distribuidores subirse al carro de la modernidad y la ya famosa digitalización. Desde aquí, queremos animar a todos nuestros socios a seguir la senda iniciada de la modernización de sus negocios, la venta por internet, el uso de las redes sociales, la informatización, parametrización y adecuación de la información a los nuevos formatos, permitirán sin duda dar respuesta a la inmediatez en el servicio y la mejora de la competitividad, en definitiva. No es necesario ser un gigante de la distribución ni una enorme inversión para posicionarse entre los primeros.

En este proceso de cambio casi revolucionario, AMASCAL espera poder dar respuesta y acompañar a sus socios para lograr el objetivo de crecimiento del sector. La búsqueda constante de nuevas y poderosas herramientas de gestión, software, legislación, formación específica, acciones de marketing, logística, información de producto, entre otros a disposición de los distribuidores, es la forma en la que AMASCAL entiende la defensa del canal de la distribución en estos nuevos tiempos, sin duda tecnológicos y digitales. Todo ello debe conseguir el aumento de las ventas y del margen, aunque en muchas ocasiones no se perciba como tal, al menos directamente. Quedarnos parados, no es una opción válida.

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