Las soluciones SIKA evitan la corrosión del hormigón y el acero, alargando hasta 15 años más la vida útil del edificio
El hormigón y el acero son productos ampliamente empleados en construcción, tanto en residencial como en obra civil e infraestructuras, por su resistencia y larga vida útil (superior a los 50 años). Sin embargo, la exposición a los elementos –el sol, la lluvia, el viento...–y los cambios de temperatura pueden debilitar las construcciones dando lugar a patologías como la corrosión (en el caso del acero y otros metales) o la carbonatación y la erosión si hablamos del hormigón, que comprometen la seguridad y la salud del edificio.
Para reducir el riesgo de aparición es recomendable contar con materiales resistentes a las condiciones externas. “También es importante considerar el ciclo de vida completo de las soluciones y sistemas empleados en la construcción, seleccionando aquellas que tengan un menor impacto ambiental a lo largo de toda su vida útil”, explica Ramón Martínez, director Técnicode Sika.