Industrialización en construcción: ventajas y oportunidades
- Escrito por David García Rodríguez
La construcción industrializada, como nuevo modelo de edificación, tanto en obra nueva como en rehabilitación, ha llegado al sector para quedarse.
Son varias las promotoras y constructoras que están levantando edificios industrializados, sobre todo en promociones de vivienda unifamiliar, pero también en altura con el concepto de Build to rent, por sus innumerables ventajas frente a la construcción tradicional: favorece el ahorro energético y ayuda a reducir la huella ambiental del edificio, además de contribuir a la transición hacia la economía circular.
En España este modelo de construcción ha comenzado a despegar y, aunque en la actualidad el porcentaje de edificios construidos de forma modular es residual respecto a otros países europeos, las oportunidades que ofrece este sistema constructivo, tanto en términos de creación de empleo como de incremento de la seguridad laboral, favorece su implantación en el parque inmobiliario.
Un sector por florecer
Según el Clúster de la Edificación, el mercado de la vivienda industrializada unifamiliar en España representa solo un 1% del total de las casas construidas, una cifra muy inferior a otros países de nuestro entorno, como Suecia, donde alcanza ya casi la totalidad de la producción; Países Bajos, con un 50% de la construcción; Alemania, con el 9%; o Reino Unido, donde representa cerca del 7%.
Sin embargo, esta entidad estima que la demanda de este modelo constructivo introducido en vivienda unifamiliar alcance el 40% del total de casas construidas para 2030, pasando de las 850 unidades al año actuales a las 7.500 para esa fecha.
Con la llegada de la construcción industrializada, surge también la oportunidad de incluir la estandarización, la digitalización, la calidad de los materiales y la ingeniería a procesos de trabajo con mayores estándares de calidad y mejores condiciones laborales.
El I+D+i de la industrialización
Las empresas inmobiliarias están adaptando sus departamentos de I+D+i a este nuevo modelo con el afán de desarrollar sistemas pioneros que generen soluciones más respetuosas con el medio ambiente.
Con los procesos industrializados, además de reducir los tiempos de ejecución, se evita la improvisación, los errores de cálculos, el servicio de postventa… Más ventajas:existe una certidumbre de precios, una planificación de los pagos y las certificaciones de obra, el cumplimiento de los programas de ejecución, la trazabilidad de los materiales o la posibilidad de ensayar los sistemas constructivos empleados (fachadas, patinillos, etc.).
Aunque el sector terciario siempre ha sido más disruptivo a la hora de emplear elementos prefabricados para ensamblar en obra, siendo capaz de construir naves logísticas de más de 100.000 m2 en un plazo de ejecución muy reducido, en residencial todavía no se ha afianzado este modelo, ya que depende más de la opinión del cliente final particular.
No obstante, las Administraciones Públicas están allanando el camino para concienciar de las posibilidades de ahorro y eficiencia que tiene invertir en casas industrializadas.
La Comunidad de Madrid, pionera en promover edificación industrializada
Una de las autonomías pioneras ha sido la Comunidad de Madrid, que ha incluido la edificación industrializada en todas sus promociones del Plan Vive, un programa de colaboración público-privada que supondrá un fuerte impulso al parque residencial madrileño con la construcción de millares de viviendas destinadas al alquiler.
En su apuesta por la oportunidad de transformar el modelo actual en busca de una mayor eficiencia energética, ahorro de costes y tiempo, mayor tecnificación, menores residuos, empleo de más calidad y seguro, y el salto a la digitalización del sector, el gobierno regional ha incluido en su estrategia de política de vivienda la creación del primer y mayor hub de construcción industrializada de España.
Este proyecto a medio plazo pretende que las constructoras y promotoras se instalen en los parques tecnológicos de la región que se encuentran bien comunicados con las principales vías de distribución y comercialización.
Además, podrán contar en esa zona con industria auxiliar y proveedores que generen sinergias. También la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura estudia la posibilidad de incluir la formación profesional y universitaria en esta medida para que los estudiantes cierren su ciclo académico en este gran punto de conexión, lo que sería una apuesta firme por el sector de la construcción industrializada.
Pronto surge la pregunta de por qué España no ha introducido antes la edificación industrializada. La respuesta es sencilla: hemos tenido una mano de obra especializada de gran calidad y relativamente barata. Pero desde la crisis de 2008, la situación cambió, y surgió la necesidad de adoptar, por falta de profesionales capacitados, el modelo centroeuropeo, en donde el 40% de las viviendas ya se construyen de forma industrializada.
Tampoco las empresas inmobiliarias han sido visionarias en ofrecer un producto acabado de calidad; supone un modelo constructivo costoso en sus inicios hasta lograr una optimización de los procesos. Más fácil lo tiene el autopromotor o particular, que estoy convencido de que en unos años no se planteará construir su casa de manera tradicional sino que apostará por la industrialización.
La digitalización y el uso de la inteligencia artificial pueden facilitar que las promotoras den pasos de gigante, como los que ya están dando los estudios de arquitectura con el impulso del BIM, el Lean Construction o el gemelo digital…
Desde Knauf Insulation pensamos que pasados entre 5 y 10 años deberíamos estar construyendo un 25% de las viviendas con métodos de industrialización.
Asimismo, la construcción industrializada cobra cada vez más importancia en la rehabilitación. Los fondos Next Generation y la necesidad de intervenir en el parque edificado para alcanzar la neutralidad climática para 2050 han convertido a la rehabilitación en cisne y protagonista en el sector en los próximos años.
Para conseguir regenerar los edificios existentes, la vía más efectiva es actuar sobre la envolvente (cubierta, fachada, suelo y ventanas). Es aquí donde la industrialización en la rehabilitación puede marcar la diferencia reduciendo la demanda de energía.
Pero para ello, es necesario aportar soluciones flexibles a los elementos del edificio que se quieren rehabilitar. En este sentido, las cubiertas y fachadas son los puntos más eficientes a la hora de invertir para conseguir los objetivos de eficiencia y sostenibilidad que se buscan, porque además de ser los elementos por donde más pierde energía el edificio, al estar más expuestos al exterior, son las partes más accesibles del inmueble y susceptibles de ser industrializadas durante un proceso de rehabilitación.
La construcción industrializada se ha convertido en una apuesta de futuro del sector, pero ya es una realidad en sectores como el residencial.
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