La eficiencia como modelo de negocio orientado a la rehabilitación energética
- Escrito por Idoia Arnabat CALORYFRIO
Recientemente, el prestigioso consultor energético Javier García Breva ha publicado un estudio sobre “La ciudad sostenible y los nuevos modelos de negocio energético” en el que, a partir del proceso de sistematización de las conclusiones extraídas del análisis de las directivas europeas se desprende que los nuevos modelos de negocio energético estarán orientados a la rehabilitación energética y a la participación activa de los consumidores en la gestión de la demanda.
El modelo energético que prescriben las directivas europeas es el del ahorro a través de la generación distribuida, el autoconsumo, los contadores inteligentes con balance neto e interacción de los consumidores, los edificios de consumo de energía casi nulo, las redes eficientes de calefacción y refrigeración y el vehículo eléctrico. Europa ha dispuesto que en 2018 los edificios públicos y en 2020 toda la nueva edificación así como la rehabilitación de la edificación ya existente, se lleve a cabo con criterio de calificación energética “A”.
“El potencial de ahorro de energía entre una edificio de clase A y otro de clase G es de un 80% y en un parque edificatorio como el español, con más del 90% de edificios ineficientes, supone un ahorro de hasta 8.000 millones”, puntualiza Javier García Breva, asesor en políticas energéticas.
Consumo de calefacción y refrigeración en la UE
En la actualidad, la calefacción y refrigeración representan el 50% del consumo energético en la UE y acaparan el 68% de las importaciones de gas. Así, la estrategia que la comisión Europea presentó el pasado día 16 de febrero en relación a dichos mercados (calefacción y refrigeración) se basa en el hecho de que la eficiencia energética y el incremento de las energías renovables serán las principales herramientas para reducir la dependencia europea de los combustibles fósiles, máxime teniendo en cuenta que en el viejo continente, aún hoy en día, el 75% del consumo de energía en calefacción y refrigeración procede de combustibles fósiles.
Con la citada estrategia, la Comisión Europea, propone revisar en 2016 las tres directivas de renovables, edificios y eficiencia energética, con el fin de elevar la cuota de renovables y reducir la de energía fósil en los edificios, aumentar la tasa de rehabilitación por encima del 1% y aprovechar el calor residual de los procesos industriales para redes de calor y frío en residencial y terciario.
Nuevos modelos de negocio a partir de la iniciativa local
Para Javier García Breva, el modelo energético que definen las directivas europeas y la aplicación de los fondos estructurales parte de la iniciativa local y su naturaleza es “de abajo arriba” a través de la generación distribuida con autoconsumo y la participación de los consumidores en el sistema eléctrico como generadores y participantes en la gestión de la demanda.
Los conceptos de las directivas europeas pueden aplicarse directamente por las corporaciones locales ya que son las que ejercen las competencias en urbanismo, edificación y planificación urbana.
Por otra parte, el desarrollo de la Ley de rehabilitación, refundida en el RDL 7/2015, facilita la rehabilitación de barrios, la integración de renovables en los edificios y desarrolla la certificación energética dando a los Ayuntamientos la posibilidad de desarrollar sus propios proyectos urbanos integrales de eficiencia energética. “En definitiva, la escala de rehabilitación ya no es solo de edificio, sino de barrio y de ciudad”.
La certificación energética, los contadores inteligentes, la generación distribuida, la calificación energética “A” y la movilidad eléctrica entran de lleno en las competencias de los ayuntamientos y como tal han de considerarse en las ordenanzas municipales.
Esos son los nuevos modelos de negocio energético que ya están desarrollándose por todo el mundo reflejando la tendencia global de que la eficiencia energética es el futuro de las ciudades y que la mejora de la calidad de vida solo es posible desconectándola del mayor consumo de energía.
Madrid y su campaña de regeneración urbana
Esta misma semana, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado un plan de regeneración urbana que persigue mejorar la calidad de las viviendas para mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos; reequilibrar la ciudad y lograr una mayor cohesión social y responder a los retos medioambientales.
Esta campaña de regeneración urbana afectará a 109 zonas de la ciudad. En total 3.546 Ha donde viven 1.298.326 personas que representan el 38% de la población de la ciudad.
Las prioridades que el Ayuntamiento de Madrid se ha puesto dentro de este plan de regeneración urbana pasan por la mejora de la accesibilidad y el mantenimiento de la temperatura interior de los hogares con reducción de consumo energético, es decir, la mejora la eficiencia energética.
Hasta ahora, el modelo urbanístico se ha centrado en la creación de nuevos desarrollos residenciales periféricos y en las actuaciones en el centro histórico. La declaración de las 109 Áreas Preferentes de Impulso a la Regeneración Urbana es un paso más en el nuevo enfoque del planeamiento urbanístico que ha impulsado el gobierno municipal: más social, más sostenible, más participado y más centrado en la ciudad existente.
Entre la almendra central y los desarrollos periféricos, se encuentran los barrios con abundancia de vivienda social, construidos entre 1950 y 1980, con tipología mayoritaria de bloque abierto, que ahora requieren una atención prioritaria. De los 1,5 millones de viviendas que tiene la ciudad de Madrid, el 70% son anteriores a 1980, fecha a partir de la cual se comienzan a aplicar la primera norma técnica de aislamiento en edificios. En estos casos, con una rehabilitación realizada con criterios de eficiencia energética se pueden conseguir ahorros de 70-80% de los consumos energéticos actuales.
España es el cuarto país de la UE con más hogares incapaces de mantener la temperatura adecuada en sus viviendas. El 17% de los hogares españoles, más de 7 millones de personas, tienen dificultades para pagar las facturas relacionadas con la energía doméstica al tener que soportar un gasto desproporcionado en relación con sus ingresos. A la vista de ello, las actuaciones de rehabilitación de viviendas, además de mejorar la calidad de vida, colaborarán a evitar la degradación urbana, el riesgo de exclusión social, y se consideran parte de las acciones contra la desigualdad.
Fuentes: Oficina Javier García Breva, Imedia Comunicación, Ayuntamiento de Madrid
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