“Cada ventana importa”, nueva campaña corporativa de Deceuninck a nivel internacional
Deceuninck comenzó su andadura en 1937 gracias a Benari Deceuninck, quien fundó una pequeña empresa en Roeselare (ciudad ubicada en la región de Flandes) destinada a la fabricación de pequeños productos a partir de láminas de plástico, tales como botones, hebillas y peines. Desde el principio, la sostenibilidad ha estado arraigada en el ADN de Deceuninck gracias a esa filosofía de reciclaje, precursora de lo que hoy entendemos por economía circular y que ha logrado singularizar la empresa, pionera en este ámbito.